De los 100 pozos con más producción del país, 74 son no convencionales de Vaca Muerta. Pero el récord es de Roch en Tierra del Fuego
DAVID MOTTURA
Vaca Muerta es una formación geológica que ha actuado como un imán en el último lustro en cuanto a inversiones y desarrollos. De los 100 pozos con más productividad de petróleo, 74 tienen como objetivo llegar a esa roca. Si bien hubo turbulencias a fines del 2019, que impactaron en el nivel de actividad, lo cierto es que había varios pozos en la previa de su conexión y proyectos de desarrollo que no fueron frenados pese a la incertidumbre, que hoy se busca eliminar con una ley petrolera para las inversiones.
Sin embargo hay una sorpresa. Roch tuvo los dos pozos más productivos del país en el 2019, con su actividad en la provincia de Tierra del Fuego, llevando sus "fierros" hasta la formación Tobífera. En el acumulado de barriles durante el año pasado, la empresa que conduce la familia Chacra se destacó. Sin embargo, es YPF la que domina al mejorar cada vez más su experiencia en Loma Campana y la apuesta a Bandurria Sur.
De acuerdo a datos oficiales, entre los diez mejores pozos petroleros hay siete de YPF que son con crudo de tipo shale oil, dos de Roch que vienen del convencional y uno de Total que también es petróleo convencional.
Un dato que se desprende es que entre los primeros no aparece ninguno de la cuenca que supo ser petrolera por excelencia como lo es la del Golfo San Jorge. Recién en el puesto 27, al tomar la base de datos con los 100 primeros, el pozo mas productivo de la San Jorge es de YPF en Cañadon Perdido. La pérdida de posición frente a gigantes como Loma Campana o Bandurria Sur es porque esos yacimientos aceleran hacia el desarrollo masivo (el primero prepara su Fase II) y el resurgimiento de la parte fueguina de la Cuenca Austral.
Loma Campana tiene cinco pozos con las producciones más altas del país. Es el yacimiento más conocido de Vaca Muerta y casi un sinónimo de la formación geológica. La curva de aprendizaje incluyó la migración a pozos horizontales, la característica de la explotación no convencional, que fue muy marcada desde 2013.
Los cinco de Loma Campana con objetivo en Vaca Muerta (que ocupan del puesto cuatro al ocho) fueron YPF.Nq.LLL-1572(h) con 403.000 barriles en todo el 2019, YPF.Nq.SOil-373(h) produjo 362.000 anual, YPF.Nq.LLL-1573(h) tuvo un rendimiento de 300.000 barriles, YPF.Nq.LLL-1577(h) alcanzó en el año 296.000 barriles y YPF.Nq.LLL-1429(h) llegó a 289.000.
Los siguientes dos pozos que tiene YPF en este ranking están en Bandurria Sur, un área con impactante potencial en shale oil que llamó la atención de las inversiones de Shell y Equinor. Estas dos compañías desembolsaron 177,5 millones cada una para quedarse con la parte de Schlumberger, socia de YPF que decidió venderlo todo.
Bandurria Sur está en el puesto tres y diez. Los pozos en cuestión son el YPF.Nq.LCav-20(h) que produjo para la operadora bajo control estatal unos 404.000 barriles de petróleo en el año, mientras que el YPF.Nq.LCav-19(h) aportó 269.000 barriles.
En el caso de Roch, que tiene bajo su órbita dos pozos que lideran la producción de petróleo, se trata de ROC.TF.SM.x-1001 y el ROC.TF.SM.x-1001, con 751.000 y 615.000 barriles acumulados a lo largo del año pasado. Ambos están en el yacimiento San Martín, con objetivo en la formación Tobífera.
Este ranking de los diez pozos más productivos en petróleo se completa con el pozo TA.CMA-1.CullS-1 de Total Austral, que realizó en el yacimiento Kaus de Tierra del Fuego, hacia la formación Springhill. De allí, la petrolera francesa pudo extraer 280.000 barriles en todo el 2019.
Un pantallazo para tener en cuenta del mercado petrolero en la Argentina es la fuerte presencia del shale oil frente al crudo convencional. De los 100 pozos que más petróleo aportaron en 2019, según fuentes oficiales, hay 78 que corresponden a la Cuenca Neuquina, 14 están en la Cuenca Austral, la Cuenca del Golfo San Jorge -una histórica petrolera- tiene tan solo seis mientras que la Noroeste aporta apenas dos. De todos ellos, 74 son No Convencionales (están en Vaca Muerta) y 26 son convencionales.
La Nación
SOFIA DIAMANTE
El sector energético podría representar la segunda turbina del país -repiten en el Gobierno, en coincidencia con los analistas de la industria-. Podríamos dejar de depender completamente del campo", agregan. En los últimos cuatro años, la mayor producción de petróleo y gas permitió dejar de destinar US$6900 millones a las importaciones para casi alcanzar el equilibrio de la balanza energética. Se trata de un ahorro importante en un país al que le cuesta generar divisas.
Más allá de la producción, el sector ya se convirtió en una atracción de dólares, principalmente por las inversiones que atrajo. Según un informe de la consultora Abeceb publicado el año pasado, las inversiones en Vaca Muerta entre 2013 y 2018 alcanzaron los US$19.085 millones, un promedio de US$3180 millones por año.
El monto aún es poco en relación con las inversiones que se hicieron en otros proyectos no convencionales de Estados Unidos. La diferencia está en que en la Argentina las empresas piden que se les garanticen reglas de juego claras y estabilidad jurídica, dos condiciones que en los últimos 15 años estuvieron ausentes.
La ley de hidrocarburos buscaba cumplir con esas expectativas para atraer a las empresas. Los mayores jugadores son internacionales -Shell, ExxonMobil, Chevron, Total y Wintershall, entre otros- y deciden todos los años a qué países destinarles más inversión. Sin embargo, todavía no está previsto cuándo se enviará la ley al Congreso, aunque el presidente Alberto Fernández haya dicho que sería en estas sesiones extraordinarias.
Ejecutivos de la empresa alemana Wintershall y de la francesa Total se reunieron la semana pasada en Berlín y en París con el Presidente, quien se comprometió a flexibilizar el cepo cambiario, en particular para las empresas que inviertan en Vaca Muerta. El control de capitales es otro de los mayores desafíos que tienen las empresas que ingresan divisas para invertir, y luego no pueden sacar las regalías.
Un informe de la consultora FIDE señala que "la prioridad del autoabastecimiento, la generación de saldos exportables, la disponibilidad de tarifas razonables para el consumo interno constituyen aspectos importantes de la iniciativa".
