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PRONÓSTICO
Pandemia argentina: Impacto sector por sector. El pronóstico de Ecolatina
MINING PRESS/ENERNEWS/Ámbito
18/05/2020

Las consecuencias de la cuarentena para los distintos rubros de la actividad económica en Argentina son dispares, demostró un informe de la consultora Ecolatina que situó entre los más afectados a aquellos donde el aglomeramiento de personas es mayor, como los espectáculos y restaurantes, o que privilegian el movimiento de usuarios, como el turismo.

En Capital Federal, los hoteles redujeron a casi cero su ocupación, mientras que los restaurantes vivieron en marzo una caída del 40% de su actividad, cuando aún la cuarentena para enfrentar al coronavirus no era plena.

“La regularización de estas actividades demandará más tiempo que el resto, dado que involucran aglomeración de personas, sumado a que probablemente exista parte de la población que, producto de los temores generados por la pandemia, no regrese inmediatamente a consumir estos servicios”, señala Ecolatina en su informe en el que afirma que el rubro hoteles y restaurantes experimentará una contracción algo superior al 25% en el año, siendo el sector más afectado en el país.

Las perspectivas para construcción tampoco son alentadoras, afirmó la consultora en su trabajo. El coronavirus fue un golpe de impacto en un rubro que antes de la pandemia acumulaba 18 meses en rojo, “producto de los sucesivos saltos cambiarios que deterioraron el poder adquisitivo de los salarios frente al real state, a lo que se suma nuestra histórica falta de opciones financieras para los desarrolladores”.

“La recuperación de la obra privada -que explica 70% de la actividad- será lenta y con posibles postergaciones de nuevas obras. Por su parte, pese a que la obra pública podría tomar cierto dinamismo -el gobierno nacional lanzó un plan de expansión de gastos de capital por casi 1,1% del PBI-, el escaso margen fiscal puede frenar parte de los desembolsos anunciados. De esta forma, la construcción será el sector de bienes más golpeado en 2020, cayendo en torno al 20%”, informó Ecolatina.

El comercio, que en los dos últimos años ya había registrado una caída del 10%, es otro de los sectores más afectados por las medidas restrictivas impuestas por el gobierno como parte de su estrategia para contener la propagación del Covid-19.

Si bien es un sector que se ha beneficiado de las últimas flexibilizaciones de la cuarentena –en Capital Federal la semana pasada volvió a operar- se verá afectado con una contracción de alrededor del 15%, según las proyecciones, como consecuencia de los plazos necesarios para que recupere su funcionamiento normal en su totalidad y por el desplome del gasto de las familias.

Ecolatina considera alarmante este indicador debido a que tanto el comercio minorista y mayorista representa el 13% del PBI de Argentina y casi un quinto del empleo privado registrado.

El sector energético, específicamente el de petróleo y gas tendrá, en los meses de abril y mayo, una reducción de su producción del 60 y 20% respectivamente, impulsado no solo por la paralización por la cuarentena por el coronavirus en Argentina sino también por la caída del precio internacional del crudo.

El trabajo, no obstante, es optimista sobre el efecto que podría tener la reanudación paulatina de la actividad productiva así como el “barril criollo”, que fijará un precio local de 45 dólares por barril, superior en 15 dólares al internacional. “Esto podría ayudar a recuperar parte de inversión en Vaca Muerta si la demanda llegara a recuperarse. De esta forma, la caída del sector de explotación de minas y canteras sería en torno al 15% en 2020”, señaló a consultora.

El panorama de la industria es, probablemente, el más heterogéneo. Mientras que algunas ramas apenas registraron caídas por quedar eximidas de las restricciones de la cuarentena por ser consideradas esenciales, por ejemplo la industria de alimentos y bebidas y la farmeceútica; otras como las automotrices, metalurgia, textiles, electrodomésticos, entre otras, son as más deterioradas dentro del sector.

Entre los sectores menos afectados en Argentina por las medidas contra el coronavirus destaca el agropecuario que registrará una baja mínima en 2020.

“Gracias a una buena campaña, se proyecta una producción 2019/20 apenas por debajo de los niveles máximos, pero con menores precios internacionales. De todas formas, las complicaciones podrían aparecer principalmente por dificultades en el transporte y la logística. Sin embargo, por ahora no se materializaron dichos inconvenientes, a la par que la demanda asiática no se resiento significativamente”, apuntó el informe.

Otro de los sobrevivientes a las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus será el sector de servicios: comunicaciones, electricidad, gas y agua, por ser considerados esenciales; y los referidos a la administración pública y defensa, y enseñanza ya que, pese a las restricciones, la mayor parte pudo mantener normal funcionamiento u operó a distancia.

El coronavirus profundiza la recesión que arrastraba la economía

Guillermo Gammacurta

 

Con el firme objetivo de salvar vidas, la estrategia del gobierno de achatar la curva de contagios aplicando la “vacuna” del aislamiento social obligatorio y preventivo tiene su correlato en una economía que acentúa el ciclo recesivo que arrastraba de la era macrista. Con la cuarentena dictada desde el 20 de marzo, tanto ese mes como abril evidencian los peores registros en indicadores de actividad, consumo y producción, tal como lo muestran los números que sigue de cerca el Ministerio de Desarrollo Productivo.

La resolución 747/2020 del Comité de Evaluación y Monitoreo del Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP) tiene en su anexo Nº7 el Informe técnico del impacto económico del coronavirus en Argentina, que como concepto central advierte que “el shock del Covid-19 recae sobre una estructura socioeconómica ya debilitada”.

 

En 2019, último año de la gestión de Mauricio Macri, el PBI cayó por segundo año consecutivo, situación inédita desde el bienio 2001-2002, por su parte el desempleo cerró en torno al 10% en un mercado de trabajo precarizado y el consumo tuvo la caída más profunda desde 2002. En tanto que el salario real se contrajo en 2019 por segundo año consecutivo, y la pobreza y la desigualdad alcanzaron sus marcas más altas en una década.

 

En definitiva, el diagnóstico de la herencia recibida es el que el propio Alberto Fernández tenía claro antes de asumir funciones en Balcarce 50 allá por el 10 de diciembre de 2019, una fecha que con casi dos meses de encierro obligado y la distorsión psíquica que ello produce, parece muy lejana. Pero claro, cuando el elenco oficial comenzaba a tocar la botonera del tablero de mandos para “encender” la economía, la llegada del Covid-19 trastocó seriamente los planes.

 

Al realizar un repaso de los principales indicadores se observa claramente como el aislamiento y el consecuente parate ponen a la economía en una situación sumamente delicada, y explica el pedido de distintos sectores para flexibilizar el aislamiento.

 

El impacto económico de la cuarentena se siente fuerte y de forma transversal en los distintos sectores productivos y de servicios. Si bien la caída se observó con mayor fuerza en aquellos sectores no esenciales, hubo también marcados retrocesos en ramas que estuvieron habilitadas para producir, tanto por la caída de la demanda local como por la externa, señala el Ministerio de Desarrollo Productivo.

 

En marzo, la industria cayó un 16,8% interanual, lo que representó la peor marca desde 2002. El informe sostiene que este derrumbe fue consecuencia de los efectos de la pandemia en el país, pese a que la comparación se realiza con un nivel de actividad muy bajo (-14,1% en marzo de 2019).

 

Tan generalizado fue el impacto que todos los sectores mostraron caídas interanuales. Las bajas menos pronunciadas fueron en alimentos y bebidas (-2%) y sustancias y productos químicos (-4%), actividades exceptuadas por tratarse de productos esenciales. En tanto, las más severas se evidenciaron en los productos minerales no metálicos (-40,7%), en línea con la abrupta caída del sector de la construcción, otros equipos, aparatos e instrumentos (-39,9%, por el desplome de la electrónica de consumo), indumentaria, cuero y calzado (-37,9%) y el complejo automotriz (-34,9%).

 

Por su parte, la construcción se contrajo en marco un 46,8% interanual, la caída más alta desde por lo menos 1993. Este retroceso arrastró a todos los insumos que registraron variaciones negativas. El informe refleja la encuesta del INDEC, de la que surge que si bien las expectativas empresariales venían en baja, el aislamiento alteró profundamente la tendencia. Cuando comenzó el año el 60% de las empresas vinculadas a la obra privada no preveía que en el próximo trimestre haya cambios en la actividad. Ahora, para el período abril-junio, ningún empresario cree que la actividad aumente y un 93% espera que siga cayendo.

 

 

Tal como ocurrió en el mundo, en la rama de servicios, los más afectados en marzo fueron los vinculados al turismo. Tanto los vuelos de cabotaje como los internacionales se redujeron 45,6% y 44,2% respectivamente, a raíz del cierre de frontera por la emergencia sanitaria, de acuerdo a las estadísticas de ANAC. Este desplome de la actividad repercutió en toda la industria aerocomercial y todas las aerolíneas registraron bajas, que en muchos casos las dejan la borde la quiebra.

 

Abril, con flexibilización, pero números rojos

 

Si bien en abril se ampliaron las excepciones, tanto a nivel geográfico como por rubro, los datos que se van conociendo del mes pasado también muestran resultados negativos.

 

Un dato que sigue con atención Alberto Fernández, tal la obsesión que tenía Néstor Kirchner, es el nivel de la recaudación, y en medio del parate económico los ingresos fiscales están severamente afectados, no solo para la Nación, sino también para provincias y municipios.

 

Al respecto, el informe del Ministerio de Desarrollo Productivo refleja que la recaudación tributaria total de abril creció un 11,6% interanual en términos nominales y alcanzó los $398.659 millones. Claro que ese crecimiento se diluye frente a una inflación del 48,3% interanual en marzo, lo que implicó una caída de 24,8% en términos reales, registro comparable con el promedio observado durante el primer semestre de 2002.

 

El IVA que es uno de los impuestos con mayor peso sufrió el impacto tanto por las menores ventas en marzo que redujeron la base imponible, como por la profundización de la recesión en abril, que acentuó las restricciones de liquidez. En ese contexto, los ingresos fiscales por el IVA cayeron un 2,3% nominal y un 34,1% real.

 

Otros datos consolidados de abril muestran como el aislamiento debido al Covid-19, profundiza el golpe para los distintos sectores que venían de dos años calamitosos. Por caso, las ventas de insumos para la construcción se derrumbaron 74,3% en abril en relación con el mismo mes de 2019, de acuerdo con el Índice Construya.

 

En tanto que las ventas en comercios minoristas cayeron un 57,6% interanual en abril, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Este retroceso fue el más pronunciado desde el inicio de la serie en 2008 y se debió al cierre forzado de comercios ante la imposición de la cuarentena.

 

Es en este contexto, el gobierno nacional destinará 5,6% del PBI a la asistencia económica por el coronavirus, es decir $1,7 billones, ayuda que podría ampliarse hasta un 7,7%.

 

Dentro de la asistencia están medidas de contención, tanto a nivel productivo como social, entre las que sobresalen el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que dará una cobertura a más de 8 millones de personas beneficiarias, y la Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), que está contribuyendo a pagar una parte del salario de más de 2,2 millones de empleados privados, y también ayudando a monotributistas y autónomos por la vía del crédito a tasa cero.

 

Ahora, con una mayor apertura en mayo, tanto en comercios como en empresas, habrá que ver si se comienza a morigerar el desplome en el nivel de actividad, claro que también habrá que seguir de cerca la otra curva, la de los contagios de Covid-19. En el gobierno son conscientes de los riegos de flexibilizar, pero también Alberto Fernández tiene la convicción de dar marcha atrás, si la situación se desmadra.


El impacto en la economía argentina será profundo

La Provincia

La consultora Ecolatina pronosticó que la pandemia del coronavirus en la escena mundial "encontró a la economía argentina como un paciente de riesgo y el impacto negativo sobre las distintas ramas de actividad en 2020 será profundo, pero también heterogéneo".

En un informe sobre el nivel de actividad económica, la consultora detalló que "las actividades vinculadas al turismo, entretenimiento y esparcimiento, emergen como las más afectadas, y probablemente no puedan volver a operar normalmente en lo que resta del año".

Ecolatina sostuvo que "el rubro hoteles y restaurantes será de lo más perjudicado en 2020, exhibiendo una contracción algo superior al 25% en el año".

En el caso de los comercios minoristas, proyectó que "viene de caer 10% en los últimos dos años y sufrirá una importante contracción. Esto responde a los plazos necesarios para que la totalidad del sector vuelva a operar con normalidad y al desplome del gasto de las familias que, ante el fuerte deterioro de sus ingresos y la inestabilidad del mercado laboral, pospondrán consumos no esenciales hasta que se avizore una mayor estabilidad (algo que demandará plazos mayores al 2020)".

"De esta forma, creemos que comercio minorista y mayorista promediará una contracción en torno al 15% este año, lo cual es alarmante ya que explica 13% del PBI y casi un quinto del empleo privado registrado", agregó.

Las perspectivas para construcción tampoco son alentadoras. Para Ecolatina, "la recuperación de la obra privada -que explica 70% de la actividad- será lenta y la obra pública dependerá del escaso margen fiscal. De esta forma, la construcción será el sector de bienes más golpeado en 2020, cayendo en torno al 20%".

En lo que respecta a la producción de petróleo y gas, todo dependerá del derrumbe de la demanda local que para abril y mayo, estiman una reducción de la producción de petróleo del 60% y de gas del 20%.

Más adelante puntualizó que "la fijación de un precio local de 45 dólares por barril podría ayudar a recuperar parte de inversión en Vaca Muerta si la demanda llegara a recuperarse. De esta forma, la caída del sector de Explotación de minas y canteras sería en torno al 15% en 2020".

"La actividad manufacturera promediará su tercer año consecutivo de caída", dijo Ecolatina, para luego agregar que "el mayor deterioro esperado lo vemos en la producción de durables y bienes de capital: automotriz, autopartes, metalurgia y siderurgia, textil y calzado, electrodomésticos y electrónica, maquinaria y equipo y muebles, así como la producción de insumos de la construcción (cemento, asfaltos, pinturas). En cambio, el impacto será acotado en la industria de alimentos y bebidas, químicos, farmacéutica e instrumental médico".

Para la consultora "el sector agropecuario cerrará con una mínima caída el año, gracias a una buena campaña y a que la demanda asiática no se resiento significativamente".

Finalmente, Ecolatina consideró que "los sectores de servicios que exhibirían un menor impacto negativo corresponden a los considerados esenciales: Comunicaciones, Electricidad, gas y agua y Administración pública y defensa y Enseñanza, ya que, pese a las restricciones, la mayor parte pudo mantener normal funcionamiento o pudieron operar a distancia". (Télam)


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