JAVIER REYES*

El plan presentado recientemente por el gobierno nacional apunta a incrementar las inversiones en producción de gas con el objeto de disminuir las necesidades de importación, generar ahorro fiscal y crear más puestos de trabajo.

En este sentido, el Plan Gas tiene como premisa dar previsibilidad a inversores con el objeto de reactivar el sector. Las decisiones contradictorias de los últimos tiempos ha llevado a reducir las inversiones en el sector generando un declino del 7 por ciento en la producción de gas.

Lo positivo, y en consecuencia, lo importante del Plan Gas es que el Presidente, en un contexto de incertidumbre, haya dado señales de certeza y previsibilidad, lo que es fundamental para inversores, pymes del sector y trabajadores.

El plan va a permitir que el país sustituya 18 mil millones de metros cúbicos en tres años, o 30 mil millones en cuatro años, con el gran desafío de reactivar la cadena de valor de la industria y generar miles de puestos de trabajo.

¿Cuáles son los principales ventajas de la aplicación del plan?

+ La posibilidad de generar un ahorro por unos 5.629 millones de dólares y un ahorro fiscal de 1.172 millones de dólares hasta 2023, a partir de la sustitución de importaciones.

+ Se estima un incremento en la recaudación de 2.525 millones de dólares, con participación equitativa de todas las regiones productoras.

+ Generará miles de puestos de trabajo directo para operar nuevos equipos de perforación y sets de fractura.

+ Fortalecerá la cadena de valor potenciando a las pymes en las regiones productoras y generando mayor empleo especializado.

+ Se protegerá los derechos de los usuarios y consumidores actuales y futuros.

+ Sustituirá importaciones de Gas Natural Licuado (GNL) y el consumo de combustibles líquidos.

+ Contribuirá con el equilibrio de la balanza energética superavitaria a los objetivos fiscales del Gobierno.

+ La inversión de las empresas productoras a lo largo del esquema será equivalente a 5000 millones de dólares.

+ Dará previsibilidad de precio y plazo contractual a los productores.

El espíritu detrás de este nuevo programa es la búsqueda de un estímulo para los inversores. Uno donde todos salgan favorecidos, en un país que al menos debería haber aprendido que no sirve que solo gane uno o algunos. Un país que debe apostar a la reconstrucción de un horizonte en el que a todos les vaya bien.

*Licenciado en Economía, especialista en Energía e infraestructura. Integrantes del Directorio de la AIC