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ANÁLISIS
Luciano Pezzano: 13A, el aniversario de un "misterio monetario" de más de dos siglos
GACETA MERCANTIL/MINING PRESS/ENERNEWS
13/04/2021

LUCIANO PEZZANO *

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Sea para hacer una apuesta, tomar una decisión o simplemente para matar el aburrimiento, todos hemos arrojado alguna vez una moneda al aire buscando la respuesta a una pregunta: ¿cara o ceca?

Los numismáticos, quienes se dedican a la ciencia que estudia las monedas –y que hoy, 13 de abril, celebran su día en la Argentina– llaman a la cara “anverso”, que es la cara principal de una moneda, mientras que a la ceca, la cara secundaria, la llaman “reverso”. Coloquialmente, al anverso se lo llama “cara” porque históricamente llevó el retrato de deidades o gobernantes, mientras que el reverso solía llevar la indicación del lugar donde se acuñó, esto es, la “ceca”, palabra que viene del término árabe para “cuño”.

Toda moneda tiene un anverso y un reverso pero a veces no es fácil determinar cuál es cuál. Y eso es lo que sucede con unas monedas muy especiales que hoy cumplen años: las primeras monedas argentinas.

En efecto, el 13 de abril de 1813 la Asamblea General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata ordenó que se acuñaran en la Casa de Moneda de Potosí monedas de oro y de plata que debían llevar, “por una parte, el sello de la Asamblea General, quitado el sol que lo encabeza y un letrero alrededor que diga Provincias del Río de la Plata”, y “por el reverso un Sol que ocupe todo el centro y alrededor la inscripción siguiente: En unión y libertad”. La ley también indicaba que debían hacerse dibujos de estas monedas para ser enviados a Potosí.

Sin embargo, por razones que aún se desconocen, el dibujante colocó la leyenda del anverso en el reverso y viceversa, es decir que en la cara que llevaba el sello de la Asamblea –nuestro actual Escudo Nacional–, escribió “EN UNION Y LIBERTAD”, y en la cara del sol –que es el sol de nuestra Bandera Nacional–, escribió “PROVINCIAS UNIDAS DEL RIO DE LA PLATA”. Por la premura del caso, y con el objeto de que la orden de acuñación partiera hacia el norte lo antes posible, la Asamblea aprobó los dibujos, aunque ordenó tachar la palaba “UNIDAS” que no figuraba en la ley.

Aunque los dibujos se han perdido las monedas fueron acuñadas en Potosí de acuerdo a sus indicaciones, dando lugar a una polémica que se extiende hasta el día de hoy y que ha puesto a muchos numismáticos argentinos en diferentes lados de la moneda: ¿cuál es el anverso de las primeras monedas patrias?

Muchos argumentos se han intentado para justificar alguna de las dos respuestas. Desde la más simple de las interpretaciones se ha dicho que si el anverso es la “cara”, la única cara de la moneda es la del sol, mientras que la “ceca”, es decir, la marca de ceca –Potosí–, está del lado del sello.

Otros dirán que es fundamental el respeto a la letra de la ley, que esta es clara al disponer que la cara del sello es el anverso y decir expresamente que la cara del sol es el reverso, y que al aprobar los dibujos, la Asamblea no modificó la ley.

Frente a esto se ha argumentado que la diferencia entre la ley y su realización crea una situación de ambigüedad que no puede solucionarse mediante la interpretación legal y se requiere recurrir a otros criterios. Así se propuso tener en cuenta que “Provincias del Río de la Plata En Unión y Libertad” es una única leyenda que debe leerse de manera continua –como sucedía con muchas monedas coloniales–, y dado que comienza en la cara del sol, esta sería el anverso.

A esto se replica que no hay evidencia alguna de que se trate de una única leyenda –de hecho, la propia ley utiliza los términos “letrero” e “inscripción” –, sino que son dos, como varias monedas revolucionarias de la época también llevaban, por lo que el criterio quedaría invalidado, y que hay que dar más valor a las figuras que a las leyendas, y en ese sentido, el sello es más importante que el sol, que es solo una de sus partes, como la propia ley lo insinúa.

Pero incluso en esa línea se ha sostenido que el relieve artístico del sol es superior al del sello y que, en consecuencia, la cara del sol aparece como la más relevante.

La respuesta vendrá al destacar que no se debe juzgar la relevancia estética sino simbólica, y que el sello de la Asamblea está muy cargado de significado. No solamente porque contiene los signos de la unión y la libertad –que tan perfectamente combinan con la leyenda, aunque esa no hubiese sido la intención originaria de la Asamblea–, sino porque indica una clara ruptura con el pasado colonial: el retrato del rey de España, que ocupaba el anverso de las piezas circulantes en la época, fue reemplazado por el símbolo de la Asamblea, la misma que en su instalación se había proclamado soberana.

En suma, no hay una única solución y tendremos que decidirnos por los argumentos que nos resulten más persuasivos. Pero a esta altura podrá el lector preguntarse, con toda justicia, por qué discutir –y tanto– sobre una cuestión en apariencia menor como cuál es el anverso de una moneda.

Porque la numismática es una ciencia, y sin discusión fundada, debate serio e intercambio de ideas no puede producirse el conocimiento científico. Aunque la determinación del anverso de una moneda sea un problema estrictamente numismático –lo que en sí mismo justifica su estudio–, los ríos de tinta que se han vertido en torno a esta polémica han permitido profundizar las investigaciones sobre nuestras primeras monedas y emisiones posteriores, y sobre la historia y significado de nuestros símbolos nacionales.

Tal vez el misterio, que hoy cumple 208 años, no se resuelva nunca y las primeras monedas patrias sigan sin servir para jugar a cara o ceca. Pero estarán ahí, cautivando al coleccionista con su belleza y al numismático con su misterio y, por qué no, atrayendo a nuevos interesados que este 13 de abril también festejen su día.

* Socio y expresidente del Centro Filatélico y Numismático de San Francisco. Vicepresidente de la Federación de Entidades Numismáticas y Medallísticas Argentinas


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews