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MUNDO LITIO
Litio: La apuesta de América Latina para renovar la minería. Las estrategias en Argentina y Chile
19/08/2019

Recursos naturales estratégicos para las nuevas tecnologías

MINING PRESS/ENERNEWS/Clarín/EFE

Daniel Salazar Castellanos

Son considerados estratégicos para el desarrollo de nuevas tecnologías, como los teléfonos celulares o la industria aeroespacial. Los desafíos y obstáculos para la modernización.

Latinoamérica apunta a la explotación de minerales codiciados por industrias como la tecnológica o la aeroespacial, como el litio y el niobio, aunque aún debe hacer frente a desafíos históricos como la minería ilegal, la gestión sostenible de los recursos o el reparto equitativo de la riqueza. 

La historia de Latinoamérica y el Caribe está intrínsecamente ligada a la industria minera y particularmente a la exportación de materias primas, uno de los pilares de la economía colonial y moderna. 

Hoy la región se mantiene como una de las principales reservas mineras del mundo, con una participación destacada en minerales metálicos como el litio (61%), conocido como el "oro blanco", el cobre (39%), el níquel (32%) y la plata (32%).

Solo Brasil posee cerca del 90% de las reservas mundiales de niobio, mineral que se utiliza para hacer el acero más fuerte y ligero, mientras que Chile y Argentina son dos de los principales depósitos globales de litio.

Chile es un país con raíces mineras y de hecho allí se extrae una de cada cuatro toneladas de cobre que se producen en el mundo, lo que lo convierte en líder mundial (casi 5,8 millones de toneladas en 2018) por encima de Perú (casi 2,4 millones).

Una mina ilegal de oro en Santander de Quilichao, en el departamento de Cauca, en Colombia. /EFE

Una mina ilegal de oro en Santander de Quilichao, en el departamento de Cauca, en Colombia. /EFE

El nuevo "boom"

La minería latinoamericana apuesta por una diversificación de la cesta de materias primas, con la mirada puesta en minerales como el litio o el niobio, esenciales en el desarrollo de sectores emergentes de la llamada cuarta revolución industrial, marcada por el desarrollo de nuevas tecnologías y la automatización de procesos.

El Salar de Atacama, en el norte Chile, posee las mayores reservas mundiales de litio, básico en la fabricación de baterías para teléfonos inteligentes, tabletas o vehículos eléctricos, aunque el país no es el principal productor, ya que Australia le superó en 2018.

El director ejecutivo de la consultora Plusmining, Juan Carlos Guajardo, atribuye ese "sorpasso" a la regulación chilena, que declaró el litio mineral estratégico y limitó los derechos de explotación a dos empresas.

Esto ha hecho que la industria chilena del litio pierda competitividad frente a países como Australia o Argentina, el tercer productor mundial y donde hay cerca de 40 salares en diversas fases, desde la exploración inicial hasta en etapa de construcción.

"Los presupuestos exploratorios para el litio aumentaron más del 900% en los últimos tres años", dijo a EFE la secretaria de Política Minera de Argentina, Carolina Sánchez.

Se prevé que el país alcance en 2024 exportaciones de litio por 1.200 millones de dólares.

El litio también es uno de los proyectos "estratégicos" de Bolivia, donde "la inversión global" asociada a su explotación se aproxima a los 5.000 millones de dólares.

El litio es un mineral estratégico y muy codiciado para la fabricación de teléfonos celulares. /REUTERS

El litio es un mineral estratégico y muy codiciado para la fabricación de teléfonos celulares. /REUTERS

El viceministro de Altas Tecnologías Energéticas, Luis Alberto Echazú, aseguró a EFE que unas catorce plantas para tratar sales de litio, materiales catódicos y producir baterías empezarán a operar en el país y cuando estén funcionando plenamente en un plazo de cinco años se prevé que generen esa misma cantidad de divisas anuales, aunque el proyecto total eleva su número hasta 40 fábricas.

En cuanto al niobio, un mineral altamente valorado en la industria automotriz o aeroespacial, su producción se concentró en 2017 en los estados brasileños de Minas Gerais y Goiás.

El Banco Mundial (BM) estima que para 2050 la demanda mundial de "minerales estratégicos" crecerá de manera significativa, teniendo "aumentos extraordinarios" particularmente en el caso del litio.

  "Si bien la creciente demanda de minerales y metales constituye una oportunidad para los países en desarrollo ricos en minerales, también representa un desafío: sin prácticas mineras climáticamente inteligentes aumentará el impacto negativo de las actividades mineras, lo que afectará a las comunidades vulnerables y al medioambiente", alertó el BM en mayo pasado.

Minería ilegal y el reto del medio ambiente

El impulso a los nuevos minerales convive en la región con fenómenos históricos como la fiebre del oro, ligado en muchas ocasiones a la minería ilegal, que supone una amenaza para la Amazonía de Brasil, donde persiste a pesar de décadas de lucha contra la extracción sin normas.

También en Bolivia está extendida la explotación de oro por cooperativas o asociaciones sin vínculo formal con el Estado.

El investigador del Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), Alfredo Zaconeta, cifra en 400 las cooperativas auríferas que operan en los márgenes de los ríos del norte de Bolivia, en parte en zona amazónica.

La tragedia de la minera Vale en Brumadinho, Brasil, en enero pasado. /EFE

La tragedia de la minera Vale en Brumadinho, Brasil, en enero pasado. /EFE

"La explotación de oro está concentrada en manos del sector cooperativo, casi un 99%", y "evade el pago de tributos", ya que está marcada por la "informalidad" y por condiciones "precarias" de trabajo, explicó a EFE.

Este fenómeno también está presente en El Salvador, donde los diputados han dado dos años de plazo (que vencieron en marzo de 2019) a los mineros artesanales y de pequeña escala para que cesen su actividad, aunque estos "no se quieren reconvertir", según Luis González, de la Unidad Ecológica Salvadoreña (UNES).

Brasil, por su parte, cuenta con 321 puntos de minería ilegal en 132 áreas, principalmente en el pulmón verde del planeta, según la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (Raisg).

La minería ilegal se ha expandido también con fuerza en la tierra de los indígenas yanomamis y se estima que hay 20.000 "garimpeiros" o mineros ilegales, casi seis veces más que hace un año, en los estados de Roraima y Amazonas (norte).

En Colombia, el río Sambingo, situado en el departamento del Cauca (suroeste), prácticamente ha desaparecido por las desviaciones de su cauce hechas por mineros ilegales que lo redujeron a pequeñas lagunas desconectadas entre sí.

El exterminio de la Amazonia

Esta actividad también es la principal amenaza para la deforestación de la Amazonía en Perú y responsable de alentar la esclavitud de miles de personas y la explotación sexual en campamentos mineros, además de estar estrechamente vinculada a otros delitos.

"La minería ilegal se benefició en Perú del superciclo de precios, que generó también una acumulación económica muy importante para el sector. Lo más grave es que eso se ha traducido en poder político con influencia en los poderes locales, regionales y nacionales (...). Donde se implanta, al ser intensiva en el uso de mano de obra, logra legitimidad", explicó a Efe José de Echave, investigador sobre la economía de la minería y exviceministro de Gestión Ambiental.

Este fenómeno ha crecido notoriamente en Ecuador en los últimos años y se calcula en "unos 200 millones de dólares cada tres-seis meses" el daño generado por el impacto ambiental y el material extraído, según el exviceministro de Minería ecuatoriano Henry Troya.

En Venezuela, la búsqueda de oro y otros minerales está "impactando el curso de los ríos que alimentan la represa" de la principal hidroeléctrica, que da luz al 70% del territorio nacional, y se está haciendo "sin ningún tipo de estudio de impacto", aseguró a EFE la diputada venezolana María Hernández, presidenta de la subcomisión legislativa para el Cambio Climático.

La mina de cobre El Teniente, en Rancagua (Chile).  /EFE

La mina de cobre El Teniente, en Rancagua (Chile). /EFE

El Gobierno de Nicolás Maduro, acusado de comercializar con las reservas nacionales de oro para obtener liquidez, pretende generar 33.000 millones de euros en los siguientes seis años como alternativa no petrolera de riqueza.

Para ello ha anunciado inversiones locales y extranjeras por unos 7.700 millones de euros y estima producir 80 toneladas de oro al año, un millón de quilates de diamantes, 12.000 toneladas de níquel y 35.000 toneladas de coltán.

En ese país, una de las economías más debilitadas por la hiperinflación y el desabastecimiento generalizado, las reservas de oro totalizaron cerca de 161 toneladas métricas a cierre de 2018.

Conflictos sociales

Otro desafío asociado a la minería en Latinoamérica son los conflictos sociales con los pobladores locales en zonas mineras.

Un caso emblemático es el proyecto Tía María, de la empresa Southern Copper Corporation, en Perú, cuando protestas de los agricultores de la zona terminaron con violentos enfrentamientos con la Policía que dejaron cuatro muertos y 300 heridos en 2015.

La tensión social también se sintió en la localidad brasileña de Brumadinho, en donde la ruptura de una presa del gigante minero Vale provocó en enero pasado la muerte de 247 personas y otras 23 desaparecidas, tan solo dos años después de un desastre similar ocurrido en la vecina localidad de Mariana.

En México hay que sumar la presencia del crimen organizado en la industria, sobre todo en estados del norte del país, donde existen alianzas entre minerías y grupos del narcotráfico.

Asimismo, la Policía colombiana ha alertado que varios grupos armados dedicados al narcotráfico se han pasado a la minería ilegal por ser esta una actividad más lucrativa: un kilo de oro cuesta hasta 20 veces más que uno de coca.

BBC: La apuesta de Chile

Peine, el pueblo polvoriento donde vive Sara Plaza en el norte de Chile, se encuentra en una ladera junto al Salar de Atacama, que se extiende 3.000 kilómetros cuadrados dentro del desierto más seco del planeta.

Plaza dice que la gente solía llevar a sus animales a pastar al borde de Atacama, bajo las montañas gigantes de los Andes.

"Solía ​​haber hermosas lagunas allá abajo, con cientos de flamencos", dice. "Ahora está todo seco y los pájaros se han ido".

Plaza dice que la extracción de litio en Atacama está utilizando toda el agua dulce de los acuíferos de la región, que son capas de roca porosa bajo el suelo que sirven de depósitos de agua.

"Era tan verde, ahora es un terreno duro y agrietado. Ya no podemos mantener llamas", se lamenta Plaza.

Atacama

El litio, un metal blanco, plateado y suave, se utiliza para fabricar baterías de celulares, laptops y automóviles eléctricos. Su demanda se ha disparado en los últimos años, con una producción mundial que se triplicó desde 2005 a 85.000 toneladas en 2018, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.

 Un metal al alza

Chile es el segundo mayor productor de litio del mundo, solo precedido por Australia. El año pasado, su producción ascendió a las 16.000 toneladas, todas salidas de Atacama. Con un valor de US$949 millones, esto supuso un aumento del 38% en comparación con 2017.

Actualmente solo hay dos empresas que extraen litio aquí: la estadounidense Albemarle y la chilena SQM.

Bajo el salar hay un enorme depósito subterráneo natural de agua salada que contiene sales de litio disueltas. Para extraerlas, los mineros bombean esta salmuera a la superficie, donde dejan que se evapore con el sol, de modo que el carbonato de litio quede listo para recoger. Esta sal puede ser transformada en litio metálico.

Vista aérea de las piscinas de litioDerechos de autor de la imagenREUTERS

 

Si bien hay preocupación respecto al impacto que la extracción de esta agua salada está teniendo en el ecosistema, incluidas las afirmaciones de que las lagunas de agua salada de los flamencos se están secando, el problema más apremiante para Plaza y otros residentes locales es que las empresas mineras también están accediendo a los suministros de agua dulce.

Necesitan agua dulce para limpiar maquinaria y tuberías y también para producir un producto auxiliar de la salmuera, la potasa, que se usa como fertilizante.

De pie entre matorrales amarillentos de hierba que solían ser pastizales, Plaza, que monitorea los suministros de agua para su comunidad indígena, señala una pequeña estación de bombeo que extrae agua dulce subterránea y la conduce a las minas de litio.

A unos 40 km más al norte, Jorge Cruz cultiva maíz y alfalfa en una pequeña parcela de tierra en el pueblo de Camar, otra comunidad indígena cercana al salar.

Él dice que si las compañías mineras continúan usando agua dulce al ritmo actual, su pueblo no sobrevivirá.

"Las aves se han ido, ya no podemos tener animales", dice. "Cada vez es más difícil cultivar. Si empeora... tendremos que emigrar".

Diego Hernández, presidente de la sociedad minera chilena, Sonami, dice que la cantidad de agua dulce utilizada por las compañías de litio es insignificante. Pero está de acuerdo en que todos los niveles de agua deben ser mejor monitoreados por las autoridades.

Jorge Cruz

 

Jorge Cruz dice que ya no puede criar animales debido a la falta de agua dulce.

"El gobierno no tiene un modelo hidrológico de todo el acuífero", afirma. "Debería ser capaz de tomar decisiones informadas basadas en datos técnicos. Pero en Chile tenemos más normas y leyes que dinero para ejecutarlas".

Tanto Albemarle como SQM realizan su propio monitoreo de agua subterránea.

"Tenemos las herramientas más avanzadas en la industria para monitorear la salud del Salar de Atacama", dice Eric Norris, presidente de Albemarle.

Todas las mediciones de Albemarle están disponibles para las autoridades y las comunidades locales, agrega. Y los ingenieros de la firma están trabajando en nuevas tecnologías para producir mayores cantidades de litio utilizando menos agua, porque son conscientes de la necesidad de administrar la región de manera sostenible

"Estamos muy interesados ​​en proteger este ecosistema", dice.

Ambas compañías tienen cuotas de la cantidad de agua que pueden extraer cada año. Sin embargo, las dos han sugerido alguna vez que la otra incumple esos límites.

Albemarle dice que está autorizada a bombear 442 litros por segundo de salmuera y 23,5 litros por segundo de agua dulce.

Alejandro Bucher, vicepresidente de medio ambiente de SQM, dice que su compañía también está comprometida a llevar a cabo sus operaciones de manera sostenible.

Pero afirma que los ecosistemas de Atacama son extremadamente dinámicosy muestran variaciones importantes de un año al otro. Bucher agrega que los observadores no deben interpretar estas variaciones como cambios permanentes en el entorno local.

"Nuestro monitoreo medioambiental a largo plazo, que es evaluado regularmente por las autoridades medioambientales, muestra que los ecosistemas están intactos, incluidas las áreas de vegetación, lagunas y poblaciones de flamencos", dice.

Sin embargo, algunos organismos gubernamentales se muestran preocupados, incluida la agencia estatal de desarrollo, Corfo.

El año pasado descubrió que había más agua dulce y salmuera que salía del sistema por bombeo y evaporación de la que regresaba a través de la lluvia y la nieve. Pero no pudo determinar si la extracción de litio o cobre era específicamente la culpable. Las minas de cobre, a más de 80 km de distancia, acceden a las mismas fuentes de agua dulce y la canalizan a sus instalaciones.

Trabajo en conjunto

A los grupos locales les gustaría un enfoque más en conjunto para administrar el agua de Atacama, y ​​quieren que el gobierno se asegure de que las comunidades cercanas tengan suficiente agua dulce para la agricultura y su propio consumo.

"El nivel (actual) de extracción de agua está causando un daño real al ecosistema y a las comunidades cercanas", dice Gonzalo Pimentel de la Fundación del Desierto de Atacama, una institución sin fines de lucro que apoya a las comunidades locales.

Flamencos

Sin embargo, lo que no se hará será frenar la extracción de litio.

Varias compañías internacionales están en negociaciones con el gobierno sobre las licencias para unirse a Albemarle y SQM en la extracción de litio en Chile.

El congresista oficialista Guillermo Ramírez dice que, como país minero, Chile ha tenido que equilibrar las necesidades de agua de los ciudadanos con las demandas de la industria.

Él dice que el gobierno siempre garantizará que las comunidades tengan agua y que la clave es una buena regulación de la industria minera. No obstante, cree que el potencial del litio es demasiado valioso como para ignorarlo.

Pero Sara Plaza tiene miedo: "Nos dejarán aquí sin agua, sin animales, sin agricultura, sin nada".


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews

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