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DEBATE
COP 26: Sin fósiles no hay transición posible. Retos del carbón
AGENCIAS/ENERNEWS

Expertos advierten que será prácticamente imposible acabar de un día para otro con la dependencia de los combustibles fósiles

25/10/2021

LUISA PULIDO GRIFFIN

En Aberdeen, conocida como la capital petrolera de Europa, localizada en una punta del mar del norte en Escocia, se puede ver la transición que ha empezado la industria de hidrocarburos. 

Aquí conviven el presente y lo que puede ser el futuro: la enorme infraestructura petrolera y las imponentes turbinas de aire instaladas en mar abierto que producen energía eólica. 

Para proteger el planeta se requieren urgentemente fuentes más verdes de energía que reemplacen a las actuales, pero los expertos con los que habló France 24 aseguraron que la dependencia de un sin número de industrias y de los ciudadanos de los hidrocarburos haría que incluso en el futuro se requiera un grado de estos. 

Recuerdan que el petróleo y el gas no solo se usan para producir energía, gasolina para todo tipo de aviones y vehículos o para calentar las casas en los inviernos, sino para un sinfín de productos y bienes de la industria petroquímica. 

"Siempre necesitaremos un cierto grado de hidrocarburos para hacer pasta de dientes, para nuestros medicamentos, para fabricar nuestros iPhones, para fabricar nuestros televisores, para los plásticos de nuestros automóviles. Necesitaremos hidrocarburos", afirma el director del Energy Transition Institute de la Robert Gordon University, Paul de Leeuw.  

Resaltan los expertos que el Reino Unido, aunque produce hidrocarburos, no es autosostenible. Actualmente, importa más del 50% del gas que necesita.  

"No podemos apagar la industria petrolera de la noche a la mañana", comentó. 

El gran objetivo de la cumbre COP26, que se celebrará en Glasgow, Reino Unido, entre finales de octubre y principios de noviembre, será pasar de los anuncios a los resultados, lo que significa adoptar medidas que reduzcan las emisiones de carbono y el uso de combustibles fósiles. 

Eso pasa, necesariamente, por convencer a todos los países, especialmente a China y a la India, de asumir compromisos concretos para reducir sus emisiones, generadas en gran medida por la industria, a pesar de que China, por su parte, ya ha establecido objetivos ambiciosos en esa dirección.  

Pero los expertos advierten que una transición entre fósiles y energías renovables será más que necesaria.  

"La realidad es que vamos a necesitar petróleo y gas durante décadas porque no hay alternativa que llene ese vacío", asegura Maggie McGinlay, directora ejecutiva de Energy Transition Zone (ETZ) en Escocia. 

McGinlay agrega que "esa transición debe gestionarse, debemos continuar la producción de petróleo y gas mientras enfocamos y aceleramos los esfuerzos para desplegar las turbinas en el mar para desarrollar el hidrógeno verde y azul y desarrollar la capacidad de captura de carbono". 

Reino Unido sigue dependiendo altamente del petróleo

Las organizaciones protectoras del medio ambiente, científicos y ambientalistas le han pedido al Gobierno británico que no siga entregando licencias para la extracción de los hidrocarburos que han sido descubiertos recientemente en territorios vírgenes en aguas escocesas.

Actualmente, más del 70% de la energía primaria que se necesita para que el país pueda funcionar, como actualmente lo hace, proviene del petróleo y el gas. 

"Lo que ha estado sucediendo en los últimos días es que bastantes industrias, así como los hogares, dependen del gas en particular y están muy ansiosos por obtener más gas, por lo que, si tenemos campos de gas sin desarrollar, ¿no deberíamos desarrollarlos?", se pregunta el reconocido profesor de economía del petróleo de la Universidad de Aberdeen Alexander Kemp. 

Por lo que para los expertos consultados en Aberdeen no hay duda, se debe seguir permitiendo la exploración del petróleo y gas, pero de una manera responsable, utilizando toda la tecnología disponible para que sea lo más amigable con el medio ambiente.  

"Si no lo producimos nosotros mismos, tendremos que importarlo", insiste de Leeuw.

Por su parte, la directora de ETZ afirma que importar hidrocarburos de otros países puede ser contraproducente porque su transporte en sí generaría "una mayor huella de carbono en general y eso no es bueno para el medio ambiente", resalta McGinlay. 

El paso a las energías verdes, una meta que se está quedando corta

Ahora que la transición entre combustibles fósiles a más limpias y verdes ha empezado en el mundo, y Aberdeen, en Escocia, es ejemplo de ello, los expertos exigen que esta industria desarrolle fuentes alternativas rápidamente.  

Aquí en Aberdeen, la industria que empezó a transitar el camino más verde, le ha pedido al primer ministro, Boris Johnson, que apruebe el proyecto de captura y almacenamiento de carbono para retirarlo de la atmósfera o antes de que llegue a ella y almacenarlo en el subsuelo. 

La directora de Uplift, la abogada especializada en medio ambiente Tessa Khan, en entrevista con France 24, propone una mayor inversión de Gobiernos y de empresas privadas para financiar fuentes de energía verde. 

"Todos los compromisos que el gobierno (británico) ha asumido hasta ahora están muy por debajo de sus propios objetivos de aumentar, por ejemplo, la generación de energía eólica, invirtiendo en tecnología de almacenamiento", afirma Khan. 

Quien agrega que "si la industria de los combustibles fósiles se toma realmente en serio la transición a convertirse en una industria de energía renovable, entonces necesitan reducir sus activos de combustibles fósiles existentes y orientar toda su inversión y sus gastos hacia industrias renovables y simplemente no lo están haciendo en este momento", indica.

Los expertos coinciden en que mientras la transición se concreta, en el futuro una mezcla de energías verdes con fósiles sería necesaria.  

El consumo ciudadano, entre los principales factores a transformar

A juicio de Alexander Kemp, la reducción de emisiones está directamente relacionada con el comportamiento individual de la sociedad.  

"La contribución de emisiones de los productores es de alrededor del 3 o 4% de las emisiones totales en el Reino Unido. El resto proviene de nosotros, los consumidores, con nuestros automóviles, calefacción y electricidad en nuestras casas. Ahí es donde viene la gran contaminación. Por lo tanto, el foco de atención debería estar en tratar de reducir ese consumo porque eso tendrá un efecto mayor en la reducción de emisiones". 

Las conversaciones de los líderes mundiales y de los expertos durante las dos semanas de la cumbre COP26, en Glasgow, a menos de tres horas de Aberdeen, serán también exitosas si logran adoptar políticas públicas que promuevan el involucramiento individual en el cuidado del planeta. 


COP26: El complejo objetivo de acabar con el carbón

THOMAS BIESHEUVEL Y SAMUEL DODGE/BLOOMBERG

Nunca en la historia de la humanidad una tonelada de carbón ha costado más. Los gobiernos y las empresas de servicios públicos de todo el mundo están dispuestos a pagar sumas récord para literalmente mantener las luces encendidas.

Esa es la dolorosa realidad que los líderes mundiales deben enfrentar en las negociaciones sobre el clima de alto riesgo en Glasgow este mes, a medida que se desvanecen las esperanzas de un acuerdo para poner fin a la dependencia del mundo del combustible más sucio.

La quema de carbón representa el mayor obstáculo para cumplir con el objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a 1,5 ° C. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, lo llama una "adicción mortal", y el presidente de la COP26, Alok Sharma, ha instado a los líderes a "entregar el carbón a la historia".

Ya ha habido algunos avances: la cartera mundial de nuevas centrales eléctricas de carbón se ha reducido casi un 70% desde 2015. El presidente Xi Jinping anunció el mes pasado que China dejará de construir centrales eléctricas de carbón en el extranjero, mientras que Alemania ahora quiere poner fin a su uso de carbón a finales de esta década y más de 40 países se han comprometido a "no tener carbón nuevo". La energía renovable se está expandiendo drásticamente.

Pero el dramático repunte de los precios en las últimas semanas muestra cada vez más claramente que no está lo suficientemente cerca. La humanidad sigue dependiendo profundamente del carbón.

La COP tiene como objetivo acabar con el carbón, pero el mundo sigue siendo adicto


Por un lado, el carbón sigue dominando la mezcla total de generación de electricidad del mundo por un amplio margen. Todavía se están construyendo más plantas de carbón nuevas que las antiguas que se están apagando, y la Agencia Internacional de Energía proyecta que las emisiones del sector eléctrico alcanzarán un récord en 2022 a medida que aumente el uso de la energía del carbón.

Para cumplir con el objetivo de 1,5 ° C, las emisiones del carbón deben reducirse en esta década aproximadamente dos veces más rápido que la contaminación del petróleo y el gas, según el análisis de Carbon Brief de los escenarios de emisiones globales. Por ejemplo, en una de las docenas de posibles vías para lograr el objetivo, las emisiones de carbón deberían disminuir en un 79% de 2019 a 2030.

Ese es un desafío gigantesco, aún más abrumador dado el creciente apetito de este año por el carbón para generar electricidad. Una crisis energética mundial y la escasez de gas natural han impulsado la demanda de carbón, lo que ha hecho que los precios se disparen a récords en términos nominales y reduzcan los suministros.

Y aunque la producción se ha visto limitada a medida que las mayores empresas mineras se retiran del carbón bajo la presión de los inversores, es probable que los altos precios atraigan a actores privados y más pequeños que no enfrentan las mismas limitaciones, lo que significa que hay más carbón disponible para quemar.

La COP tiene como objetivo acabar con el carbón, pero el mundo sigue siendo adicto


Como casi todos los demás aspectos de la historia económica mundial, la demanda de carbón en las últimas tres décadas ha sido una historia sobre el ascenso de China. A medida que la base de fabricación mundial se trasladó hacia el este, también lo hizo la demanda de energía barata y fácil de construir necesaria para alimentar todo, desde plantas de acero hasta ciudades.

Desde 1990, la demanda de carbón de Estados Unidos se ha reducido a la mitad, en gran parte porque las empresas eléctricas han optado por el gas. La demanda europea ha caído casi dos tercios. Sin embargo, estos avances han sido fácilmente compensados ​​por el crecimiento de China. Su consumo estaba aproximadamente a la par con el de EE.UU. cuando terminó la Guerra Fría, pero ahora se sitúa en unos impresionantes 87.638 terajulios, más de la mitad de la demanda total mundial.

La COP tiene como objetivo acabar con el carbón, pero el mundo sigue siendo adicto


No es solo China. India ahora quema más carbón que Europa y EE.UU. juntos y los mineros están apostando por una creciente demanda durante la próxima década de países como Vietnam, Bangladesh e Indonesia, aunque las preocupaciones por la contaminación y las alternativas más baratas amenazan con descarrilar esos planes.

Nada destaca mejor la migración del carbón de oeste a este que donde se están retirando y construyendo las centrales eléctricas. Durante décadas, las plantas se han estado cerrando en toda Europa, eliminadas por una potente combinación de presión de la política climática, la caída de los costos de las energías renovables y una avalancha de gas barato. 

La COP tiene como objetivo acabar con el carbón, pero el mundo sigue siendo adicto


El Reino Unido, el ejemplo original de la Revolución Industrial impulsada por el carbón, pasó 67 días consecutivos sin quemar combustible el año pasado. Solo España cerró siete de sus 15 plantas de carbón en 2020. En total, la mitad de las plantas de carbón de la región han cerrado o cerrarán en 2030.

Este año, la crisis energética en Europa ha puesto de manifiesto las vulnerabilidades del sistema. El Reino Unido se ha visto particularmente afectado después de que un clima tranquilo afectó el suministro de energía eólica, exacerbando los efectos de una escasez regional de gas más amplia.

Mientras tanto, los cierres en Europa se han compensado fácilmente con nuevas construcciones en Asia. China, India, Indonesia, Japón y Vietnam planean agregar más de 600 unidades de energía de carbón. China por sí sola está construyendo o planificando actualmente centrales eléctricas de carbón que equivalen a seis veces la capacidad total de combustión de carbón de Alemania. 

La COP tiene como objetivo acabar con el carbón, pero el mundo sigue siendo adicto


La década de 2010 ha sido la década de las energías renovables. Los rápidos aumentos de la tecnología, los cuantiosos subsidios gubernamentales y la caída de los costos han hecho que los mares de paneles solares y los bosques de turbinas eólicas se conviertan en algo común. 

Sin embargo, a pesar del enorme despliegue de energías renovables, la quema de carbón sigue siendo la forma favorita del mundo de generar energía, ya que representa el 35% de toda la electricidad. Si bien la participación de las energías renovables ha crecido del 20% al 29% de la combinación global en la última década, el carbón solo perdió 5 puntos porcentuales en el mismo período.

La COP tiene como objetivo acabar con el carbón, pero el mundo sigue siendo adicto


El carbón es la mayor fuente de emisiones de dióxido de carbono y la mayor fuente de gases de efecto invernadero del sector eléctrico. Si bien las emisiones mundiales de CO2 cayeron en la mayor cantidad registrada el año pasado, esto se debió a un colapso de la demanda impulsado por la pandemia, más que a un cambio radical en el uso de combustibles fósiles. 

Las emisiones globales están aumentando de nuevo este año a medida que la economía se recupera y los cortes de energía se propagan por todo el mundo.


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews

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