La historia de la explotación de la rodocrosita en Catamarca es otro de los grandes ejemplos de la desidia con la que se dilapidaron los recursos naturales de la provincia causando daños irreparables cuyas consecuencias aún se están pagando. Durante la primera década del siglo, el gobierno del Frente Cívico y Social reflotó el antiguo proyecto de la Sociedad Minera Catamarqueña de Economía Mixta (Somica DEM) para la extracción y comercialización de la piedra semipreciosa, mineral prácticamente único en el mundo, que dejó una deuda millonaria a la provincia –más de 11 millones de pesos en multas a la dirección de Minería- y un yacimiento virtualmente vaciado, sin ninguna inversión, con trabajadores en condiciones infrahumanas, y al borde del cierre.
Las antiguas autoridades fueron denunciadas penalmente y la investigación está en la Justicia local, aunque con avances lentos.
La empresa de capitales mixtos Somica DEM se conformó a fines de los ’80 y el Estado provincial, a través de ella, tenía como capital diecisiete minas en Cerro Atajo. En el año 2002 la empresa fue liquidada y esos emprendimientos mineros quedaron sin dueño, por lo que podían ser reclamados para explorarlos por capitales privados. Para evitarlo, en 2004 –durante el gobierno de Eduardo Brizuela del Moral-, se reflotó empresa y se asoció con Minera Dolphin. Somica DEM firmó un contrato con Fabricaciones Militares –que son los dueños del yacimiento Minas Capillitas- y a su vez subarrendó a Dolphin la explotación y comercialización de rodocrosita. En otras palabras, Dolphin se vendía a sí mismo.
El promedio de extracción que se hacía en aquel entonces rondaba las 120 toneladas anuales de piedras. El grueso, y particularmente las selecciones de mayor calidad, era destinado al mercado nacional e internacional. Y se reservaba la peor calidad para destinarlas a los artesanos de Andalgalá, que en aquel entonces conformaban un padrón de más de doscientos. En ese tiempo funcionaba el “mercado negro”, ya que los artesanos recibían la roca a precio subsidiado y la comercializaban sin trabajarla.
Vaciamiento
Durante los años que Dolphin tuvo a su cargo la explotación de Minas Capillitas las inversiones fueron prácticamente nulas. De esta forma, se explotaron las vetas de mayor calidad –como por ejemplo la Ortiz- que tienen mayor demanda en el mercado internacional, sin realizar más exploraciones para poder continuar la explotación. Para ello, claro, debían utilizar recursos de lo que generaba la mina y reinvertir una parte en estudios que permitieran ampliar el horizonte de exploración.
De esta forma, el yacimiento fue “carneado” poco a poco, extrayendo todo el mineral que se podía sin realizar ninguna acción para extender su vida útil.
Documentos a los que accedió El Esquiú.com detallan las constantes irregularidades con las que se manejaba la empresa. Por ello, desde el organismo confeccionaron ocho expedientes por diversas anomalías principalmente con la utilización de las hojas de ruta por las que se le impusieron importantes multas que jamás fueron pagadas, y las autoridades salientes le dejaron el “muerto” a las que asumieron después del cambio de gobierno que operó en diciembre de 2011.
Entre otras cuestiones, se constató que utilizaban hojas de ruta “sin costo”, que son los documentos con los que los cargamentos pueden sólo circular dentro del departamento Andalgalá, para llevar rodocrosita a Buenos Aires.
Así, en el expediente D-32076/2008, por ejemplo, se fijó una multa de más de 676.000 pesos, lo cual equivalía al valor del 25 por ciento del cargamento tomando un precio de 40 dólares el kilo. Podrá suponerse que se trató de un simple error administrativo, pero llama la atención que, también en el año 2010 y según el expediente S 19349 de ese año, por la misma maniobra, aunque con un cargamento diez veces mayor, volvieron a multar a la empresa Somica DEM por más de 7 millones de pesos. Es por ello que la suma total de las multas supera los 11 millones de pesos.
El contrato con Dolphin establecía un canon fijo que no dependía de la explotación y que se había fijado en 50 mil dólares anuales, algo así como 155.000 pesos según la cotización de aquel entonces. Sin embargo, aduciendo una supuesta situación de crisis, a poco de andar el canon se redujo a 75.000 pesos. Sin embargo, en 2008 las ganancias para la firma Dolphin fueron extraordinarias, ya que hubo un récord de producción, llegando a casi 190 toneladas, lo que significó un incremento de 157%.
En resumidas cuentas, la empresa Dolphin, que se vendía a sí misma la producción de Minas Capillitas, además eludía el pago de los tasas a la Provincia transportando enormes cargamentos de mineral fuera de Catamarca.
Avances
Durante los años que tuvo a su cargo la explotación tampoco se hicieron inversiones para mejorar las condiciones laborales de los alrededor de entre 35 y 40 mineros que trabajaban en forma casi permanente. El principal edificio, que es seleccionador de piedras, es una construcción antigua que por el paso del tiempo fue sufriendo un grave deterioro que jamás se reparó. Los trabajadores deben utilizar leña para tener agua caliente, lo cual es imprescindible en el lugar por las tareas que desarrollan y por las condiciones climáticas extremas durante buena parte del año.
Es sumamente llamativo que, aún con una producción mucho más importante que la actual –el promedio es más del doble de lo que se está extrayendo en la actualidad-, no se haya llevado a cabo ninguna de las acciones que actualmente se están ejecutando a través de Camyen SE, la empresa estatal que desde 2012 se hizo cargo de la explotación de Minas Capillitas. Pese a que hubo una baja en la producción porque las vetas están “envejecidas”, se realizaron estudios geofísicos que lograron detectar la presencia de una veta que permitirá mejorar la producción en los próximos meses. Se mantiene la misma cantidad de personal y se mejoraron sustancialmente sus condiciones de trabajo, dotándolos de herramientas modernas.
Además, tal como lo anunció la gobernadora Lucía Corpacci, en breve se instalará un zepellin de gas, a través de un convenio con YPF, que además de aprovisionar al yacimiento generará un beneficio para la población cercana, abasteciendo también a la escuela rural.
Contabilidad “sui generis”
Las irregularidades en Somica DEM no se limitaban a la extracción sin control del mineral de Minas Capillitas, sino que además los estados contables de la empresa adolecían de graves falencias. Así lo señala en una batería de informes la contadora Elisa Aurora Elizagaray, quien auditó los libros de la empresa desde el 2006 hasta que fue intervenida en 2014.
Entre algunos puntos, destaca que el libro diario de la empresa se llevaba a cabo con asientos “globales” y que no se cuenta con la documentación respaldatoria; en los inventarios y balances no constan los bienes al cierre de cada ejercicio; el registro de accionistas estaba incompleto y escrito con lápiz, sin firmas, no cumple con los requisitos formales en la Ley de Sociedades, lo que impide verificar datos de los accionistas.
Asimismo, señala incompatibilidades en las actas de asambleas ordinarias, donde por ejemplo se fijó la retribución del director –en aquel entonces era Raúl Doering- en 41.000 pesos en concepto de funciones técnico-administrativas, y en la siguiente acata no surge la determinación de la retribución a directores y síndicos, como lo estable el estatuto de Somica DEM.
Tampoco existían en los balances los ingresos por la venta de la producción, ni tampoco de lo que realmente se producía, por lo que no había un punto de comparación. Ni había control de stock, lo cual es de gravedad teniendo en cuenta que se trata de una empresa de mayoría estatal, que debía controlar el Tribunal de Cuentas. Y con respecto a la documentación analizada por Elizagaray, no surge intervención del Tribunal de Cuentas en los movimientos de la empresa.
También se registraron aportes a la firma sin que conste de quiénes provenían ni en qué porcentajes. Ni estaban asentados en los libros de actas.
Actualmente, Somica DEM está en proceso de liquidación.