Héctor Mayhuire Rodríguez*
Dos regiones con diferente futuro. En Cajamarca y Apurímac durante años se han registrado altos índices de pobreza; pero la primera se quedó en lo mismo, mientras que en la segunda la población mejora su situación económica. Ambas tienen dos proyectos mineros importantes: Conga en Cajamarca se encuentra paralizado por decisión de sus autoridades y así pierden ingentes recursos para financiar obras de desarrollo; en cambio, Las Bambas en Apurímac se ha convertido en un aliado de la región de los chankas.
Estos proyectos son ejemplos de cómo la situación puede mejorar si existe coordinación y diálogo para ejecutar proyectos de inversión en actividades extractivas que se realicen cumpliendo normas y leyes.
En la reciente Perumin 33 Convención Minera, el gobernador de Apurímac, Wilber Venegas, expuso sobre el trabajo que realiza de manera coordinada con los representantes del proyecto minero Las Bambas para ayudar a desterrar la pobreza en su región, en especial potenciando la agricultura.
“El cobre y el agua son compatibles”, concluyó Venegas, con lo cual desvirtúa las desinformaciones que propalan personajes y políticos oportunistas que sueñan con mantener a los pobladores en la pobreza. El gobernador es firme en su posición y señala: “Vamos a convertirnos en la capital del cobre y en una región sostenible a base de la agricultura”. Es decir, tiene las cosas claras.
Parte de los programas ejecutados en Apurímac se realizan mediante aporte minero: se tiene como prioridad invertir en la siembra y cosecha de agua, ya que el 70% de la población se dedica a la agricultura.
Venegas no se cierra y es consciente de que la minería es temporal y deben aprovechar al máximo los recursos; por ello, se enfocaron en los cultivos a largo plazo.
Ese criterio y pensamiento claro que tiene el gobernador de Apurímac otros no lo comparten, como el de Cajamarca, que prefiere mantener a su gente en la pobreza. Cosas de las autoridades.
*Director de diario Correo