El transporte eléctrico en Costa Rica podría funcionar con hidrógeno, considera Franklin Chang, director de Ad Astra Rocket Company y reconocido por su labor en la NASA.

El país es pionero en este tipo de energía renovable en América Latina, y se convertirá en el primero en alimentar vehículos particulares gracias a una inversión del Banco Interamericano de Desarrollo y la Fundación Movilidad Toyota.

El rol que podría asumir Recope en este escenario es el de refinar agua para producir hidrógeno, explicó Chang.

El exastronauta conversó con LA REPÚBLICA sobre el hidrógeno y la inversión de $800 mil en Ad Astra.

¿Porque se fijan estas grandes organizaciones en Ad Astra Rocket y Costa Rica?

Existe un interés de estas organizaciones de mover a Costa Rica y a Latinoamérica en general hacia las energías limpias, siendo el hidrógeno uno de las más importantes.

Consideran que Costa Rica es un buen lugar para impulsar estas tecnologías porque ya existe investigación e infraestructura avanzada.

¿Qué significan estas inversiones para el avance de sus investigaciones en hidrógeno?

Particularmente, la inversión de la Toyota Mobility Foundation para impulsar sus proyectos de movilidad permitirá ampliar la capacidad de nuestra planta de hidrógeno en Liberia para poder alimentar automóviles, en este caso cuatro vehículos del modelo Mirai que hay en el país.

Esto nos convertirá en el primer país de América Latina en poner en circulación vehículos eléctricos alimentados con hidrógeno.

Actualmente, solo podemos alimentar transporte pesado, ya que estos necesitan menor presión que la de los automóviles, y se necesita una mejora en la infraestructura como la que haremos con estas inversiones.

¿Qué tan beneficioso es el hidrógeno como energía renovable?

Mucho, porque es cero contaminante y se produce con agua, que puede ser reutilizada una vez que es purificada a través de la hidrólisis.

Además, los vehículos eléctricos potenciados con hidrógeno tienen una autonomía de 550 kilómetros, mucho mayor a la de un vehículo eléctrico convencional, por ejemplo.

¿Cómo vislumbra el futuro del hidrógeno en Costa Rica?

Empezaremos con hidrolineras gratuitas, tal y como pasa con las electrolineras, con el fin de que el ciudadano se acostumbre al sistema.

Actualmente, no cobramos por el transporte de personas con los buses de hidrógeno con el fin de que la gente vea que sí se puede y que el hidrógeno es técnicamente factible.

Queremos llegar al nivel de países desarrollados como Alemania y China, y que la persona no sienta ninguna diferencia en cuestión del costo de usar transporte con hidrógeno.

¿Qué oportunidades de negocio hay más allá del transporte?

Muy buenas. Cuando uno electroliza el agua y produce el hidrógeno, también rompe oxígeno muy puro que puede usarse en los hospitales, en la producción de tilapias y procesos industriales que requieran combustión.

También puede usarse para el tratamiento de aguas negras, la agricultura y la producción de acero.

El hidrógeno también sirve para almacenar electricidad y generar agua pura para consumo.

¿Hay en el país suficientes profesionales para atender esta industria más allá de los de Ad Astra?

Es parte del interés del BID Lab generar una industria y que entren nuevos jugadores al mercado que puedan hacer sus aportes.

Es necesario crear una asociación que se encargue de impulsar las tecnologías relacionadas al hidrógeno en Costa Rica, y que esta labor que usted menciona de capacitación, no recaiga únicamente en Ad Astra.

¿Sigue confiando en Recope para asumir el impulso del hidrógeno después de lo que pasó con el etanol?

Como entidad es la más apropiada para “entrarle” a este tema, lo que pasa es que tiene otros problemas que tienen que ver con su estructura legal que han generado muchos anticuerpos a lo largo de los años.

No es algo que le impida cambiar, Recope podría reformarse como una empresa que en lugar de refinar petróleo, pueda refinar agua, a través de la producción de hidrógeno (…), ¿por qué no soñar con una refinadora costarricense de agua?