Un número creciente de países y empresas, como BMW y Volvo, apoyan un aplazamiento a la explotación minera de los fondos marino
Brasil pidió una pausa cautelar de 10 años a la minería marina profunda en aguas internacionales, apenas días después de que se permitiera a empresas y países empezar a solicitar licencias provisionales.
Hizo la exhortación durante una reunión de dos semanas organizada por la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, una agencia reguladora de las Naciones Unidas con sede en Jamaica que no logró aprobar un conjunto de normas y regulaciones para regir la minería en aguas profundas antes de que venciera el plazo el 9 de julio.
La agencia no ha emitido ninguna licencia provisional ni ha recibido solicitudes, aunque se prevé que el gobierno de Nauru solicite pronto una licencia a través de la empresa canadiense Metals Co.
Según informó AP, gobierno de esa pequeña isla del Pacífico declaró que desea diversificar su “limitada base económica”, pero prometió que no patrocinaría ninguna solicitud durante la reunión de la ONU, que finaliza el 21 de julio.
Nauru señaló que su “decisión de buena fe” no significa que las autoridades retiren su plan de proseguir la explotación minera de los fondos marinos.
“Ya no estamos en un escenario de ‘qué tal si’, sino de ‘qué hacemos ahora’”, dijo Margo Deiye, representante permanente de Nauru ante la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos.
Un número creciente de países y empresas, entre ellas BMW y Volvo, apoyan una moratoria a la explotación minera de los fondos marinos, advirtiendo que la extracción en las profundidades de metales preciosos que se utilizan en las baterías de los coches eléctricos y otras tecnologías ecológicas podría causar daños al medio ambiente.
La representante de Brasil ante la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos, Elza Moreira Marcelino de Castro, declaró que su país apoya una pausa cautelar durante al menos una década.
“Debe darse prioridad a la protección de los lechos marinos internacionales hasta que se disponga de estudios concluyentes y exhaustivos”, dijo.
Los científicos han advertido que la minería en aguas profundas podría dar lugar a tormentas de polvo y causar contaminación lumínica y acústica, y han hecho notar que los minerales que crecen a tales profundidades tardan millones de años en formarse. Las empresas, sin embargo, han dicho que la minería en aguas profundas es más barata y tiene menos impacto que la terrestre, mientras que algunos países han señalado que les permitiría crecer y diversificar su economía.
Varios miembros del consejo insistieron en que se realicen más estudios científicos antes de que se conceda alguna licencia. “La explotación no debe comenzar hasta que se pueda garantizar que no habrá pérdidas para la biodiversidad”, dijo Siddharth Shekhar Yadav, representante de Vanuatu.
La agencia de la ONU ha emitido más de 30 licencias de exploración. La mayor parte de la actividad se centra en la zona Clarion-Clipperton, que abarca 4,5 millones de kilómetros cuadrados (1,7 millones de millas cuadradas) entre Hawai y México. La exploración se realiza a profundidades comprendidas entre 4.000 y 6.000 metros (13.000 y 19.000 pies).
El consejo de 36 miembros de la agencia de la ONU está trabajando en un marco propuesto que regularía la posible explotación minera de los fondos marinos, pero no está claro cuándo estará listo.
“La explotación en la zona no debería llevarse a cabo en ausencia de normas, reglamentos y procedimientos”, dijo Gina Guillén, representante de Costa Rica, en una declaración que representaba la postura de más de una docena de países.
El representante de Australia declaró que estaba claro que el borrador del reglamento no estaría listo antes de que concluya la reunión ni para la próxima, prevista para octubre y noviembre.