Desde que se anunció la estatización de Sidor, en Techint sólo piensan en una cosa: cómo reemplazar las casi 5 millones de toneladas de acero que producían en la siderúrgica a orillas del Orinoco, que Hugo Chávez acaba de estatizar. Ayer se realizó la asamblea de accionistas de Siderar, su controlada en la Argentina. Y fuera de ese ámbito trascendió que el grupo decidió ampliar varias veces la producción en el país. También, tiene en la mira la compra de alguna planta, probablemente en Brasil.

Entre tanto, la negociación se focaliza en el precio que pretenden por Sidor. Techint busca que le paguen de acuerdo al costo de oportunidad y no en función del valor que puede alcanzar la compañía según su cotización en el mercado. Techint permanecería en Sidor con una porción minoritaria, cuyo porcentaje forma parte de las tratativas: Caracas les ofreció un 10%.

Lo que les quita el sueño es obtener un monto equivalente a lo que significa comprar una planta de similares características a Sidor. Es decir, que cuente con materia prima, posicionamiento estratégico que le permita acceder a EE.UU. y a casi todo el continente, y que pueda producir con energía a bajo costo.

A eso se añade que Sidor está integrada con otras firmas de Techint. Y en la propia Venezuela, especialmente con Tavsa, que fabrica tubos de acero sin costura para la industria petrolera radicada en la región.

¿A cuánto asciende ese precio? Las fuentes difieren pero hacen hincapié en que montar una siderúrgica del tamaño de Sidor lleva cuatro años. Y demora al menos dos años la puesta a punto de una que se compra. De allí, que por los miles de millones que se juegan, muchos anticipen una negociación sin piedad.

Cerca de Techint deslizaron que Cristina Kirchner se habría comprometido con Paolo Rocca en gestionar ante Chávez un precio justo por Sidor. Rocca, a su vez, le habría asegurado que buena parte de lo obtenido se destinará en ampliar sus volúmenes de acero en la Argentina.