Sánchez Bustos y Cía., una pyme sanjuanina con 16 años de trayectoria, realizó recientemente una obra para Barrick en Veladero por la que ha sido muy reconocida: el armado de toda la infraestructura necesaria para el montaje del generador eólico, a casi 5.000 msnm, el molino de viento más alto del mundo.
Hoy, la firma tiene viene de cerrar un contrato con Pirquitas en Jujuy, al tiempo que le provee insumos a Triton, en Santa Cruz, y a Gualcamayo, en San Juan. “Todo es lejos, las distancias son largas”, dice Alberto Sánchez Bustos, g e rente de la empresa, que fue contratada por Seawind, proveedora del generador eólico de 2 MW para Veladero (fotos ). “Le dimos el soporte para poder hacer la obra e hicimos todos los ductos de distribución de energía. Es una obra que nos enorgullece por su complejidad, precisión y por haberla realizado en tiempo y forma. La primera etapa empezó en febrero de 2007 y concluyó un mes después. El 1º de septiembre comenzamos con la segunda parte y nos llevó apenas diez días”, recordó Sánchez.
Sánchez Bustos y Cía. es el resultado del desprendimiento de una sociedad de ingeniería y servicios. “Dividimos la empresa en dos, una es SB Equipamientos, para venta y provisión de equipamiento para la minería y la industria en general, donde representamos marcas líderes en el mundo. La otra es Sánchez Bustos y Cía., que se dedica a la construcción, servicio y mantenimiento.
Estamos en San Juan, Jujuy y Catamarca”, cuenta Sánchez. Trabaja desde 1999 con la minería y es una de las primeras empresas que comenzó a proveer a Veladero cuando era sólo un proyecto .
“Nuestros contratos de servicios pueden ser cortos o largos según la obra. Seguimos en Veladero y queremos continuar allí por mucho tiempo. Allá construimos el almacén general, realizamos gran parte de las fases de construcción del valle de lixiviación, las plantas de tratamiento de efluentes, instalaciones de servicio a los campamentos, etc.
En Veladero ejecutamos más de 1.000 obras”, enumera orgulloso el empresario. Para Sánchez, trabajar en minería ha sido un desafío. “Aprender a trabajar con normas de seguridad, ambientales, entender un proceso minero y todo lo que conlleva al desarrollo sustentable, es tarea de todos los días. Las empresas tienen que estar dispuestas a colaborar con las mineras, sobre todo en el recurso humano, porque por muchos años no hubo preparación ni formación de técnicos”.
El crecimiento del negocio minero de Sánchez Bustos, del orden del 10% anual, se tradujo en la ampliación de su staff, más de 150 empleados directos. Buena parte de ellos son oriundos de las comunas cercanas a los proyectos en los que la compañía tiene obras: Iglesia y Jáchal, en San Juan, y Abra Pampa, Nuevo Piquitas y Coranzulí, en Jujuy. “Hoy tenemos gente que entró como ayudante y se está capacitando, algunos para oficiales, indica entusiasmado el ejecutivo”.
Un dato para resaltar son las 1,5 millones de horas sin accidentes con tiempo perdido. “Este logro responde a
entender y aprender la política de seguridad”, afirma Sánchez.