Bernardo Mamit, su presidente, explica: “Muchas empresas traen carga de la manera tradicional. Es decir, a través de couriers, en bodegas de vuelo comerciales, con despachantes en país de origen, aduana, contrato de bodega y llegada del material en tiempos tradicionales, y todos los trámites acostumbrados”.

Señala que esto no representa ningún problema cuando la carga presenta características, por ejemplo, de peso y tamaño estandarizados. La clave es cómo operar con cargas no convencionales. “Nosotros hace tiempo comenzamos a hacer algo diferente”, destaca Mamit. “Estamos trabajando con elementos que exceden esos parámetros normales”.

Proveedora desde hace tiempo de servicios de viajes para Minera Santa Cruz (MSC), entre otros clientes mineros, Avirón fue requerida por la minera para una tarea compleja. “Trajimos una chancadora, una máquina que pesa 12.000 kg, que presenta la dificultad de la densidad de la masa, porque el peso se reparte en sólo 4 m2. Esto para un avión es un problema serio, por la distribución del peso de carga”.

El proceso de transporte de la chancadora incluyó varias fases entre logísticas, administrativas y técnicas. Todo ello subordinado a una condición: había que completar el proceso en 48 horas, el tiempo en que la minera necesitaba reactivar su proceso productivo. “El equipo a trasportar estaba en Perú, así que viajamos hacia allá”, dice el responsable de la firma. La tarea se realizó en conjunto con la Fuerza Aérea Argentina. Avirón charteó un Hércules C-130, tramitó los permisos de sobrevuelo y contrató en Lima todos los servicios de aeropuerto para cargar la maquinaria. Durante todo un fin de semana, el personal de la empresa trabajó activamente con la Embajada argentina y sus agregados militares, además de la Fuerza Aérea Argentina.

Con el avión militar en tierra peruana, Mamit recuerda que “el plan era volver el mismo día. Llevamos dos tripulaciones, de forma de cargar y volver enseguida, debido a la urgencia del cliente”. En todo momento se mantuvo el contacto con el cliente, informando paso a paso como avanzaba el proceso. “Esa es nuestra forma de trabajar. Yo viajé con la tripulación. No me quede manejando la operación desde acá”, enfatiza Mamit. La operación fue una novedad no solo para Avirón, sino para la misma Fuerza Aérea. “Desde que ellos trabajan con Hércules, esta es la primera vez que cargan este peso de la manera particular en que estaba preparado, por lo que fue para ellos también un enorme desafío”. El destino fue el aeropuerto de Comodoro Rivadavia, el más cercano a la mina donde existe una pista capaz de soportar el peso de la nave.

La descarga fue un capítulo que, como el resto del trabajo, tuvo particularidades notables. La falta de infraestructura obligó al personal a agudizar nuevamente el ingenio. Uno de los directivos de Avirón readapto un carro diseñando la reforma en el momento. La operación, complicada y contrarreloj, fue un éxito.

Mamit asegura que “con las empresas trabajamos como ellas quieran. Podemos chartear un avión, tanto para un vuelo de pasajeros VIP como para traer estas 14 ton de equipo o transportar explosivos. Si tienen un problema que resolver, al contactarnos, el problema ya es nuestro”.