La cámara minera de San Juan ha divulgado un reciente informe de científicios argentinos que reafirma lo ya conocido: El carácter salobre, por naturaleza del Río Jachal, en el norte de San Juan.
La cuestión es relevante, porque la salud de este curso de agua fue vinculada sin fundamentos, por opositores a la minería, con la actividad de Veladero, la mina de oro de Barrick situada en la cuenca del Jáchal.
Pero cabe destacar, sobre la línea de afluentes que no es la que, precisamente, impregna de boratos y arsénico al Río sanjuanino.
A continuación el informe de los científicos, y seguidamente la valiosa recopilación que hiciera en su momento Hugo Guillermo Bosque.
ELEMENTOS TRAZA EN AGUAS SUBTERRÁNEAS Y SUPERFICIALES BORO Y ARSÉNICO EN LA POBLACIÓN DE NIQUIVILY HUACÓ, JÁCHAL - PROVINCIA DE SAN JUAN
La Hidroquímica de las aguas superficiales como subterráneas de las cuencas de los ríos Jáchal y Huaco se estudian desde hace varias décadas. Se ha comprobado que debido a la conformación geológica-mineralógica de las rocas de la región en contacto con estas aguas que naturalmente contienen concentraciones importan tes de B, As, otros elementos y trazas, sobrepasando algunas los niveles máximos mientras que otras no alcanzan los mínimos definidos por la OMS. En este estudio preliminar se informan nuevos datos de los parámetros ambientales logrados en los mismos medios pero con mejor precisión al incorporar técnicas analíticas más avanzadas. Se amplían también los tipos de muestras recolectadas a sedimentos, suelos y plantas. Se hace en base a los resultados logrados una primera valuación de la posibilidad de que algunos de los elementos detectados en exceso también lo estén en cultivos y en la población de la zona. Los valores obtenidos para diferentes elementos presentes en tejidos de personas nativas se han comparado con aque llos de otras poblaciones de referencia (Río Negro e Inglaterra) vinculándolos a su vez con la información suministrada por los donantes sobre sus dolencias crónicas, permitiendo establecer líneas de investigación para nuevos estudios que relacionen la calidad del agua-alimentos con la salud. Como conclusión preliminar de la evaluación de los datos y la información médica aportada se puede advertir que en Jáchal existiría una dependencia entre el B y As y posiblemente otros elementos con la salud de las personas muestreadas.
Palabras claves: Boro, Arsénico, Argentina, Aguas, Tejido humano.
INTRODUCCIÓN
La investigación integral cuantitativa como cualitativa del agua superficial y subterránea en los Valles de Jáchal, Niquivil y Huaco, provincia de San Juan se intensifica en 1964 por el Plan de Agua Subterránea (PAS) (Convenio entre el Programa para el Desarrollo de las Naciones Unidas-UNDP y el Consejo Federal de Inversiones (CFI) y el Centro Regional de Agua Subterránea (CRAS) de San Juan, Argentina (Rocca, J., Demartini, O., Victoria, J., Pazos, J-, Lohn, P. (1972)). Su explotación se destinaba al uso conjunto para riego y consumo humano, mas recientemente en forma intensiva para la agroindustria, la industria y la minería. El uso en aumento de los recursos disponibles en el valle de Jáchal acrecentó el interés de profundizar los estudios para exponer más estrictamente la composición química de estas aguas, la evolución hidroquímica en el tiempo y en forma especial determinar los posibles efectos sobre el medio ambiente y la salud humana.
Las aguas en esta zona tienen características químicas particulares con parámetros en concentraciones mayores a las deseables y consumidas hace más de dos siglos por pobladores de los Valles, por ello la Universidad de Surrey de Inglaterra inicia en el año 2004 una línea de investigación para establecer la posible correlación entre su ingesta y las evidencias clínicas observadas en sus pobladores. Las estadísticas médicas como los estudios epidemiológicos son escasos lo que dificulta lograr a la fecha un conocimiento más ajustado sobre la interrelación: química de las aguas-alimentos vs salud.
Estudios científicos conocidos, Ward, N. I. (1993), (1995), (2000), (2006), Beattie, J., Murray, F. J. (1995), Naghii, M. R., Lyons, P. M., Samman, S. (1996), Newnham, R. E. (1994), Volpe, S.L. et al. (1993), Sutherland, B, Woodhouse, L., Srrong, R., King, J. (1999) y otros motivaron el interés de introducir estos nuevos conoci¬mientos a las investigaciones hidroquímicas clásicas, integrando datos analíticos de muestras tomadas de tejidos del cuerpo humano en donde se concentrarían elementos presentes en exceso en este medio ambiente, especialmente en aguas y alimentos agrícolas.
OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Actualizar la información química para aguas superficiales y subterráneas publicadas por el CRAS relacio-nadas con las cuencas hidrográficas de los ríos Jáchal y Huaco en el departamento Jáchal y de las localidades de Niquivil y Huaco.
Obtener datos de diferentes tipos de muestras ambientales vinculadas con el uso de estas aguas y el consumo de alimentos locales de origen agropecuario.
Acceder a técnicas e instrumentación de análisis de última generación con el fin de obtener datos de elementos no analizados sistemáticamente presentes en muy bajas concentraciones y que además puedan servir como trazadores de su origen, evolución y seguimiento de la salud de sus habitantes.
Interpretar en una primera etapa la acción del Boro y Arsénico elementos comunes en la zona con relación a muestras de referencia de la provincia de Río Negro como del Reino Unido por considerarlas libres de estos componentes en concentraciones nocivas.
Recolectar muestras de cabellos, uñas y dientes de humanos mediante un biomonitoreo no invasivo, como posibles indicadores de la absorción o no de B y As en el cuerpo a los efectos de precisar las técnicas analíticas adecuadas a ser usadas en estudios más amplios en el tiempo y con una mayor cantidad de muestras.
Iniciar la evaluación de los niveles de B y As en tejidos humanos de la zona para plantear estudios que incluyan el seguimiento de los problemas de salud en la población.
METODOLOGÍA
Se tomaron muestras de aguas superficiales: ríos Blanco, Jáchal y Huaco, diques Cuesta del Viento y Pachimoco y canales de riego. Aguas para consumo en el departamento Jáchal. Sedimentos de los ríos, suelos, plantas acuáticas y de maíz. Muestras de cabellos, uñas y piezas dentarias de personas de ambos sexos. Del río Negro en las localidades de Cipolleti, General Roca y Villa Regina en la provincia del mismo nombre en la Patagonia.
Las muestras fueron extraídas, tratadas, conservadas, preservadas y enviadas a su laboratorio por la Universidad de Surrey, Inglaterra aplicando normas internacionales.
El contenido de B se determinó por dos métodos, por Espectrofotometría UV/Vis, instrumento Cecil CE 8020 de doble haz con cubeta termostatizada a 25 °C con Azometina-H y por Espectrometría de Masa por Acoplamiento Inductivo de Plasma (ICP/MS) modelo Finigan MAT SOLA con doble detector y triple cono. Los demás elementos se analizaron por ICP/MS. Se determinaron los límites de cuantificación y se validaron los datos (B con ambas técnicas analíticas), asimismo se analizaron muestras patrones de altísima calidad por elemento con el fin de asegurar los resultados para muy bajas concentraciones.
HIPÓTESIS RELACIÓN BORO-SALUD
Publicaciones especializadas relacionan la presencia de B en el agua, alimentos y cuerpo humano con determinados trastornos de salud y dietas alimentarias diarias con dosis (en ajuste) superiores a 1 a 4 mg. Estos conocimientos estimularon el interés de analizar en forma rutinaria las concentraciones de B en aguas, sedimentos, suelos, plantas, alimentos agropecuarios como en tejidos de individuos relacionados con su ingesta.
En San Juan existen zonas con altos contenidos de B en aguas superficiales y subterráneas por lo que se propone que a los clásicos estudios hidroquímicos hídricos y ambientales se incorporen estos conocimien¬tos. Deben investigarse sus concentraciones como la de otros elementos, especialmente trazas, conjunta¬mente con estudios biomédicos que identifiquen las patologías, sintomatologías clínicas y nutricionales asociadas.
San Juan dispone de estudios hidrogeológicos e hidroquímicos publicados por el CRAS para Jáchal-Niquivil y Huaco pero no contienen el detalle analítico necesario para estas investigaciones debido a que sus objetivos estaban orientados al riego. Por otra parte hoy pueden detectarse numerosos elementos con exactitud y precisión en el orden de los ppb. La información analítica proporcionada por la Universidad de Surrey optimizó la caracterización de la composición química de aguas, sedimentos, suelos y plantas
Los datos preliminares obtenidos de los análisis de tejidos humanos revelan una mayor concentración de B en el cuerpo de los habitantes de Jáchal que de otras partes del país (Alto Valle del Río Negro) o del extranjero (Reino Unido). La información reunida de algunas patologías frecuentes en el área ha sido vinculada al exceso como a la deficiencia de B por su ingesta. Estos datos preliminares fortalecen la necesidad de investigar la correlación entre el B, As y otros elementos con la salud.
En esta etapa la interpretación se basa en comparar los datos obtenidos del medio ambiente y las enferme-dades reportadas en Jáchal con muestras e información médica de las zonas de referencia de Río Negro y el Reino Unido en donde no se vincula al B, As y otras trazas con enfermedades como las declaradas para Jáchai.
RESULTADOS DE MUESTREOS SELECTIVOS
La composición química del río Jáchai ha sido estudiada con detalle en gran parte de su cuenca himbrífera (Lohn, R, García, E., 1983,1985) desde la alta cordillera donde se originan sus principales tributarios hasta el dique Pachimoco. Asimismo el CRAS ha investigado los recursos de agua subterránea en este departamento. Los ríos Jáchai, Huaco y el agua subterránea son las principales fuentes de aprovisionamiento para riego, consumo y la industria. El curso del río Jáchai es retenido en el dique Cuesta del Viento y aguas abajo en el dique Pachimoco desde donde se distribuye a las áreas cultivadas. A su vez el dique Los Cauquenes retiene aguas de mejor calidad que ingresan desde el norte del valle a través del río De Las Carretas, desmejorando su composición y originando el río Huaco con una aptitud deficiente.
El agua subsuperficial de las cuencas localizadas en los valles de Jáchai y Huaco tiene una calidad inadecuada directamente relacionada con características químicas de los ríos que la recargan. Aportes super-ficiales que confluyen a estos valles con mejores cualidades favorecen la presencia de zonas con agua subterránea de mejor calidad.
Se interpretan los resultados suministrados por la Universidad de Surrey de muéstreos iniciados en el año 2005 (Ward, N.I., Hill, S., Marcilla, A., Allende, D., 2006):
Contenido de boro en aguas superficiales y de consumo
Se tomaron muestras compuestas de ríos, canales de riego y aguas de consumo. Las de aguas superficia¬les se extrajeron a 5 cm de profundidad y se almacenaron en envases especiales Sterilin® de 30 ml. Se sacaron 4 muestras a efectos de lograr homogeneidad y representatividad como así también cuantificar la variabilidad analítica entre ellas. Las muestras se filtraron in situ y se almacenaron a 4 °C. Los resultados se expresan como concentraciones disueltas. Las técnicas (Azometina-H y ICP/MS) para 32 muestras se validaron por compa¬ración intermétodos aplicando el t-test y el R2 con resultados satisfactorios (intervalo del 95% de confianza). La Tabla 1 contiene los resultados de B para los ríos Blanco, Jáchai y Huaco, los diques Cuesta del Viento, Pachimoco y Los Cauquenes. Del arroyo Agua Negra, agua para riego en Pampa Vieja y agua para consumo de la ciudad de Jáchai, de Huaco y Niquivil. También se incluyen los resultados para Río Negro.
El B se origina en las cuencas desarrolladas en alta Cordillera como en el río Salado que aporta al río Blanco que contiene para el año 2005,2,43-6,95 mg/1, diluyéndose en su unión con el río De La Palca (Lohn, P, García, E., 1983,1985) originando el río Jáchai con 3,44 4,28 mg/1 en el ingreso al dique Cuesta del Viento. A su egreso en Niquivil el B aumenta a 4,47-5,82 mg/1. La concentración mínima determinada para el río Huaco fue de 4,37 mg/1. En la provincia de Río Negro se determinó el Boro en diferentes puntos de muestreo con concentracio¬nes que tienen escaso o ningún efecto negativo sobre la salud humana. La diferencia de los contenidos de B entre estas aguas es importante, un máximo de 0,141 mg/1 respecto de 7,24 mg/1 para las cuencas del río Jáchai y Huaco. El límite para el B en agua potable se establece como máximo en 0,30 (EPA, 2005) y 0,50 (OMS, 2003) mg/1, por tanto las aguas para consumo de Jáchal-Niquivil-Huaco superan ampliamente estos límites. Asimismo la concentración de B es elevada para la mayoría de las plantas.
Lohn, Pedro ', Ward, Neil Ian ', Malthew, Paddock 2, Hill, Sarah2, Marcilla, Andrea 2
' Instituto Nacional del Agua (INA)-Centro Regional de Agua Subterránea (CRAS)
- ICP-MS Facility, Chemistry, School of Biomedical and Molecular Sciences, University of Surrey, Guildford, Surrey, GU2 7XH, UK. N.Ward@surrey.ac.uk y andrea@rionegro.com.ar
EL RIO JÁCHAL Y SUS AGUAS SALOBRES
(Por Hugo Bosque) “Ustedes están ahora preocupados por el cianuro que les pueda llegar de Veladero, pero desde siempre tienen un río saturado de boro y no han hecho nada”. El reproche de Jaime Bergé, de la Cámara Minera de San Juan, dirigido a funcionarios y legisladores jachalleros en una reciente y “calentita” reunión, no es caprichoso: desde hace siglos, el valle de Jáchal, ha visto morir sus cultivos y emigrar a sus hijos debido a las aguas salobres, sin que los gobiernos hayan hecho nada para remediarlo.
Desde su nacimiento, en las cordilleras de Catamarca y La Rioja, el río Jáchal arrastra en disolución minerales nocivos para muchas especies vegetales. Según informes oficiales, el cloruro de sodio y boro, han superado el límite de tolerancia agrícola de 1.500 miligramos. La salobridad del río Jáchal ya fue suficientemente corroborada por tres expediciones científicas, todas organizadas por el gobierno provincial: Palmero-Rovira (1946), Augusto Tapia (1946) e Ivanisevich-Fytz-Roy (1948). Las tres analizaron muestras desde los potreros cultivados hasta las nacientes en Catamarca, dieron con el origen del problema y propusieron cómo eliminar los efluentes enfermos.
A lomo de mula, sin radio ni carpas, pero con sus laboratorios portátiles a cuestas, los expertos superaron los 4.000 m.s.n.m y recorrieron 600 km, desde Angualasto hacia el Norte, soportando temperaturas nocturnas de hasta 15ºC. El informe más exhaustivo fue el de Palmero-Rovira, pero la fecha de su presentación pública, el 13 de enero de 1944, no fue la mejor: dos días después, un terremoto destruyó la ciudad de San Juan y mató a 10.000 personas. Así, el agua del Río Jáchal, pasó de ser una “prioridad sanjuanina” a una cuestión menor.
El Río Jáchal, está formado por el de la Palca y el Blanco, que se unen en la Junta de la Palca. El primero y más caudaloso, nace en el Valle del Cura por la suma de los ríos, Las Taguas y Río de la Sal; sus aguas son claras y de inmejorable calidad. El Blanco nace en territorio sanjuanino conociéndosele en el primer tramo como “río Podrido”. Es evidente e incontrovertible que los cloruros que posee el agua del Río Blanco, se originan en el Río Salado. Estas aguas son “mediocres” y son las responsables de la calidad del agua empleada en Jáchal para la irrigación.
Esta primera expedición y las dos que le sucedieron, coincidieron en un dato concluyente: el cloruro de sodio y el boro del Jáchal comienza su camino en los ríos Blanco y en su afluente, el Salado. Los informes propusieron alternativas de solución: diques de contención, desvío del curso (que porta hasta 2m3/seg), entubamiento o canalización. El caudal no es significativo y desviarlo sería un gran beneficio.
Sin embargo, más de medio siglo después, los informes duermen en el olvido mientras los gobiernos provinciales construyeron un embalse –que regula caudales pero agravó el problema– y soñaron proyectos agrícolas alimentados con agua mala.
Para peor, Cuesta del Viento
“Los cursos no fueron eliminados de la cuenca y Jáchal, siguiendo la lógica de las grandes obras públicas, construyó el embalse de Cuesta del Viento, el que además de ser un paraíso internacional del wind surf, está ocasionando la creciente concentración –gracias a la evaporación– de la salinidad del río, aguas abajo” -advertía Hugo Guillermo Bosque, ex juez en Jáchal y por años asesor de Hidráulica, en un informe de julio de 2001.
Bosque, por cuenta propia se encargó de analizar, desde que comenzó el llenado del dique, las aguas del río aguas arriba (en Angualasto) y abajo (en Pachimoco), de Cuesta del Viento. El agua que sale desde el dique hacia Jáchal contenía 3.48 miligramos de boro, y antes de ingresar al dique era de 2.6 miligramos. Solo por el estancamiento, habían aumentado el 25%. Estos resultados, publicados periódicamente en el matutino local Diario de Cuyo, no les movieron el pelo a las autoridades jachallera o provincial.
Apenas polemizó el geólogo Alfredo Miolano, quien sostenía que Jáchal debía abocarse al membrillo, la cebolla y los dátiles, los pocos cultivos que soportan el agua “enferma”. La realidad, es que Cuesta del Viento está acelerando la desaparición agrícola de Jáchal.
“Un pasante, un canal impermeabilizado, un pequeño dique o un acueducto cubierto a 3.000 metros de altura, sería una obra pública sólo apreciada por cóndores y guanacos, pero los beneficios serían concretos y palpables. Quien se anime a esta empresa pasará a la historia como aquel que fue capaz de cambiar la historia de Jáchal”, sostenía Bosque.
Una voz y muchos sordos
En los últimos años de su vida, Hugo Guillermo Bosque sostuvo una cruzada personal: abogar por una solución para la salinidad del río Jáchal. Por eso, no cesó en escribir y polemizar sobre un tema harto conocido en San Juan –se lo estudia en la universidad y en las escuelas– pero aceptado como una maldición divina.
Su pregunta reiterada era: ¿por qué en esta época de helicópteros, navegadores satelitales, vehículos 4x4, no hay presupuestos y ganas de ver si es factible dotar de otra calidad al río Jáchal?
El poder político suele ser sordo, ciego, mudo. Pero no tonto, tal vez esa haya sido la razón por la que los prenseros del gobernador Alfredo Avelín, hayan sugerido a los medios locales ignorar el último trabajo de mi padre, para no arruinar los rimbombantes anuncios de dotar a Jáchal con una red de canales para transformarla en una “cuenca lechera”.
Pero ese no fue el único episodio en la historia miserable de las aguas de este río. Antes y después, los gobiernos y sus mandados han decidido que el problema no existe. Y ahora temen por el efecto futuro de la minería sin reparar en lo que beben, hace siglos, los hijos y las plantas del norte sanjuanino. Aguas que no has de beber, déjala correr.
Antes y después del dique
Elementos Antes del dique Después (Pachimoco)
pH (potencial de hidrógeno) 8.10 8.20
Sólidos disueltos calculados 1.020 1.070
Dureza total (Co3 Ca mg/1) 363 367
Consumo humano y aptitud de riego (Instituto de Investigación Tecnológicas)
Elementos Antes del dique Después (Pachimoco)
Dureza de no carbonato (mg/1 de Co3 Ca) 256 225
Magnesio (Mg++) 15 17
Sodio (Na+) 215 225
Sulfato (So4-2) 217 268
Fluoruro (F-) 0.60 0.70
Boro (B) 2.29 2.49
*(INA Instituto Nacional del Agua y el Ambiente). Mayo 2001.
EL ANTIGUO ESPLENDOR
Según el censo de 1869, la provincia de San Juan tenía 60.319 habitantes y Jáchal, 12.040 habitantes. En 1991, la provincia sumaba 529.651 habitantes y Jáchal apenas 19.950. Es decir, de un 20% de la población sanjuanina, los jachalleros se redujeron a sólo el 4%.
Durante la segunda mitad del siglo XIX y parte del siglo XX, la ganadería fue el gran negocio de Jáchal. La minería de Chile, y sus tropas en guerra entre 1830 a 1879 con Bolivia y Perú, pedían grandes cantidades de animales de carga y vacunos en pie para alimentación del personal. Los proveedores de estas bestias, estaban al este de la cordillera y los jachalleros, que vieron la oportunidad del negocio, se lanzaron a la actividad, con lo que la riqueza llegó, fruto del trabajo.
La paz, la muerte de salitre chileno, la desaparición del transporte a sangre, extinguieron la economía próspera y autónoma de Jáchal. De ahí en más, vendría una supervivencia basada en subsidios, coparticipaciones, socorros varios. Sus habitantes se volcaron al empleo público y sus políticos al clientelismo. Sólo el trigo (que crece antes del verano y soporta el agua salina) resistió a la decadencia. Hasta 1930, Jáchal se autoabastecía de cereales y sus siete molinos entregaban el sobrante a la capital sanjuanina en árganas llevadas por tropas de mulares. Pero los trigales locales no pueden competir con la pampa húmeda.
Aguas abajo de la villa, desaparecieron áreas cultivadas en Mogna y Tucunuco. Huaco, hacia el norte, perdió la mitad de sus tierras.
RÍO JÁCHAL: LA VERDADERA HISTORIA DE SUS AGUAS SALOBRES
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MINING PRESS | |
(Por Daniel Bosque) El Río Jáchal, en cuyos nacederos está Veladero, no está enfermo por la minería sino por su esencia mineral. La cuestión, conocidísima por los sanjuaninos, ha sido ignorada por los gobernantes en los últimos 50 años. Hugo Guillermo Bosque, quien fue abogado y juez de Jáchal, publicó en 2001 un trabajo “El Río Jáchal y sus aguas salobres”, en el cual memoró las expediciones de 1943 y 1946 que determinaron los orígenes de la salinidad del curso. Bosque sostenía una hipótesis: que el embalse de Cuesta del Viento, que por entonces se estaba llenando, terminaría agravando la deteriorada salud del agua que riega y alimenta a los valles jachalleros. “Muy interesante”, me llegaron a comentar funcionarios de turno. “Eso no es responsabilidad de la minería”, me dijeron con mirada corta algunos empresarios mineros. El informe del programa de TV “La Liga”, del que hoy se habla tanto en San Juan y en el sector minero, hace propicia la ocasión para volver a plantear un tema cuya resolución, en una sociedad mejor organizada, sería cuestión de Estado. Ignorarlo, para la propia minería, es convivir con un talón de Aquiles. Cada vez que se combata a la industria, aparecerán algunos jachalleros pícaros frente a las cámaras diciendo que la minería les envenenó el agua. Pero lo cierto es que la gente y los cultivos de Jáchal, por la indolencia de los sucesivos gobiernos, beben agua pésima desde hace décadas. “S.O.S para el Río Jáchal” es un llamado a la acción de empresarios y políticos. El próximo 5 de junio es el Día del Medio Ambiente, tal vez esa sea una oportunidad propicia para que algún responsable diga que el “agua podrida” del norte sanjuanino pasó a formar parte de la agenda. (El que sigue es un artículo sobre el informe mencionado, publicado en Revista Mining Press en setiembre de 2005). |