“La elección de un proveedor para proyectos de gran magnitud debe estar apoyada siempre en tres puntos claves: experiencia, solidez y capacidad de respuesta”, afirma Diego Villarroel, gerente de Ventas de Estructuras Metálicas DIN S.A.
Desde hace 40 años, DIN S.A. fabrica estructuras metálicas. En esa época ostentaba un cartel que simplemente decía “Techos Autoportantes”. Hoy cuenta en su currículum con numerosos proyectos, muchos de gran envergadura, para sectores tan diversos como acerías, minería, depósitos y centros logísticos, supercenters, plantas industriales y aeropuertos. “Atrás de esos proyectos hubo un desafío. Salir airosos es el compromiso asumido, para lo cual dedicamos muchas horas al proyecto en todas sus áreas. Creemos en la dedicación por sobre el talento, por esa condición es que las empresas que trabajaron con nosotros nos consultan en nuevos emprendimientos”, explica Villarroel.
En minería, DIN S.A. ha trabajado en dos grandes proyectos. En Bajo de la Alumbrera, en Catamarca, fabricó y montó 400 ton de estructuras para tolvas, cintas transportadoras y torres en un plazo récord de 80 días. También desarrolló 600 ton de estructura de cintas móviles y fijas destinadas al transporte del mineral dentro de la mina.
En Veladero, en San Juan, a 3600 m.s.n.m. construyó varios edificios como: secondary crusher, truck wash, pregnant solution, electrical room, domme platform, entre otros. En total, 850 ton de estructuras.
Actualmente DIN S.A. está trabajando en otros proyectos mineros de importancia en Argentina y en el Exterior, pero como están en desarrollo prefieren no dar nombres.
Como proveedor, Villarroel entiende que “el desarrollo minero en la Argentina es de vital y suprema importancia por los próximos 50 años. Su crecimiento depende fundamentalmente de dos factores excluyentes: la preservación del medio ambiente y las reglas de juego claras. El modelo a seguir es el chileno, exitoso y virtuoso y sirve de ejemplo de cómo llevar la minería a ser un motor de la economía nacional y regional. Atrás de eso hay un esfuerzo y una perseverancia dignas de imitar y de admirar” (ver recuadro).
Aluar, Siderca, Car One, Easy, Supermercados Norte, Wal Mart, Aeropuertos Jorge Newbery y Ezeiza, Universidad de Morón y Ternium Siderar son algunos de los clientes de renombre que confiaron en DIN S.A. Recientemente concluyó las obras en la Central Termoeléctrica Pilar, en Córdoba, y en Loma de la Lata, en Neuquén. Este contrato consistió en la provisión de ingeniería, fabricación y montaje de unas 3.500 ton de estructuras en ambos proyectos.
“Nuestro foco ha sido siempre la industria nacional aunque hemos trabajado para Bolivia, Nigeria, Chile y otros países. Hoy tenemos una presencia nacional y regional que nos promueve a mayores desafíos y nuestros esfuerzos se canalizan en alcanzar mejores niveles de gestión en cada una de las áreas de la compañía”, destaca el empresario.
Actualmente, DIN S.A. trabaja en proyectos que requieren infraestructura pesada en acero y desarrollo de ingeniería avanzada. Apuesta a la integración en mercados en expansión en los países vecinos y la consolidación como proveedor de conocimiento específico.
“Creemos en un futuro con mayor desarrollo, por eso invertimos hoy”, afirma Villarroel. Calidad, ingeniería, desarrollo personal, capacitación y maquinaria diversa. Todo eso incorporó la empresa en el último tiempo “aún no teniendo certeza de la duración de la crisis”, aclara el directivo, que está sumamente seguro de que “las crisis no se pueden evitar, lo que se puede prever es cómo enfrentarlas”.
Recordando a Pedro Gadda
(1947-2010)
(Por Diego Villarroel). Pedro Gadda trabajó con nosotros cuando la Avenida San Martín era aún de tierra y nuestras capacidades eran bastante menores que las de hoy. Sin embargo, con una visión de futuro envidiable y una tenacidad única, fue diseñando la planta que nuestra empresa tiene en Escobar, provincia de Buenos Aires.
Ingeniero electromecánico, docente, aviador y, por sobre todo, entusiasta, “Pedrito” como lo llamábamos, hacía de lo más complejo lo más simple.
Tenía el afán de mejorar todo lo que llegaba a sus manos y el de fabricar lo que no existía. La frase “no se puede” no existía en su vocabulario.
Podría llenar renglones de anécdotas que hemos vivido juntos, de cómo afrontamos diversos desafíos de su mano, de cómo le gustaba enseñar y compartir.
Lamentablemente no está ya entre nosotros. Dios quiso otra cosa. Pero caminando por la planta no lo extrañamos, da la sensación que detrás de cualquier máquina saldrá caminando, rezongando, obvio, con las manos sucias y su infaltable gorra y anteojos.
Tuve la suerte de poder disfrutar con él la pasión de volar, tomándole fotos a todas las obras que la empresa hacía y pasar la tarde de un sábado en el Aeroclub de Escobar - del cual era el presidente - charlando sobre aviones. Pedrito hablaba y yo lo escuchaba atentamente.
A veces, Pedro se tomaba la tarde para despuntar el vicio que lo apasionaba. Por eso, hoy cuando camino por la planta y no aparece junto a sus maquinas, pienso: “Pedrito salió a volar”
Chile
Un Modelo a Seguir
Villarroel tuvo la oportunidad de conocer el medio minero chileno. “Ví con mis propios ojos la seriedad y el trabajo a largo plazo que se realiza. Sorprendente”, afirma.
El directivo resalta que Codelco es estatal y la compañía minera más grande de Chile. A través de los organismos IM2 exporta tecnología al mundo. “Entender lo que eso significa es comprender la seriedad e importancia de cómo se debe desarrollar el mercado”.
Villarroel opina que Argentina debería seguir los pasos del modelo chileno: “Es muy importante que las políticas de fomento a la minería se mantengan en el tiempo a pesar de los gobiernos imperantes. Por eso es fundamental la calidad de la gestión, como viene siendo hasta ahora, para lograr su continuidad en el tiempo. La minería no debe depender de un puñado de voluntades ni de ningún partido político, es un derecho de los que habitan el suelo de una nación”, explica.
“Como dato a tener en cuenta, Codelco es la creación de Salvador Allende, cuando nacionaliza el cobre en 1971, y desde ese entonces, contribuyó con casi US$ 100.000 millones a la economía de Chile. Ningún gobierno, ni siquiera la dictadura que lo derrocó, promovió la privatización de esta compañía. Todos los gobiernos fomentaron su progreso y gestión”.