Desde 2003, cuando el gobierno argentino lanzó el Plan Minero Nacional, el primer plan para el desarrollo de la actividad minera en el país, el número de proyectos mineros creció por arriba del 900 %, las inversiones superaron el 1.100 %, la producción se triplicó y la creación de nuevas fuentes de empleo se ubicó por arriba del 500 por ciento, con más de 500 mil puestos de trabajo.
Ley de Glaciares. El proyecto de ley del diputado Miguel Bonasso es similar al vetado por la presidenta porque avasallaba los derechos constitucionales de las provincias y contrariaba los criterios de la ley de Presupuestos Mínimos Ambientales, con que la Nación pretende velar de manera básica el buen uso de algunos recursos, pero sin prohibir de antemano a sectores de la producción que en muchos casos son el sustento de las economías provinciales. Hay que trabajar por una ley que, al mismo tiempo que vele por el resguardo del recurso natural glaciar, pueda arbitrar y normar para que las provincias tengan un ingreso genuino a partir de sus recursos naturales.
El Consumo de Agua. La minería no usa la cantidad de agua que algunos aseguran. Además, en el 95% de los casos el agua es buscada, detectada, extraída y pagada por los propios operadores, bajo el cumplimiento de las normas estrictas de Argentina y las provincias, dueñas de sus recursos.
Contaminación. En la minería los circuitos de la metalurgia son cerrados porque el agua es el elemento que recolecta el mineral. Si se escapa el agua, se escapa el mineral, producto del negocio. Con el cianuro sucede lo mismo, si se pierde también se pierde el mineral. Pero aún cuando se escapara agua con cianuro la infraestructura de mina está preparada para ello y se permeabilizan los suelos, con metros de arcillas y membranas de última calidad.
A Cielo Abierto. Algunos dicen “nos vuelan los cerros, nos vamos a quedar sin montañas”. Esto es no conocer la montaña. En San Juan, lo que la minería emplea de terreno es el 0,0001% de la superficie montañosa, en una provincia donde el 80% de su territorio es montañoso. La minería a cielo abierto es fácilmente controlable porque todo se ve, es un proceso industrial indisimulable.
Controles. Argentina posee una normativa de resguardo ambiental incorporada al Código de Minería que cumple con los mayores estándares internacionales de control para esta materia. A esto se suma el propio control de las empresas que cotizan en bolsa y si no cumplen, el mercado las castiga.
Función de la Nación. El gobierno nacional no otorga licencias para hacer minería. Son las provincias las que conceden los recursos. Son concesiones, por lo cual no hay dueños de minas sino operadores. Además, la provincia es también autoridad de aplicación ambiental y de higiene y seguridad en el trabajo. El Gobierno nacional es algo así como el inflador anímico para salir a buscar inversiones, para pensar el desarrollo de un país con mayor equilibrio entre sus regiones.
Diferencias y Similitudes. La minería es el único sector de la producción, sólo comparable con el petróleo, que se tiene que poner en marcha donde elige la propia naturaleza. Sólo puede ir a donde está el yacimiento y previamente lo tiene que buscar. Los metales suelen estar en los lugares donde lo único que sobra son carencias. Antes de empezar a producir, un proyecto minero de largo plazo precisa de una fuerte inversión, del orden del 30-40% en infraestructura. Hacer camino, garantizar habitar, llevar la energía, etc. Toda esa inversión física en infraestructura le queda a la sociedad.
El Futuro. Estamos consolidando el desarrollo de la minería para los próximos 50 años. Estamos convencidos que vamos a seguir creciendo. En breve se construirán al menos 15 proyectos mineros de envergadura internacional, con inversiones por arriba de los US$ 30.000 millones y la generación de 450 mil puestos de trabajo. Estaremos entre los cinco principales países productores de cobre del mundo, entre los tres primeros en plata, uno de los seis más grandes en oro y entre los primeros en litio, potasio y boratos.
* Secretario de Minería de la Nación