El mineral que se utiliza para los azules intensos
Algunos estudios afirman que el hombre usa el cobalto desde hace 5.000 años. Sin embargo, recién en la tercera década del siglo XVIII el cobalto fue descubierto como tal por el químico sueco George Brandt, quien notó que era este metal el que le daba la tonalidad azulada a vidrios y cristales y no el bismuto, como por entonces se creía.
El cobalto es un metal duro, ferromagnético y de color blanco azulado que normalmente se encuentra junto con el níquel. La historia más conocida acerca de su nombre es que deriva de “kobald”, término con el cual en la región alemana de Erzgebirge, dedicada a la minería de plata, se denominaba a gnomos y espíritus que, según se decía, frecuentaban las minas. Los mineros de la zona creían que estos seres eran los que provocaban que el cobalto interfiriera con la fundición de la plata, además de traerles serios problemas respiratorios.
El principal uso del cobalto hasta entrado el siglo XX estaba en la industria de los colorantes, empleándoselo como pigmento para azules intensos. Pero las investigaciones que se desarrollaban sobre este mineral permitieron multiplicar sus usos, hasta transformarlo en uno de los metales industriales más populares. Se lo encuentra en elementos tan diversos como pilas de teléfonos celulares, cintas de video y magnéticas, catalizadores para reducir el contenido de azufre de las naftas y en las brocas de taladro de carburo de tungsteno.
En el mercado de cobalto se destacan Zambia y Zaire, que concentran más de la mitad de la producción mundial, a los que les siguen Canadá, Estados Unidos, Australia y China. Los mayores depósitos mundiales conocidos se encuentran en el llamado Cinturón cuprífero Centroaficano, que incluye la República del Congo, Zambia, Zimbabwe y Uganda. Otros yacimientos se encuentran en Australia, Canadá, Rusia y Sudáfrica, entre otros países. Estados Unidos, Francia, Japón y otros países altamente industrializados son los principales destinos del cobalto.
Junto a su uso industrial, el cobalto resultó ser un aliado muy útil de la medicina y los estudios de las ciencias biológicas. El descubrimiento, en 1938 del Cobalto 60 (Co-60), un isótopo que emite rayos gamma al decaer su radioactividad, permitió construir la “bomba de cobalto” que libera material radiactivo y que sirve para tratar diferentes tipos de cáncer. En Argentina hay aproximadamente 1.700 centros médicos que cuentan con bombas de cobalto.
El Co-60 también es empleado en importantes procesos industriales. En nuestro país, el Co-60 es producido en la Central Nuclear Embalse (Córdoba). De allí es trasladado al Centro Atómico Ezeiza (CAE) para su acondicionamiento y posterior despacho para venta. La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) ha exportado Co-60 a Bélgica, Canadá, Chile, EE.UU., Francia, Indonesia, Marruecos, México, Perú y Venezuela.
UN METAL CON INSTITUCIÓN PROPIA
En 1982 se creó formalmente el Instituto de Desarrollo del Cobalto (Cobalt Development Institute, CDI), una organización internacional sin fines de lucro que agrupa a productores, consumidores y comercializadores de cobalto con el objetivo de promover su uso responsable, proveer información acerca de su utilización e incentivar el intercambio de data sobre recursos, producción y aplicación del cobalto. El CDI cuenta con 44 miembros de 18 países.