Trabajar a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar y en condiciones climáticas extremas durante el invierno, es lo que decidió a la Brigada de Emergencia de Barrick a desarrollar un diseño para una carpa Triage inflable, especialmente preparada para un incidente en el camino minero ya que permite la atención en terreno de los heridos, aislándolos de bajas temperaturas.

Se trata de un diseño del año 2007 que realizó uno de los empleados de Barrick, Leonardo Toia, líder de Respuesta a la Emergencia. Luego se fabricó en Córdoba y actualmente está en el campamento Sepultura. Hasta el momento no hubo incidentes que determinaran el uso de la carpa, salvo en simulacros.

El piso de la carpa está pintado con los colores del triage (método de la medicina de emergencias y desastres para la selección y clasificación de los pacientes basándose en las prioridades de atención) para así agilizar el tratamiento y clasificación de heridos en caso de incidente. Mide 5 X 5 metros, el techo soporta 100 kilos ante alguna nevada intensa y se infla en 54 segundos. En su interior tiene espacio para colocar iluminación, con la que también cuenta, y dispositivos para colgar sueros.

También contempla una doble puerta que facilita el tratamiento de posibles heridos, ya que con este sistema puede armarse directamente al lado del vehículo siniestrado.

Con una capacidad para 18 personas acostadas y la necesaria aislación térmica, ya que sus paredes de 70 cm "no permiten el ingreso del viento y eso quita la sensación térmica al lugar. Se pensó así para que en caso de algún incidente en la montaña, un eventual paciente no sufra un cuadro de enfriamiento o hipotermia" explicó Leonardo Toia.

Para probar cómo funcionaría se armó a 5.000 metros sobre el nivel del mar en Conconta con vientos de 90 km por hora y "pasó ese testeo, aunque de todos modos nunca se ha tenido que utilizar en una situación de emergencia real" aclaró el líder en respuesta a la emergencia.