Barrick completó y puso en marcha un nuevo sistema que permite reutilizar el agua de los efluentes de las plantas de tratamiento del campamento Veladero dentro del circuito cerrado de lixiviación.
Innovador, económico y amigable con el medio ambiente son las características del nuevo sistema de tratamiento de aguas residuales implementado recientemente en la mina Veladero, que usa lombrices californianas para la depuración. Las mismas integran un sistema de filtros para el tratamiento de aguas cloacales generadas por los servicios higiénicos y comedores del campamento. El agua tratada se reutilizará en el valle de lixiviación.
Se trata del "Sistema Tohá", una tecnología ecológica cuya aplicación se concreta mediante una planta piloto instalada en el campamento. Desarrollado en la Universidad de Chile y patentado por la Fundación para la Transferencia Tecnológica (UNTEC), fue implementado con gran éxito en Chile (mina Zaldívar también operada por Barrick, es un caso), México, Paraguay y Argentina. La decisión de aplicar el sistema intenta saldar una necesidad, "es un proyecto ambientalmente favorable que completa las instalaciones de saneamiento y resuelve la necesidad de evacuar un agua con una calidad compatible con la normativa legal que regula la descarga de aguas tratadas", se detalló desde la empresa.
Oscar Sagardía, Superintendente de Medio Ambiente de Barrick, explicó cómo se generó la idea: "Somos más de 2.000 personas en Veladero que utilizamos agua para aseo, cocina y uso humano en general. Surgió, entonces, la idea de reutilizar toda esta agua y llevarla al área de proceso. Con esto logramos minimizar el agua que consumimos para nuestro proceso en el valle de lixiviación. Antiguamente, esta caudal de agua pasaba por la planta de tratamiento biológico y a su salida, con una calidad que está determinada por ley, se volcaba a lechos de infiltración".
Antes de la instalación de la planta piloto, el tratamiento de aguas residuales se efectuaba mediante la modalidad de lodos activados; con este nuevo sistema el plus será la posibilidad de reutilizar el agua. Es que esta técnica de descontaminación de aguas destaca por los múltiples beneficios que brinda: no produce olor porque no hay estancamientos, es de fácil operación y mantenimiento, genera altos porcentajes de remoción de los parámetros contaminantes (nitrógeno, fósforo, sólidos suspendidos), no produce lodos inestables a diferencia de otras plantas de tratamientos.
El proceso de tratamiento consta de dos etapas principales. En la primera, el agua servida o agua residual es irrigada como en el sistema de regadío de césped y escurre por gravedad a través de un biofiltro constituido por capas de diversos materiales, como por ejemplo aserrín, viruta y piedras. Aquí se absorbe y procesa la materia orgánica. La capa superior, constituida por aserrín, contiene un gran número de microorganismos y lombrices (Eisenia Foetida). En el aserrín se anida esta especie de lombriz particularmente voraz con la materia orgánica, lo que permite, en primera instancia, retener el material grueso que contiene el elemento líquido. A medida que el agua escurre hacia las capas inferiores, llega a la capa de piedras, donde se va generando una colonia bacterial que termina con el proceso de destrucción de materia orgánica iniciado por las lombrices. Cuando finalmente el agua residual traspasa todo este sistema de biofiltros, estos organismos han absorbido y digerido la materia orgánica eliminando su principal contaminante.
En una segunda fase del tratamiento, el agua pasa por una cámara donde se le aplica radiación ultravioleta, a fin de eliminar totalmente los gérmenes patógenos. El resultado es un líquido que cumple, como mínimo, con la calidad establecida en la norma de agua de riego. Producto de su accionar, las lombrices utilizadas en el proceso de purificación del agua servida generan un producto denominado humus, que resulta muy efectivo como abono para la agricultura. Según se informó desde la empresa, aún no se determina la disposición final del humus que genere la planta instalada en Veladero. Sucede que al tratarse de descomposición de líquidos cloacales la generación de humus propiamente dicho es muy baja, por lo que la obtención del mismo debe realizarse cada un año.
Para poder llevar el agua hasta las pilas de lixiviación, el nuevo sistema demandó la construcción de un reservorio que posibilita contar con un caudal uniforme y que tiene una capacidad de 200 metros cúbicos, un sistema de bombeo especial y un sistema de conducción en cañerías bajo tierra de 5.110 metros (por la difícil geografía montañosa). Esta importante obra demandó un plazo de ejecución de 10 meses y una inversión cercana a los 3 millones de pesos.
"Nuestra política ambiental es clara. Tenemos como meta tratar de reciclar todo lo que podamos, reducir y reutilizar lo más posible todo lo que genera nuestra actividad. Con el nuevo sistema de conducción, los beneficios son excelentes, optimizamos el consumo de agua del río aportando al valle de lixiviación un caudal de 6 litros por segundo, que es lo que se genera en todo el hotel y el campamento", agregó Sagardía.
El sistema de reutilización de aguas tratadas se suma a otros programas ambientales que lleva adelante Barrick, como la revegetación de vegas alto andinas, el programa de monitoreo participativo de agua con las comunidades, la utilización de energías limpias a través de su generador eólico y la certificación de normas internacionales, entre otros, que son reflejo de su compromiso continuo con una gestión ambiental de excelencia.
Las claves del Sistema Tohá
1- El inicio del proceso comienza con un tratamiento físico de las aguas negras y grises para eliminar la presencia de sólidos no degradables que se realiza mediante la recirculación del agua a través de una cámara de rejas.
2- Luego el líquido es conducido al filtro biológico donde aspersores distribuyen el agua bajo intervalos regulares y de manera uniforme. El filtro es básicamente una estructura de hormigón que se rellena con materiales orgánicos y filtrantes como el aserrín que sirven de sustento para la población de lombrices.
3- En estas condiciones controladas las lombrices convierten los efluentes en humus de lombriz que luego puede ser usado como abono. Retenida la materia orgánica por los organismos, el líquido efluente residual se recolecta en el fondo y recibe un tratamiento final de decantación y tratamiento con luz ultravioleta que elimina cualquier agente patógeno.
Fuente: Barrick - Diario de Cuyo
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BARRICK: El uso del Agua en Pascua Lama
Mitos y Realidades sobre la mina Pascua-Lama
1. ¿La operación minera alterará los ríos?
La construcción y posterior operación minera no afectará ni en calidad ni en cantidad los ríos de la zona. Toda el agua destinada a uso industrial minero, necesaria para el desarrollo y operación de Pascua–Lama (346 lts/seg), se obtendrá aguas abajo de las instalaciones mineras, en la zona del Río Las Taguas, mientras que el agua para uso poblacional (4 lts/seg) será subterránea y provendrá de una batería de pozos ubicada en la zona de Amarillos.
Dentro de la cuenca del Río Taguas, de la que se extraerá el agua para uso minero, están los cauces Arroyo Turbio y Arroyo Canito, los que serán desviados alrededor de las obras durante el período de operación, para prevenir cualquier posible afectación de su calidad.
El consumo de agua superficial y subterránea que realice Barrick con Pascua–Lama producirá una merma mínima en el caudal del río Las Taguas y, en ningún caso, afectará a los usuarios ni al medio ambiente.
2. ¿Cómo van a proteger la calidad de las aguas?
Barrick se ha comprometido a no alterar la cantidad ni la calidad de las aguas, lo que ha sido tenido en cuenta desde el comienzo mismo del diseño de Pascua-Lama. Ni los usuarios del agua ni el entorno serán afectados por la ejecución del proyecto. Para garantizar esto se consideran varias medidas técnicas, entre ellas:
Desvío de los cauces de agua (afluentes) alrededor de las instalaciones, para evitar el contacto con las operaciones.
Captura y reutilización de las aguas que tomen contacto con las operaciones.
Recolección, tratamiento y reutilización de todas las aguas residuales, de manera de no descargarlas en el medioambiente.
Además de lo anterior, y para prevenir cualquier tipo de afectación al recurso, se ha implementado un exhaustivo plan de monitoreo de aguas subterráneas y superficiales, los que continuarán, incluso, después del término de la vida útil de la mina. Los resultados de estos monitoreos serán puestos a disposición de las autoridades, verificados por ellos y auditados por terceros. Este plan tiene, además, previsto un proceso de participación ciudadana, a través de los monitoreos participativos.
3. ¿Son altos los niveles de boro y arsénico del agua del río Jáchal?
El río Jáchal tiene características especiales que han sido investigadas en los últimos 40 años por diferentes organismos oficiales, los que unánimemente han confirmado que los niveles naturales de dicho cauce son altos en boro y arsénico y que estas características responden a condiciones naturales, no a actividad humana alguna.
En los estudios de impacto ambiental de Veladero y Pascua–Lama constan estudios específicos de agua que arrojan idénticas opiniones. Estos estudios determinaron que las características de las aguas de la zona de Jáchal siempre han tenido importantes niveles de boro y arsénico. Los proyectos mineros no tienen ninguna incidencia en dichos niveles de afectación de calidad de agua del Río Jáchal por la presencia de boro y arsénico.
4. ¿Han tomado en cuenta los impactos en el medioambiente con las operaciones de Veladero, por ejemplo, en lo que se refiere al consumo de agua sobre el río Las Taguas?, ¿está garantizada el agua en época de sequías?
El Estudio de Impacto Ambiental de Pascua–Lama consideró todos los impactos acumulativos con Veladero. El análisis fue realizado sumando los impactos de Pascua–Lama a los efectos de Veladero.
Un buen ejemplo es la estimación del impacto del consumo de agua. Se calculó y analizó el impacto asumiendo el consumo máximo de ambos proyectos mineros bajo distintos escenarios, incluyendo años extremadamente secos –similar a las condiciones experimentadas en el río Jáchal en el año hidrológico 1969-1970– y se concluyó que las mermas serían mínimas.
Nadie tiene garantizada el agua en épocas de sequía. En ese caso, aplicará lo dispuesto en el Código de aguas de la Provincia de San Juan.
5. ¿Cómo va a mitigar la empresa posibles impactos derivados del uso del agua?
Como parte de los estudios ambientales, y conforme lo exige la Ley Ambiental Minera Argentina, Barrick ha propuesto un plan de manejo y mitigación por el uso de aguas superficiales y subterráneas para el Proyecto Pascua-Lama.
Este plan propone le ejecución de un plan de obras a lo largo de los canales de riego de Iglesia y Jáchal, es decir, en el sistema de distribución de agua, lo que le garantizará a los productores agrícolas y a la comunidad en general una recuperación de mayor cantidad de agua a la que efectivamente consuma y tiene concedida Barrick para su proyecto minero Pascua-Lama.Este plan ha sido, además, aprobado por el Departamento de Hidráulica de la Provincia de San Juan y está actualmente en proceso de implementación.
6. ¿Qué sucederá cuando culmine la explotación minera, específicamente con el dique de colas?
Se procederá a implementar un plan de cierre aprobado ambientalmente.En el Informe de Impacto Ambiental de Pascua–Lama, y tal como lo hace Barrick en todas sus operaciones, se ha incluido un plan de cierre preliminar, que será modificado conforme al desarrollo del proyecto cada cinco años, para luego someterlo a la aprobación definitiva por parte de las autoridades. Este plan de cierre incluye una etapa post–cierre, en la cual las actividades se centrarán en el manejo de las aguas y el monitoreo.
El cierre del dique de colas, por su parte, durará varios años, mientras se construye la cobertura, los canales superficiales que devolverán al mismo lugar el cauce de los arroyos modificados y el vertedero final. Después, la etapa de post-cierre durará el tiempo necesario para eliminar la mayor parte del agua de consolidación de las colas. Durante ambas fases de cierre se continuará con el monitoreo geotécnico de la estructura y el monitoreo de los componentes ambientales, como del agua, la flora y la fauna.
Actualmente, Sudamérica es una de las zonas donde Barrick está enfocando esfuerzos importantes.
Con cuatro minas en operación ( Pierina y Lagunas Norte en Perú; Veladero en Argentina; y Zaldívar en Chile), un yacimiento en proceso de cierre (El Indio en Chile) y un proyecto en desarrollo (Pascua–Lama, en la frontera de Chile con Argentina), la compañía enfrenta un escenario lleno de desafíos y buenas perspectivas.
De hecho, esta región se ha transformado en uno de los focos importantes de exploración y desarrollo de proyectos, y en un área estratégica para el crecimiento futuro de la empresa.