Los médicos aseguran que realizar actividades en lugares situados a más de 2 mil metros sobre el nivel del mar favorece al sistema circulatorio y beneficia al organismo.
De acuerdo a un estudio de la Universidad Católica de Cuyo (UCC), los trabajadores que desarrollan sus actividades en altura, como los mineros, tienen un corazón más resistente que el resto de la gente. Los médicos y docentes universitarios Mariano Sisterna y Martín Bruno están al frente de esta investigación sobre medicina de altura, que comenzó hace más de un año y cuenta con un aporte de fondos de la minera canadiense Barrick.
Basándose en los casos de los pobladores de Perú y Bolivia -donde se presentan tasas más bajas de ACV, hipertensión, diabetes y colesterol-, los investigadores quieren demostrar que los mineros y las personas con problemas cardiorrespiratorios ganan bienestar si se adaptan a lugares de más de 2 mil metros sobre el nivel del mar.
"Se cae el mito que afirma que la altura hace mal al corazón. En el caso de los trabajadores mineros, como los que están ahora en Veladero, gastan tantas calorías como las que consumen. Es como si estuvieran haciendo ejercicio en forma permanente y el corazón se adapta a trabajar con bajo oxígeno y responde mejor", explicó Sisterna.
De acuerdo a los estudios, después de permanecer 10 días en la altura, se generan nuevos vasos sanguíneos en el corazón, el cerebro y en cada parte del cuerpo a causa de la baja presión de oxígeno. Este fenómeno, ocasionado por la hormona endotelina, persiste en el organismo aunque los mineros desciendan del campamento a la ciudad, por unos días.
"Este proceso, llamado neoangiogénesis, demuestra que la altura tiene beneficios para el corazón y el cerebro, luego de un tiempo de adaptación. Y esto alcanza inclusive a pacientes infartados y con enfermedades como diabetes, hipertensión y colesterol alto. Está demostrado que si una parte del corazón está semiobstruida, en la altura comienzan a crecer vasos también en ese lugar. No hay ninguna droga que produzca ese efecto", comentó el investigador.
Éste es uno de los objetivos pilares del trabajo de los docentes de Ciencias Médicas. Más allá de la cantidad de días que se permanezca en la altura, lo importante es lograr una adaptación progresiva a medida que se asciende.
Mejor despacio
Sisterna aclaró que lo ideal es que el ascenso se haga de manera paulatina. "Hay que subir no más de 400 metros por día. Hay una proporcionalidad directa entre el tiempo y la altura, que permite un balance. Pero ahora, los mineros suben 3.900 metros en 5 horas cada vez que van al campamento y por eso muchos sienten los efectos de la puna. Pero una vez que se logra la aclimatación, se puede hacer cualquier actividad. Y cuando bajan, están más delgados, más fuertes y pueden demostrar buenas habilidades físicas al practicar un deporte".
Se prevé que los resultados estarán listos a fin de año.
Una oferta turística
Uno de los objetivos que plantea este estudio es demostrar que la estadía en las montañas sanjuaninas puede hacer bien para la salud. Por eso la idea es ofrecerlas como un punto de turismo saludable. "Si a una persona le dan a elegir entre someterse a una cirugía o irse a vivir dos meses en Barreal,seguramente querría ir a esa localidad y hacer caminatas y rehabilitación", aseguró Sisterna.
Jujuy ya cuenta con una oferta similar pero con la desventaja de que en esa plaza hay más humedad y menos oxígeno.
Fuente San Juan8 - Por Adriana Herrera