En lo que fue la oficina del ama de llaves de una mansión Tudor de Hampshire, en el sur de Inglaterra, un anillo extraño brilla en un exhibidor giratorio ubicado en una alta columna de plexiglás. En el capítulo cinco de El hobbit, Bilbo Baggins encuentra un anillo en la oscuridad de la caverna de Gollum. "Algo muy bello, muy bello, maravilloso. Tenía un anillo, un anillo de oro, un anillo precioso." Una nueva exposición que se inauguró en The Vyne plantea la interesante posibilidad de que el anillo romano en cuestión y el anillo del poder del libro El hobbit de Tolkien sean el mismo.

Como explica Dave Green, el administrador de la propiedad, la historia consiste en más que el anillo: un lugar de la edad de hierro con antiguas minas conocidas como "la colina del enano", una maldición que recaería sobre quien robara el anillo, y una fuerte relación con el propio Tolkien.

Tolkien era profesor de anglosajón en Oxford antes de hacerse famoso como escritor con la publicación de El hobbit, en 1937, y del primer volumen de la trilogía de El señor de los anillos, en 1954. Sin duda conocía la historia de la maldición y el anillo e investigó el tema dos años antes de empezar a trabajar en el El hobbit.

El anillo perteneció a la colección de la familia Chute -que se caracterizó por su interés en la política, el coleccionismo y la investigación sobre antigüedades- durante siglos antes de que la casa pasara a manos del National Trust en la década de 1930.

"Estaba buscando el anillo para mostrárselo a un visitante y pasé junto al estuche sin verlo. Fue entonces cuando decidimos que teníamos que sacar más partido de esa joya asombrosa", dijo Green.

El anillo probablemente fue hallado en 1785 por un agricultor que araba a algunos kilómetros de las murallas de Silchester, un pueblo que floreció antes de la invasión de los romanos pero que luego fue abandonado.

Los historiadores suponen que el agricultor lo vendió a la familia de The Vyne. Se trataba de un objeto en extremo raro: un anillo de oro tan grande que sólo podía usarse en un pulgar enguantado y tenía como ornamento una cabeza puntiaguda que llevaba una diadema. Contaba, además, con una inscripción en latín que rezaba: "Senicianus vive bien en Dios".

Unas décadas después, y a 160 kilómetros de distancia, aparecieron más elementos de la historia: en Lydney, Gloucestershire, en el sudoeste de Inglaterra, un sitio romano conocido en el ámbito local como la Colina del Enano, se encontró una tablilla que tenía grabada una maldición. Un romano llamado Silvianus informa al dios Nodens que le han robado su anillo. Sabe quién es el villano responsable y quiere que el dios lo castigue: "Todo aquel que lleve el nombre de Senicianus no gozará de buena salud hasta que devuelva el anillo al templo de Nodens." Una nueva excavación en Lydney estuvo a cargo del arqueólogo Sir Mortimer Wheeler, que convocó a Tolkien en 1929 para pedirle asesoramiento sobre el extraño nombre del dios y también detectó la relación entre el nombre que figuraba en la maldición y el peculiar anillo de la familia Chute. Por lo que parece, Senicianus no llegó más allá de Silchester con su botín.

La doctora Lynn Forest-Hill, del Tolkien Trust, dijo que por lo general se asumía que Tolkien se había basado en fuentes literarias, comprendidas las leyendas de los nibelungos. "Resulta fascinante ver la evidencia concreta del anillo de Vyne y su vínculo con Tolkien a través de la inscripción que lo relaciona con una maldición." El anillo se encuentra ahora en exposición junto con una primera edición de El hobbit y una copia de la maldición. Los visitantes votan si les parece el anillo original de Bilbo.

Fuente: Clarín - Por Maev Kennedy