Mi amigo Jorge acerca un cuento judío: - ¿Qué opinás de 2015? / - No sé, eso ocurrió hace 3.760 años.
Los chinos, en tanto, estrenarán en febrero su ejercicio 4.174, el Año de la Cabra en el horóscopo oriental, que traerá “pura energía, creatividad, abundancia y sorpresa. A lo largo de los doce meses que abarca su reinado, la cabra aparenta ser una montaña rusa política y social, pero en pequeña escala”. A prepararse, entonces
Habría que preguntarles a los estadísticos antiguos cuál fue la inflación del pueblo de Israel y del Gran Dragón en esos más o menos cuatro milenios. La Biblia argentina, que sigue llorando junto al calefón, reza que sólo desde 1980 nuestra querida moneda perdió nada menos que 13 ceros.
Más allá de estas minucias del IPC que no le interesan a nadie, los argentinos (excepto algunos funcionarios del gobierno y sus familiares) culminamos este diciembre con una reconfortante calma. Sin saqueos a comercios, corridas del dólar y grandes cortes de luz al momento de escribir estas líneas. Lo cual alumbra una vez más la esperanza K de que, aún con el incómodo Daniel Scioli al tope de las listas, no habrá segunda vuelta y el mañana será nuestro.
Con el cambio de almanaque se desvanecerá la cláusula RUFO, los buitres hocicarán y el mundo volverá a admirar ese talento argentino para sacar las papas del fuego sin necesidad de guantes ni pancután. ¿Qué la deuda pública suma US$ 220.000 M y eso equivale a la mitad del PBI?. No hay que fijarse tanto en los detalles, miremos para adelante.
Los científicos tienen la hipótesis de que la Tierra se mueve hoy a menor velocidad que hace millones de año, pero aún así rota sobre su eje a 1.700 km/hora y orbita alrededor del Sol a 107.000 km/h). Increíble que eso no nos maree, decía mi abuela, pero algún efecto debe producir, sobre todo en los que conducen, es cuestión de leer bien el prospecto adjunto.
¿Te acuerdas hace justo un año? preguntaba en Los Mareados el inmortal Enrique Cadícamo, pero hoy los whatsapp y los sms nos han aniquilado la memoria, a pesar de que en la playa nos empeñemos a muerte haciendo Sudoku. En las navidades pasadas esperábamos que Argentina y su máquina goleadora nos regalarían el esquivo Mundial. La presidenta Cristina estaba, como ahora, en silla de ruedas. El dólar se disparaba y subían a escena Kicillof y Capitanich (“al fin alguien que habla”, nos alegramos). La locomotora de China había empezado a decaer. Los malayos no habían perdido ningún avión. Vladimir Putin era todavía amigo de Occidente y estaba fuera de Ucrania. Israel, impotente, o había ejecutado su enésima carnicería de palestinos. Barack Obama, reelecto, ni soñaba, al menos en público, con acercarse a Cuba. El barril de crudo valía el doble. El oro, la plata y el cobre soñaban con recuperar los precios perdidos.
Más acá, tambaleaba Amado Boudou. La inefable Lilita Carrió seguía despotricando contra Mauricio Macri. Clarín continuaba con su meticuloso streaptease de Lázaro Báez, los narcos asolaban Rosario, la soja valía el 30% más y los economistas no amigos del gobierno alertaban sobre la estanflación. El Código Civil, el Código Procesal Penal, la Ley de Hidrocarburos, entre otras, sólo eran borradores manejados por pocos. Vaca Muerta no había alcanzado aún tanta fama. River no había resucitado, Riquelme todavía estaba en Boca, Messi no nos había decepcionado una vez más, San Lorenzo no tenía ninguna Libertadores y Brasil no había besado el polvo en su propia casa. Había muchos menos empleados públicos (de La Cámpora o outsiders). Y el cambio climático no había derivado en las lluvias inéditas en Buenos Aires y en casi nada de nieve en la región andina del país.
Hace doce meses todos éramos un poco más jóvenes y las encuestas decían, como ahora, que el próximo presidente saldrá entre Daniel, Sergio y Mauricio. Entonces faltaban dos largos años para un cambio de timonel en Argentina. Y todo, o casi todo, costaba un 40% menos. ¡Uf. Como cansan los recuerdos!
Bienvenido 2015 y Feliz Año Nuevo. Y a comer liviano en las fiestas que hay que cuidar el chasis. Los kilómetros que vienen serán apasionantes, pero están llenos de baches.
*Director de Mining Press y EnerNews
