La idea de que la energía solar pronto competirá con la basada en combustibles fósiles y ayudará a resolver desafíos globales como la seguridad energética y el cambio climático ha circulado durante varios años. Ahora la escena está dispuesta finalmente para probar la teoría.
Las primas fueron un objetivo natural del Gobierno de Mariano Rajoy en su lucha contra la deuda, dado que el apoyo a estas energías en el pasado ha dejado un pasivo de 30.000 millones de euros.
El desplome en los precios de los equipos solares ha hecho crecer las expectativas de una era de energía ilimitada y poco contaminante que a la larga vuelva obsoleta la generación nuclear o fósil.
Hasta ahora, la energía solar apenas representa un 1 por ciento de toda la electricidad mundial.
España es el campo de pruebas ideal: aunque ya no cuenta con primas a la nueva generación renovable, el país tiene la mayor radiación solar de Europa con Portugal e Italia. Además, los ayuntamientos están deseosos de tener empleos e inversión.
En los últimos tres meses, promotores han anunciado planes para grandes proyectos en los que compensar la falta de apoyo financiero con puras economías de escala.
Nadie supone que la energía solar esté a punto de ser competitiva en todas partes. Sus partidarios argumentan que debería ser apoyada en cualquier caso porque no emite dióxido de carbono a la atmósfera y es menos contaminante que los combustibles fósiles.
Pero una prueba de que pudiera valerse por sí misma daría un impulso mundial a un sector cuyos fabricantes tienen que luchar en el mejor de los casos contra el exceso de capacidad, la erosión de los márgenes y la disminución del apoyo de los gobiernos, y en el peor de los casos, con la quiebra o el cese de actividad.
Una energía solar autosuficiente hace que los pronósticos de un mundo que se esfuerza por sobrevivir a una escasez de energía en ciernes no sean tan sombríos.
-- Mapa de radiación solar europeo: http://r.reuters.com/sak58s
-- Precios de módulos fotovoltaicos (diapositiva 4): http://r.reute
CINCO PROYECTOS
Los promotores solares han anunciado planes para al menos cinco proyectos fotovoltaicos eléctricos. Estos deberían verse con escepticismo: no existen muchos detalles sobre los planes y menos aún compromisos, y deberían considerarse en un contexto en el que unas autoridades justas de efectivo están ansiosas por conseguir impacto económico.
En particular, dos de las regiones más soleadas del país, Extremadura y Murcia, parecen estar confrontando planes cada vez más grandes.
El apoyo podría venir en forma de concesión de licencias más que apoyo financiero.
El mes pasado, el gobierno extremeño dijo que había firmado un acuerdo de colaboración de cara a la aprobación de un parque fotovoltaico de más de 500 MW que entraría en funcionamiento en 2014. Esta capacidad nominal es la mitad de la de una planta nuclear y el doble que la de la mayor planta fotovoltaica del mundo, ubicada en China. Hay varios planes para plantas de 500 MW en California, pero todos con primas.
También el mes pasado, Extremadura firmó un acuerdo para un proyecto solar fotovoltaico de 400 MW con la alemana SAG Solarstrom y la española Valsolar.
En Murcia, la empresa española de instalaciones Andaltia comunicó la firma de un protocolo de intenciones con el fabricante de módulos SunPower y el promotor Schneider Electric para una planta de 400 MW que comenzaría a construirse el año que viene.
En abril, el gobierno de Murcia firmó un acuerdo con la filial doméstica de la alemana Wuerth Solar para construir hasta 287 megavatios.
Y en marzo, la también germana Gehrlicher Solar dijo que había firmado un acuerdo de intenciones con Extremadura para construir un parque de 250 megavatios, cuya construcción comenzará en la segunda mitad del año que viene.
¿SE LLEVARÁN A TÉRMINO?
Entre todos estos proyectos suman 1.837 MW, cerca del 2 por ciento de la capacidad de generación instalada en España. Sin embargos, después de firmar un memorando y lanzar una nota de prensa hay muchos trámites y cientos de millones de euros hasta que se construye un parque solar de récord mundial.
Entre los interrogantes figuran quién comprará la electricidad: el consumo español tocó techo hace varios años y el país ya está en camino para cumplir con el objetivo de emisiones de carbono para 2020.
Todo dependerá de las cifras: los precios de electricidad industrial fueron el año pasado de 116 euros por megavatio/hora, según Eurostat, mientras en el sector solar se habla de 96 euros por megavatio en los emplazamientos más soleados. Un consumidor industrial ahorraría firmando un acuerdo de compra de electricidad a largo plazo con un parque solar con esos precios.
Sin embargo, los precios de la electricidad en el mercado mayorista español son mucho más baratos, de unos 54 euros a un día en carga base, lo que implica que las eléctricas no tienen incentivos para contratar.
En cualquier caso, parece que hay iniciativa y con el coste de la energía solar bajando, habrá que ver qué sucede.