Por falta de rentabilidad, 800 estaciones de servicio están al borde del cierre
Cronista, Buenos Aires
A pesar de los aumentos de precios, y de los 500.000 nuevos autos que sumarán este año las terminales, cada vez se achica más el negocio de la venta de combustibles
PABLO FERNÁNDEZ BLANCO
La falta de rentabilidad, que llevó a más de 4.000 estaciones de servicio a dejar de vender con tarjetas de crédito, y las dificultades para conseguir suministro de naftas y gasoil amenaza con cobrarse nuevas víctimas.
De acuerdo con datos de las cámaras que agrupan a pequeños y medianos propietarios de bocas de estaciones de servicio, 800 establecimientos de todo el país están al borde del cierre. Se trata de estaciones llamadas blancas, que no tienen contratos con las grandes petroleras (Repsol YPF, Esso, Shell y Petrobras), y que son las que más dificultades tienen para asegurarse combustibles.
En el sector, además, apuntan que en 2005 había 6.000 bocas de expendio, mientras que en la actualidad rondan las 4.010, por lo que en los últimos dos años cerraron más de 2.000, una reducción del 30 por ciento.
Esto ocurre a pesar de que la demanda de naftas y gasoil comenzó a recuperarse y en los primeros nueve meses del año la venta de súper trepó 20%, mientras que la premium 26% y el gasoil 8 por ciento.
También más allá de que el precio de los combustibles subió 25% en lo que va del año, y de que la industria automotriz sumará 500.000 nuevos autos a fin de 2007.
En la otra vereda, las refinerías funcionan a plena capacidad, pero no alcanzan a cubrir la demanda, por lo que suele faltar producto en las estaciones durante los últimos días de cada mes. Esa situación, que golpea a todas las estaciones, tiene más impacto en las blancas.
Números rojos
También atraviesan una situación crítica los dueños de bocas que tienen contratos con las petroleras, no tanto por los problemas en el suministro, sino debido a los magros márgenes.
En las estaciones aseguran que los aumentos de precios que registraron los combustibles no mejoraron su situación. Según sus números, reciben, por caso, un 8% del precio de venta de la nafta súper, mientras que un 45% es el costo del producto y una porción similar se va en impuestos.
“Para que una estación sea rentable –gane unos $ 5.000 por mes– tiene que vender más de 200.000 litros. Eso ocurre generalmente con los grandes establecimientos ubicados en zonas céntricas, en autopistas o en algunas lugares del interior por el despacho de gasoil, pero no con el resto”, explica un empresario del sector.
