Los economistas trasandinos advierten serias deficiencias en el sistema educativo, de salud y de seguridad social, y una muy desigual distribución del ingreso
El nivel de ingreso del decil más rico de la población es 40 veces superior al del decil más pobre
El crecimiento promedió es 4,7% en los últimos tres años, pero con poco aporte de la industria
Pese al crecimiento que mostró en los últimos años, la economía chilena tiene aún complejas asignaturas pendientes. Especialistas locales critican el sistema educativo, de salud, de seguridad social y la distribución del ingreso. Además, ponen en tela de juicio los beneficios logrados a partir de la integración con otros países y la sustentabilidad de una producción basada en recursos no renovables.
Distintas economías se perfilaron en los últimos años como el modelo a seguir por los países en desarrollo. A comienzos de los ’90, se alabó a los "tigres" asiáticos, que entraron en crisis luego de la devaluación de la moneda tailandesa en julio de 1997. Esa década también cosechó halagos para la Argentina, que víctima de errores propios y malos consejos sufrió en 2001 y 2002 una de sus peores crisis.
Ahora la bandera de la ejemplaridad, al menos en América Latina, quedó exclusivamente en manos chilenas. El país trasandino es visto como el modelo a exportar a toda la región.
La semana pasada, en su paso por Buenos Aires, Carlos Gutiérrez, secretario de Comercio de Estados Unidos, y Susan Segal, titular del influyente Consejo de las Américas, instaron a copiar el modelo chileno. Y el presidente Ricardo Lagos abogó por la apertura y a favor del ALCA.
Sin embargo, el buen desempeño macroeconómico de la economía trasandina contrasta con deficiencias profundas en el sistema educativo, de salud, de seguridad social, y produce una distribución muy desigual del ingreso. Además, Chile tiene singularidades que suelen pasarse por alto. La principal empresa del país, la Corporación Nacional del Cobre (Codelco), es estatal y 45% de las exportaciones chilenas son derivados de ese mineral. Una situación difícil de imitar por otros países. Las criticas de los economistas locales apuntan a que, si bien el ambiente macroeconómico es bueno, no se avanzó lo suficiente en aspectos micro, que hacen al funcionamiento empresario, ni hubo medidas tendientes a ganar competitividad ni a desarrollar la tecnología y la investigación aplicadas.
El crecimiento promedió 4,7% en los últimos tres años, pero la industria manufacturera no realizó un aporte significativo, a diferencia de los sectores productores de materias primas y de commodities. También los servicios contribuyeron a la expansión. La previsibilidad, el ambiente de negocios y la baja corrupción fueron muy favorables para el crecimiento económico.
Crecimiento vs. desarrollo
Otro eje de las críticas es el sistema de Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP), ideado por el ex ministro de Trabajo José Piñera a comienzos de los ’80, y exportado luego a otros países, como la Argentina. Leonardo Suarez, economista jefe de la consultora Larrain Vial, sostuvo desde Santiago que el éxito chileno se basa en un objetivo de crecimiento. "Es un modelo de libre mercado, pero falta igualdad de oportunidades y mejorar la redistribución del ingreso", comentó.
En materia social, la pobreza, que era 40% en los ’80, bajó al 20%. "Pero se mantuvo la brecha entre ricos y pobres. El índice de Gini (que mide la desigualdad del ingreso) continua como entonces en 0,55 puntos", concluyó Suarez. La diferencia entre el primer décil más rico y el más pobre es de 40 veces su ingreso.
Joseph Ramos, Decano de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Chile, comentó que la economía del país es bastante ejemplar, "pero eso no quiere decir que todo ande perfecto". Entre las debilidades destacó el sistema educacional, que no está a la "altura de una economía moderna", y las agudas desigualdades en la distribución del ingreso.
No obstante, Joseph dijo que el nivel de vida de la población se duplicó en los últimos 20 años, y que el gobierno implementó una sana política de ahorrar en épocas de vacas gordas como la actual, ya que el precio del cobre se encuentra muy alto.
Michele Labe, economista de Econsult, dijo que si bien se el país está en la vía adecuada, "hay cosas que se tienen que ir perfeccionando a través del camino". Sobre esto instó a flexibilizar el mercado laboral pero a regular "otros mercados que por su naturaleza no pueden funcionar solos".
Por su parte, Joel Schneider, de la Universidad del Cema, destacó la continuidad de los programas económicos en Chile pese a los cambios de Gobierno al igual que la apertura de la economía chilena. "Pero para Chile es más fácil celebrar acuerdos de libre comercio bilaterales con Asia, Europa y Estados Unidos, porque la estructura productiva de su país no es competidora de esos países, por ejemplo en materia agrícola", opinó Schneider.
Según Dante Contreras, economista de la Universidad de Chile, el problema de la desigualdad de ingresos y de oportunidades es extremadamente serio, "mucho más que en la Argentina y Uruguay". Para el especialista esto se debe a las deficiencias del sistema educativo. "El gasto en educación primaria por alumno supera en 10 veces al de educación pública", precisó.
Santiago Chelala