SOSTIENEN QUE EL CAMBIO DE LIDERAZGO EN HIDROAYSEN AGILIZARÍA PROYECTO HIDROELÉCTRICO
El Cronista
Transportadora Gas del Norte, que se encarga de prestar el servicio en la zona centro y norte del país, presentó ayer una nueva propuesta para salir del default. Así, espera cerrar el capítulo que inauguró, en diciembre del año pasado, una saga de peleas entre el sector empresario y el Gobierno que derivaron en una mayor injerencia del Estado en el mundo de los negocios. Uno de los puntos de mayor conflicto fue la propia intervención de la compañía, en enero.
La intención de la gasífera, según se desprende del comunicado que envió a la
Comisión Nacional de Valores, es saldar sus u$s 347,3 millones de rojo en
Obligaciones Negociables (ON’s) mediante una combinación de efectivo y una nueva emisión de bonos.
La empresa dispuso u$s 40 millones para pagar pasivos por u$s 100 millones. De manera que a cambio de desembolsar cash espera obtener una reducción del 60% en el monto a pagar. La nueva propuesta supera a la anterior, donde pedía quitas de hasta un 75 por ciento.
Para acreedores más pacientes ofrecerá en reemplazo de las ON’s defaulteadas bonos sin quita a saldar en siete años (antes pedía 12 años) y con una tasa de hasta 8,5% anual desde 6,5% (la anterior oferta partía de 2%) por u$s 247,3 millones. Ese es el monto de deuda con el que se quedará si el proceso resulta exitoso. Se trata de menos de la mitad de los u$s 520 millones que registró en su primer default, en 2002.
Sus acreedores son variados: están desde el
Deustche Bank y Merrill Lynch (absorbido por el
Bank of America, que tiene a su vez una participación en la empresa a través del fondo
Blue Ridge) hasta la ANSeS, que convive con fondos de inversión.
“Creemos que vamos a tener más de un 95% de adhesión. Estuvimos hablando con un grupo de acreedores que representan a un 57% de la deuda, y hay otro 12% que ya había dado el visto bueno a la oferta anterior”, explican quienes participaron de las conversaciones previas al lanzamiento de la propuesta. La intención es, al menos, alcanzar un Acuerdo Preventivo Extrajudicial, para lo que se necesita como mínimo un 66,67% de adhesión.
Un caso paradigmático El control de TGN está en manos de
Gasinvest, con un 70,6 por ciento. Esta sociedad está compuesta a su vez por la estatal malaya Petronas (12,9%) y en partes iguales por Tecgas –una de las firmas de
Techint–, la argentina CGC y la francesa Total (todas con un 19,22%). Son quienes deberán votar en la asamblea del 14 de octubre el acuerdo de reestructuración.
La empresa se declaró en default en diciembre del año pasado porque, según sus argumentos, los retrasos en la tarifa y las trabas para exportar a
Chile (ambos temas de decisión del Gobierno) no le permitían tener ingresos suficientes para pagarles a sus acreedores.
El Gobierno reaccionó de inmediato: apenas la gasífera comunicó su cesación de pagos, designó su intervención, a cargo de
Roberto Pons, quien todavía ocupa un escritorio. La decisión oficial despertó un sinfín de críticas en el mundo empresario y fue el comienzo de la escalada intervencionista del Gobierno.
El capítulo que está por cerrarse, además, es paradigmático por otro punto: TGN fue la primera compañía grande que dejó de pagar sus deudas desde el comienzo de la crisis, en octubre de 2008.
En diciembre, la mayoría esperaba que esa decisión se repitiera en masa, algo que sólo sucedió a cuentagotas.