Lula aboga por industrializar la Amazonía con combustible de aceite de palma
EFE
El presidente de
Brasil,
Luiz Inácio Lula da Silva, defendió la industrialización de la región amazónica a través de iniciativas como el cultivo sostenible de palma para la producción de combustible vegetal.
"Esto es el comienzo de una revolución en esta región", declaró Lula en un discurso en la localidad amazónica de
Tomé-Açu, en el estado de
Pará (norte).
El mandatario defendió la implantación de industrias en el estado amazónico para producir este aceite que, según él, puede contribuir a "reducir la contaminación del medio ambiente" y "generar riqueza", en una de las regiones más pobres y menos desarrolladas del país.
Este plan, que tiene apoyo del Gobierno y de la petrolera estatal
Petrobras, pretende incentivar el cultivo y explotación de aceite de palma para producir combustibles.
El programa prevé una inversión total de 1.300 millones de reales (unos 702 millones de dólares) y engloba dos proyectos diferentes.
El primero contempla la producción de 120.000 toneladas de combustible al año, destinado al abastecimiento de la región norte del país, y el otro, aspira a exportar parte de ese combustible al mercado europeo, con la colaboración de la petrolera portuguesa Galp.
El gobernante recordó que, pese a ser uno de los principales productores de aceite de palma del mundo, Brasil importa "casi la mitad" del aceite que consume.
Lula manifestó que este programa le permitirá al estado dejar de depender del mercado de la madera, uno de los grandes responsables de la destrucción del bosque amazónico, y defendió las virtudes del plan de plantío de la palma, que reutilizará zonas deforestadas.
El Gobierno brasileño calcula que cerca de 2.000 agricultores saldrán beneficiados por el proyecto, que además generará 7.000 empleos directos en las unidades de tratamiento y 15.000 indirectos, y que beneficiará a la región por la mejoría de carreteras y puentes que acompañarán al plan.
En ese sentido, el líder brasileño defendió otros proyectos de desarrollo en la región, como la polémica central hidroeléctrica de
Belo Monte, que será la tercera mayor del mundo tras la china
Tres Gargantas y la brasileño-paraguaya de
Itaipú.
"Las personas tienen que entenderlo", reclamó Lula, que aseguró que "la mayoría del pueblo" del estado de Pará está a favor de la represa.
La obra, que inundará cerca de 500 kilómetros cuadrados de selva y obligará a desplazar de sus hogares a cerca de 50.000 personas ha movilizado a ecologistas, comunidades indígenas y diversas organizaciones sociales.