El presidente Luiz Inácio Lula da Silva afirmó, en el período de pre campaña: que un senador vale por tres gobernadores. No se sabe como Lula llegó a esa ecuación política, sino tan sólo el porqué. Fue en el Senado, donde su gobierno enfrentó la mayor resistencia de la oposición. Y es allí donde Lula pretende remover los últimos obstáculos que restan para entregar un Senado dócil a su ahijada política, Dilma Rousseff. La estrategia formulada por el presidente se convirtió en una prioridad. Sacrificó los intereses de políticos del partido, y cedió candidaturas a gobiernos de los Estados, pero las encuestas dicen que la estrategia funcionó.
La Cámara de Diputados ya está dominada. Y en el Senado, el gobierno puede llegar, finalmente, a obtener una amplia ventaja sobre la oposición. Hoy puede contar, en la mejor de las hipótesis, con 48 de los 81 senadores, uno menos que lo necesario para conseguir una reforma constitucional. Con la renovación de los dos tercios de las bancas, el oficialismo podrá dominar la Cámara Alta y ocupar más de 60 bancas.
La bancada de la oposición, que tiene 30 senadores y podría, en teoría, hasta llegar a aumentar, en dos o tres senadores, es un escenario de bajísima probabilidad. Y en el extremo opuesto, aunque con menos chance de que suceda, podría llegar a perder más de 15 bancas, reduciéndose a la mitad. Lo más probable es que la caída quede entre estos dos límites, y la oposición termine con 10 bancas menos.
Las dos regiones que reúnen casi el 60% del poder en el Senado, Norte y Nordeste, son las mayores responsables por esta deshidratación. En el Norte, el gobierno ampliará el dominio que ya tiene. Pero en el Nordeste, quebraría de una vez, la espina dorsal de la oposición. Mientras que hoy la situación es de empate, con 13 por lado y un independiente, la renovación de la región podría terminar con una ventaja de 18 a 9.
La venganza de Lula
En la región se encuentran algunos de los objetivos preferenciales de la lista negra del presidente Lula, que se empeñó durante la campaña en derrotar a quienes fueron sus principales enemigos en el Senado. Heráclito Fortes (DEM-PI) y Mão Santa (PSC-PI) no conseguirían ser reelectos. Heloísa Helena (PSOL-AL) cayó en las encuestas y su continuidad está amenazada. Incluso Tasso Jereissati (PSDB-CE), que quedó aislado dentro del grupo político que él mismo creó, después de una hábil jugada de Lula, que consiguió dividir por primera vez a los amigos Tasso e Ciro Gomes, en una elección estadual. La ola oficialista hizo que el petista Walter Pinheiro, en Bahía, saltase del tercero al primer lugar en los últimos relevamientos. En Pernambuco y Piauí, el gobierno puede alzarse, de un sólo golpe, con las cuatro bancas que hoy son de la oposición, en caso que Marco Maciel (DEM) y Francisco de Assis de Morais Souza, el “Mano Santa”, no sean electos.
Pero la estrategia y la venganza de Lula pueden no ser completas. Gracias al Estado de Paraíba, donde puede llegar a ser electos dos candidatos de la oposición, y gracias al desempeño de José Agripino Maia (DEM), en Río Grande do Norte. Siendo este Estado, el único del Nordeste donde la oposición podría llegar a elegir un gobernador ya en la primera vuelta. Si bien hasta esta conquista de Rosalba Ciarlini (DEM) tendría un gusto agridulce. Pues su victoria podría significar una banca oficialista más en el Senado, ya que Garibaldi Alves padre, su suplente, pertenece al PMDB, que forma parte de la coalición oficialista.
En la Región Norte, se destaca la posible derrota de Arthur Virgílio (PSDB-AM), quien no goza del afecto de Lula, y está siendo superado por Vanessa Graziotin (PCdoB). El Estado de Amazonas también es el lugar del probable campeón nacional de votos en términos de porcentaje. Se trata del ex gobernador Eduardo Braga (PMDB), que aparece muy adelante en las encuestas, con un 80% de la preferencia del electorado. Ya en el Estado de Amapá, es donde se registra la disputa más retorcida del país, con cuatro candidatos empatados, con una diferencia de sólo 4 puntos. En el Norte, el gobierno tiende a profundizar su dominio, pudiendo llegar a pasar del 13 a más de 16 senadores, contra menos de 5.
En medio de tantas pérdidas, dos Estados, además de Paraíba, se presentan como los bastiones de la oposición. En Goiás y Minas Gerais, las cuatro bancas en disputa se encaminan hacia la oposición, juntándose a las otras dos que ya tiene en la Cámara. Son los tres Estados donde la oposición podría ser la dueña de las tres bancas.
Minas, cuyo mandato de Eliseu Resende (DEM) va hasta 2015, elegiría a los favoritos Aécio Neves (PSDB) y al ex presidente Itamar Franco (PPS). Esta composición de la bancada minera, con un senador de cada partido de la oposición, es un contraste en el Sudeste. Los otros tres Estados de la región, por lo que indican las encuestas, elegirían sólo candidatos oficialistas. Con el liderazgo de Lindberg Farias (PT) y Marcelo Crivella (PRB), en Río de Janeiro, y de Marta Suplicy (PT) y Netinho (PCdoB), en San Pablo, y de Magno Malta (PR) y Ricardo Ferraço (PMDB), en Espíritu Santo, los nueve senadores de estos Estados continuarían siendo oficialistas. El candidato, ex prefecto de Río de Janeiro, Cesar Maia (DEM), es otro baluarte de la oposición que podría ver sus expectativas frustradas.
En las regiones Sur y Centro-Oeste, el predominio del gobierno es menos contundente y hay mas equilibrio. Son, por otro lado, regiones con menos peso: siete estados para 21 bancas. En Mato Grosso, la disputa por la segunda banca entre el tucano (PSDB) Antero Paes de Barros y el petista (PT) Carlos Abicalil -que supera a su adversario numéricamente en la recta final -puede significar otra baja importante para la oposición. Barros, si bien es adversario de Lula, llegó a utilizar imágenes antiguas del presidente elogiándolo, para recuperar el terreno perdido.
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