Apagar "incendios" y tratar de cambiar expectativas económicas negativas para 2014 seguirán siendo las prioridades del tándem Jorge Capitanich-Axel Kicillof en el nuevo año. Sin embargo, se trata de una tarea difícil. Más aún cuando el gobierno de Cristina Kirchner se dedica a actuar más sobre los efectos que sobre las causas de los problemas y desequilibrios que agudizó en los últimos dos años.
El año 2013 cierra no sólo con cortes de luz en miles de hogares, sino con la actividad económica casi estancada en muchos sectores productivos, al igual que la inversión y la creación de empleos, por más que las cifras oficiales de crecimiento del PBI (5,5%) superen en más de dos puntos porcentuales a la mayoría de estimaciones privadas. También con varios récords negativos para la década K: una tasa de inflación de 27/28% anual; una caída de u$s 13.000 millones en las reservas del Banco Central (equivalente a las importaciones anuales de gas natural y combustibles) y un ajuste de 30% del tipo de cambio oficial, que apenas permite una ínfima recuperación del tipo de cambio real. Pero quizás el dato más preocupante es que el déficit fiscal siguió subiendo (al 4% del PBI) pese a una presión tributaria récord (41% del PBI) y ese desequilibrio es financiado mayormente con la "maquinita" del BCRA, que realimenta presiones inflacionarias y cambiarias aunque el gobierno lo niegue.
Para 2014, la mayoría de los analistas prevé un crecimiento del PBI más bajo (entre 0,5 y 2%) y una inflación más alta (cercana al 30% anual). Pero estos pronósticos están condicionados por cuatro frentes de tormenta que encierran varias incógnitas:
• Frente externo. Para detener la caída de casi 30% en las reservas del BCRA, el gobierno recurrió a incentivos a medida para activar el ingreso de divisas a corto plazo frenado por el cepo cambiario (virtual seguro de cambio para exportadores de cereales, emisión de un bono de YPF y adelanto de inversiones de Chevron en Vaca Muerta). También aceleró la tasa de devaluación diaria a fin de aumentar la oferta en el mercado cambiario; a la vez que elevó de 20 a 35% el recargo impositivo para el "dólar turista" y pagos con tarjeta en el exterior para bajar la demanda. Además, vendió bonos en dólares para "planchar" el dólar paralelo. Así, el stock de reservas se estabilizó en torno de 30.700 millones de dólares y la brecha cambiaria en 50% (que se reduce al 12% entre el dólar paralelo y el dólar turista). Pero esta semana el Tesoro tendrá que pagar el vencimiento del bono Discount por 700 millones de dólares y a fin de 2014 el Cupón de PBI por unos 3.000 millones, si el Indec mantiene sus cuestionadas cifras de crecimiento económico. El objetivo inmediato de esta estrategia oficial es "pasar el verano", hasta que en abril ingresen los dólares de la cosecha gruesa (soja y maíz), que pinta para un volumen récord. Pero, mientras tanto, endureció las trabas a las importaciones que afectan a industrias clave, como automotriz y electrónica. Y, además, las minidevaluaciones diarias inducen a los exportadores a demorar liquidaciones y a quienes deben pagar compromisos externos a apurarlas para evitar un dólar más alto.
• Inflación/salarios. También para frenar el salto inflacionario de noviembre y diciembre, el gobierno anunció el acuerdo "sui generis" de precios a partir de enero de 2014. Aún no especificó las marcas de los 187 productos que estarán alcanzados ni sus valores de venta, que difundiría el próximo viernes 3. En teoría rige por un año, aunque los precios no estarán congelados sino que se ajustarán trimestralmente, caso por caso, en función de la suba de costos, entre ellos el tipo de cambio para insumos importados. Muchos analistas suponen que este primer acuerdo pos-Moreno (que incluiría controles de la AFIP sobre la facturación y márgenes de supermercados y proveedores) apunta a permitir un debut menos traumático del nuevo índice de precios nacional (IPCNu) y a moderar los reclamos salariales en las próximas paritarias. Pero aún se desconoce la estructura del nuevo indicador y si incluirá los precios reales de venta en lugar de la ficción actual del Indec. También la pauta salarial oficial –que inicialmente iba a ser de 18%– quedó desvirtuada por la crisis policial en muchas provincias. Probablemente no sea inferior al promedio de 25% de este año, aún cuando no evite conflictos con gremios del sector público y privado.
• Frente fiscal/monetario. Si bien Capitanich sostiene que el sector público está en equilibrio, el déficit fiscal consolidado (Nación + Provincias) asciende en 2013 a unos 100.000 millones de pesos, que se cubre mayormente con emisión "legal" y reservas del BCRA (a partir de la reforma de la Carta Orgánica de 2012). De ahí que el gobierno de CFK busque ahora un incierto financiamiento externo para obras de infraestructura a fin de descomprimir el uso de divisas y no reducir demasiado el aumento del gasto público (35% en este año electoral). Los subsidios a las tarifas de energía y transporte, especialmente en el área metropolitana ($150.000 millones) son un fuerte componente del déficit. El Gobierno ya hizo punta para reducirlos al subir las tarifas de transporte en Capital Federal y Gran Buenos Aires. Pero debió congelar la idea de extenderlo a las tarifas eléctricas ante la tensión social que provocan ahora los cortes de luz. Además, buena parte de ese teórico ahorro fiscal se contrarresta con el costo (unos $20.000 millones) que tendrían en 2014 la crisis policial y sus derivaciones en el sector público nacional y provincial.
• Finanzas provinciales. El extendido conflicto policial marcó un punto de inflexión. La mayoría de los gobiernos provinciales carece de fondos propios para atender el año entrante los aumentos de sueldos otorgados bajo la extorsión de los autoacuartelamientos. Muchos gobernadores ya habían hecho este año su propio ajuste fiscal, al disponer ajustes salariales por debajo de la inflación y aumentos de impuestos provinciales. Ahora no tienen resto y los que se endeudaron con bonos ajustables al tipo de cambio oficial (dollar linked), enfrentan una carga financiera extra por la devaluación de 30%. Para atenuar este impacto, la Casa Rosada refinanciará las deudas de las provincias con la Nación que vencían este año y les permitirá, en conjunto, un alivio de unos 8000 millones de pesos anuales en 2014. Pero deberá cubrir ese agujero con mayor emisión del BCRA. Para completar el cuadro, acaba de asistir a Santa Cruz para el pago de aguinaldos, lo cual puede provocar un efecto en cascada sobre otras provincias carentes de fondos.
Por ahora, el accionar económico oficial se asemeja más al de una guardia de bomberos que al de un estudio de arquitectura. Todo indica que la atención de urgencias, con parches y controles, abundará en 2014. Y que las soluciones de fondo quedarán para después de 2015 a cargo de un nuevo gobierno, siempre y cuando se logre contener el deterioro del frente fiscal y externo, así como sus efectos sobre la inflación y la brecha cambiaria.