OPINIÓN
Oscar González Estrada
EDITOR GENERAL DIARIO GESTIÓN
El ministro de Economía tiene que aceptar que si bien el panorama aún no está totalmente oscuro para la inversión privada y para la economía en general, sí existe una neblina pesada generada por el Gobierno que perjudica a la confianza empresarial.
Antes del comunicado de la Confiep, del fin de semana, en el que el gremio de gremios expresa su preocupación por hechos recientes, como la intervención política del Ejecutivo en una controversia privada entre empresas periodísticas, el debate del proyecto de la ley universitaria o la normativa sobre el sector pesquero, que alteran el clima de inversiones, seis presidentes de gremios empresariales advirtieron que no ven señales claras para impulsar la inversión privada.
Los empresarios creen que el Gobierno no está cumpliendo con su parte en consolidar el modelo económico de libre mercado con un enfoque social. Las declaraciones del presidente Humala tomando partido por una de las partes en un tema estrictamente mercantil o la poca importancia que le da al proyecto Conga generan un factor de incertidumbre. El Gobierno debe definir sus prioridades y no caer en contradicciones o vacilaciones que solo paralizan algunas inversiones.
El titular del MEF, justificando a Humala, señala que lo expresado por el presidente sobre los medios de comunicación es un tema de amplio debate y no tiene que interpretarse como un intervencionismo. En el caso de Conga, dice: “No voy a juzgar lo que dijo el presidente, la minería y todo tipo de inversiones son importantes”. El titular del MEF tiene que entender que si no hay un liderazgo del presidente en pro de la inversión privada, el trabajo de sus ministros no tendrá los resultados esperados. Ya tenemos el antecedente del caso de Petroperú y Repsol.
El BCR estima que la inversión privada solo habría crecido 4.3% en el 2013, lejos de la tasa de 13.5% del 2012. Para el 2014 las proyecciones son de una ligera recuperación a tasas de 6% a 7%. Además la mayoría de analistas esperan que el 2014 sea mucho mejor que el 2013 en materia económica, pero para ello el presidente de la República debería mostrar acciones más concretas que ayuden a la recuperación de la confianza de los inversionistas y evitar que la actual neblina se convierta en nubarrones.