La semana pasada presentamos los resultados de la Agenda de Competitividad 2012-2013, una iniciativa que podemos asegurar, luego de dos años de intenso trabajo, arrojó logros muy valiosos, sentando las bases para construir de forma consistente y permanente las reformas de competitividad que el país requiere para el próximo quinquenio y los años posteriores.
Queda claro que esta agenda no tenía por objetivo resolver todos los problemas del país en dos años, eso era imposible y nada más alejado de la realidad. La gestión del presidente Humala asumió el reto de enfrentar de forma articulada y consistente los problemas de competitividad a fin de asegurar, de esta forma, mejoras en la productividad y un Estado eficiente. Para ello se requería construir información donde no había, mejorar o crear instrumentos, modificar procedimientos, y también hacer cambios estructurales e institucionales.
Por lo tanto, con 60 metas fijas en esta agenda de competitividad y un resultado de 88% de cumplimiento, se han establecido las bases para continuar avanzando en esta tarea que comprende distintas líneas de acción, las cuales van más allá de establecer normas, dispositivos o leyes. Las metas trazadas son mayores, y las podemos ver en los resultados presentados.
Por ejemplo, en fomento del comercio exterior, 688 empresas (la meta fue 200 empresas) localizadas en regiones se beneficiaron de la Ruta Exportadora, al vender al exterior US$ 280 millones; los exportadores e importadores tuvieron un ahorro de S/. 25 millones utilizando la VUCE. En materia de infraestructura, la cartera de proyectos priorizados y declarados viables, para el 2014-2016, es de S/. 108 millones; y, por otra parte, para el fomento de las asociaciones públicas-privadas se han destinado S/. 1,500 millones al Fondo para Iniciativas Privadas Cofinanciadas. En cuanto a la facilitación de negocios, se logró que el 83% de municipalidades de Lima Metropolitana y cuatro municipios del interior del país redujeran la entrega de licencias de funcionamiento a siete días (siendo el plazo legal de 15 días); en tanto que 200 municipios del interior redujeron dicho plazo a 12 días.
Lo que hemos detallado son solo algunos ejemplos del intenso trabajo efectuado, y es evidente que aún existe mucho por hacer. No podemos perder de vista de que este es el comienzo de un trabajo arduo que debe trascender los gobiernos, y en el cual la actual administración no retrocederá, pues el Consejo Nacional de Competitividad está culminando la definición de las metas que guiarán las acciones en materia de competitividad en el próximo quinquenio, incluyendo nuevos pilares estratégicos en el ámbito del capital humano, recursos naturales y formalización. Este gobierno, de la mano del sector empresarial, la academia y la sociedad civil, está decidido a cambiar el rostro futuro del país, y la competitividad es un aspecto impostergable que permitirá mejorar la calidad de vida de todos los peruanos.
Señales claras. Luis Miguel Castilla, ministro de Economía y Finanzas, descartó la posibilidad de un viraje brusco -y negativo- en la política económica del Perú, independientemente de su continuidad en el cargo.
“Si es que hay algún cambio en el mando del ministerio este año, tengan la seguridad de que quien esté a cargo continuará con las políticas que hemos estado aplicando”, dijo en una entrevista a LatinFinance.
En ese sentido, enfatizó que el Gobierno no adoptará políticas populistas.
Perspectivas
De otro lado, insistió con que el PBI peruano crecería por encima del 6% este año, aludiendo a una mayor producción de cobre, más inversión en infraestructura y, como en los últimos años, una demanda interna boyante.
Agregó que el déficit en cuenta corriente tenderá a caer por debajo de 4% del PBI en los próximos tres años. “Lo único que nos puede preocupar es un escenario en donde haya una súbita interrupción de los flujos de capital hacia América Latina o un aumento en las tasas de interés de Estados Unidos en el futuro”, sentenció.