Muchas veces se olvida que la rentabilidad de un proyecto minero no es estática. Por ello la “viabilidad social” (que también es cambiante) debe coincidir con la “viabilidad económica” para que una gran inversión minera pueda prosperar.
El proyecto minero Conga ya “no es viable”, declaró hace unos días Roque Benavides, presidente de Buenaventura. La importancia de su declaración radica en que hoy Conga no sólo carece de viabilidad “social” por la oposición de la población cajamarquina, sino también económica. Desde que se dio el primer paro regional contra el proyecto, en noviembre del 2011, los precios del oro y del cobre han caído 30%. “Conga necesita precios de cobre y oro más altos que los actuales”, dijo Benavides.
Muchas veces se olvida que la rentabilidad de un proyecto minero no es estática; está afecta a las condiciones globales del mercado. Por ello la “viabilidad social” (que también es cambiante) debe coincidir con la “viabilidad económica” para que una gran inversión minera pueda prosperar. Incluso si Conga tuviera hoy el respaldo de la población de Cajamarca, los precios de los metales tendrían que mejorar para iniciar su construcción.
Eso sucedió con el proyecto Quellaveco de la minera Anglo American, que sufrió una fuerte oposición social en el 2011. Para cuando se logró un acuerdo con la población y se obtuvo la “viabilidad social”, en el 2012, los precios de los metales iniciaban su caída. En el 2013, Anglo American postergó la decisión de inicio de construcción del proyecto, algo que sigue haciendo año a año. La negociación en torno al proyecto fue destacada y calificada de “acuerdo modelo” por el Estado, los empresarios y la sociedad civil. Pero sin viabilidad económica, el proyecto no puede ejecutarse.
Esto cobra importancia en el contexto electoral. Ciertos políticos y electores de derecha, así como empresarios mineros, confían en que Keiko Fujimori aplicará ‘mano dura’ para imponer la ejecución de los proyectos paralizados. Pero es ingenuo esperar que ello ocurra (no hay indicios de que ésa sea su voluntad). Además, la ‘mano dura’ del premier Óscar Valdés no logró sacar adelante Conga. SEMANAeconómica defiende la aplicación irrestricta de la ley, pero la estrategia social y económica deben ir de la mano. Las empresas, el Estado y las comunidades no deben olvidarlo. Dada la importancia de la minería para la economía peruana, se justifica el esfuerzo. (CS/GZM)