RAÚL OSCAR VILA
La teoría del iceberg social comenzó a tener sustento empírico una vez que la Unidad Fiscal de la Provincia dispuso la detención de los líderes piqueteros. Tras dos meses de cortes y una decena de denuncias, la Fiscalía actúo ayer por la tarde deteniendo a Facundo Jara y Ernesto Rifo.
Luego de la detención y conocidos los cargos, sobre las 21 horas los manifestantes se retiraron de la cinta asfáltica para regresar hoy a la mañana.
Sin mediar acción judicial alguna y poniendo a prueba la decisión de la fiscalía, Ruth Parra, la segunda líder piquetera de San Patricio del Chañar tomó nuevamente la ruta 7 a la altura de la picada 5, e impidió el paso de trabajadores petroleros.
Con el corte en la ruta, los funcionarios de gobierno se llamaron nuevamente a silencio, los intendentes locales comenzaron a buscar culpables fuera de sus estructuras, la UOCRA aclaró que no son trabajadores de la construcción y los cortes continuaron retrasando las obras e impactando en los salarios de 500 obreros. Bajo este descriptivo escenario circularon los audios de los supuestos piqueteros amenazando con “incendiar todo”
Estos audios le sirvieron a la Unidad Fiscal para instalar la idea de las amenazas que Ernesto Rifo le hubiera hecho a un alto ejecutivo petrolero. De instalarse esta estrategia quedaría fuera de escena los conflictos sociales.
La acción de detener e imputar a un individuo por un supuesto audio extorsivo es, en sí misma, una causa judicial que se debe investigar y actuar en consecuencia. No obstante, el impedimento de transitar libremente también amerita otra causa judicial que puede o no estar relacionada. Entonces, ¿Por qué la fiscalía continúa dejando que se produzcan los cortes?
Existen varias teorías. La más creíble se atribuye a las internas entre el peronismo y el partido provincial. En una teleconferencia con representantes del sector petrolero se comentó que un sector intenta desestabilizar socialmente a otro para las próximas elecciones, mientras que el otro busca instalar una causa de coerción para impedir las manifestaciones.
La teoría del iceberg del Chañar comenzó a ser visible para los petroleros que comenzaron a preparar las estructuras para un clima más tenso. Los escenarios de corto plazo que se analizan es que entre Neuquén y Río Negro se perderán aproximadamente 10.000 puestos de trabajo entre todos los sectores de la industria.
Para el gobierno provincial reconocer esta proyección significa -por un lado- que Vaca Muerta no será por algún tiempo lo que fue; y por otro, que no supo aprovechar las bonanzas para crear una red de contención para los momentos de Vacas flacas.
Las expresiones sociales representan la opinión de un grupo de activistas que intentan obtener representatividad y consenso social. En la actualidad existen muchos más desocupados que los simbólicos 30 que cortan la ruta. La teoría del Iceberg que manejan las petroleras es saber si estas expresiones solo están circunscriptas al Chañar o existe el riesgo que se extiendan por la provincia.
La hipótesis que se encuentran en los escritorios de algunos ejecutivos detalla que, la falta de una red de contención social por parte del Gobierno Provincial dejó abierta la posibilidad a la oposición para que trabaje silenciosamente movilizando gente en distintos lugares de la provincia con miras al 2023.
En este intenso juego de presiones por el poder territorial de Vaca Muerta, sirve recordar lo que decía un viejo líder provincial; “gobernar en la abundancia lo hace cualquiera, pero en la pobreza… es imperioso gastar muchas zapatillas…”