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Argentina
CÓRDOBA: CEMINCOR POLEMIZA CON EL PROYECTO ANTIMINERÍA
28/07/2008

“Hay actitudes y opiniones hipócritas sobre tarifas”

Ámbito Financiero
«Aceptamos algunas, pero no todas las reglas del juego que impone el liberalismo económico. Estamos por la defensa del empresariado nacional, no aceptamos la apertura irrestricta de la economía ni un Estado ausente que deje librado todo a las fuerzas del mercado», dijo Osvaldo Acosta, presidente de Electroingeniería. En diálogo con este diario, agregó que «debería existir un acompañamiento que permita a las empresas operar, realizar los mantenimientos, y las inversiones por reposición necesarias para mantener la prestación de un servicio público esencial».

Periodista: Antes de la devaluación, el mercado mantenía pautas de libre concurrencia que de alguna manera otorgaban racionalidad a las tarifas. Hoy nadie en la Argentina duda de que las tarifas no pueden ser mantenidas sin grandes subsidios.

Osvaldo Acosta: Hay que reconocer que durante la década de los 90, el modelo de gestión en el área eléctrica fue exitoso. Las tarifas bajaron en el mercado spot de u$s 58 a menos de u$s 30 el MW/hora precio mayorista, con lo cual pasaron a ser de las más competitivas a nivel internacional y sin subsidios. La energía eléctrica ya era barata y todo el mundo la pagaba antes de la caída de la convertibilidad. Con la devaluación se produce una ruptura parcial del régimen establecido por la Ley 24.065. Hay que considerar que tanto la generación, como el transporte y la distribución tienen una correlación bastante directa con el dólar, que en ese momento sufrió un salto de 1 a 4, y por lo tanto, la sociedad no hubiera soportado un ajuste inmediato. Con la licuación del peso, las tarifas quedaron a un valor bajísimo.

P.: Por eso fueron necesarios los subsidios. Pero pasados ocho años se han creado distorsiones y un drenaje de recursos para el Estado que resulta insostenible.

O.A.: Las críticas al sistema tarifario recaen principalmente sobre los consumos domiciliarios, que favorecen tanto a los estratos sociales de menos recursos como a los más acomodados que pueden pagar una tarifa mayor. Por eso se ha señalado que es necesario realizar un ajuste progresivo que corrija razonablemente estas distorsiones. También hay en esto actitudes y opiniones hipócritas: por un lado, se critica que las tarifas están bajas y, cuando se intenta un ajuste, se inician movilizaciones para abortarlo.

P.: ¿Las bajas tarifas son la causa de que los aumentos de la oferta de generación son absorbidos de inmediato por los aumentos de la demanda?

O.A.:
No creo que sea la única causa, ni que sean absorbidos de inmediato. El consumo de energía en el mundo aumenta siempre más que el crecimiento vegetativo de la población. Tiene relación con la mejora en las condiciones de vida. En América Latina y en la Argentina, con el fuerte crecimiento y mejor distribución de los ingresos en los últimos años. Hace 25 años, un aire acondicionado era algo prohibitivo para muchos, pero hoy es accesible para vastos sectores de la población. Para tener una idea del consumo, 1.000 equipos (y se venden decenas de miles) demandan más de 1,5 megavatio.

P.: Asociaciones que nuclean a empresas de energía eléctricas lanzaron una campaña publicitaria con comparaciones como «la luz cuesta como tres mensajes de texto». ¿Son correctas?

O.A.: Por supuesto; el último ajuste que recibió Transener fue hace tres años, solamente como reconocimiento parcial de mayores costos operativos, sin tener en cuenta amortizaciones ni beneficios. Debería existir un acompañamiento que permita a las empresas operar, realizar los mantenimientos, y las inversiones por reposición necesarias para mantener la prestación de un servicio público esencial.

P.: Ustedes son señalados por los medios como una empresa K. Llama la atención que reclamen por un aspecto de la política actual...

O.A.:
Por un lado, hay una situación concreta del quehacer económico; hablamos de una distorsión en las tarifas que es necesario corregir, y eso nada tiene que ver con un presunto alineamiento. Otro aspecto debe remitirse a nuestra trayectoria de casi 35 años de actividad y a nuestra alta capacidad de realizar obra pública y privada, que nos ha llevado a establecer más de veinte sociedades internacionales en funcionamiento. Los principales clientes históricos que nos permitieron hitos de crecimiento en el exterior fueron las Naciones Unidas a través de distintos programas, especialmente en Perú y en Bolivia. Realizamos obra pública en todas las provincias. Por último, no ocultamos nuestra posición empresarial, que es muy clara. Aceptamos algunas, pero no todas las reglas del juego que impone el liberalismo económico. Estamos por la defensa del empresariado nacional, no aceptamos la apertura irrestricta de la economía ni un Estado ausente que deje librado todo a las fuerzas del mercado. Si eso es ser afín al Gobierno, OK. Muchos empresarios no están lejos de esta posición, aunque no lo manifiestan.

P.: Trascendió que Cammesa adeuda a los generadores casi u$s 700 millones. ¿Se viene otro Foninvemen?

O.A.: El Foninvemen permitió al país afrontar el aumento de la demanda de los últimos años sin mayores sobresaltos, mediante la construcción de dos grandes centrales: Manuel Belgrano en Campana, y San Martín en Timbúes, que agregaron 1.650 MW a la potencia instalada del país. Ha sido efectivo, y sin perjuicio de nuevas obras similares por el mismo mecanismo, la reestructuración paulatina del régimen tarifario debería incluir incentivos para las inversiones en generación, de manera de contar con mayores reservas.

P.: ¿Tienen previsto realizar inversiones en más centrales eléctricas?

O.A.: Entre otros proyectos nos interesan especialmente las energías alternativas. Tenemos varios en elaboración. El más avanzado es un parque de generación eólico en el sur de Córdoba, de unos 25 MW, que es apto para ese tipo de emprendimientos. Sería una inversión cercana a los u$s 60 MM que esperamos lanzar en los próximos días.

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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews