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ANÁLISIS
Ricardo Alonso: Inyoíta, el borato de los bellos cristales
EL TRIBUNO/MINING PRESS
24/02/2021

RICARDO N. ALONSO*

Ricardo Alonso

 

Es el más humilde de los boratos comunes y a la vez el más bello desde el punto de vista de su cristalografía. Los cristales son altamente apreciados por los coleccionistas de minerales. Y precisamente en Salta se encuentran algunos de los cristales más bellos del mundo. Los que ilustran guías mineralógicas y páginas web, caso de Mindat, a escala mundial.

Tal los que se presentan en la mina Monte Azul, en la Sierra de Sijes, en la depresión de Pastos Grandes. Si bien no es una mena económica tan valiosa como sus primos hermanos tincal (bórax), colemanita, hidroboracita y ulexita, sus volúmenes en la Puna lo convierten en una importante y valiosa mineralización de boro a futuro.

La historia de inyoíta comienza en California en la primera década del siglo XX. Hoyt S. Gale (1876-1952), geólogo del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), estaba realizando estudios en las formaciones ricas en boratos en los bordes del Valle de la Muerte, más precisamente en un lugar con nombre en español: Monte Blanco.

Encontró allí unos cristales bien desarrollados que le llamaron la atención. Un sencillo análisis a la llama del mechero le confirmó, por el color verde característico del boro, que se trataba de boratos. Como no supo identificar la especie a que pertenecían recurrió a su colega mineralogista del USGS, el Dr. Waldemar T. Schaller (1882-1967).

Schaller realizó un prolijo estudio cristalográfico y químico, determinando que se trataba de dos nuevos minerales para la ciencia a los que dio los nombres de inyoíta y meyerhofferita. El trabajo fue publicado en el boletín del USGS en 1916 (N° 610, pág. 35-55). Inyoíta fue bautizada en honor del condado de Inyo (Inyo County) en California donde se encuentra el Valle de la Muerte.

Es interesante señalar que en dicho municipio se encuentra la montaña más alta de los Estados Unidos (Monte Whitney, 4.421 m) y el punto más bajo de la topografía continental de ese país, Bad Water que está a 86 metros por debajo del nivel del mar. Inyoíta es un borato de calcio hidratado con 13 moléculas de agua. Dentro de los boratos de calcio de su grupo es el que más agua contiene.

Esto la perjudica como mineral comercial, ya que su pariente cercano colemanita tiene solo cinco moléculas de agua. Por su alta hidratación se la encontró no solamente como “borato de cerro” o “borato fósil” en capas del Mioceno de más de 5 millones de años de antigüedad, sino también en salares actuales. En los Andes Centrales se conocen dos ejemplos de inyoíta en salares actuales, uno en Perú y otro en la Puna Argentina.

El de Perú fue descubierto en 1958 por el Dr. Siegfried Muessig en Laguna Salinas (Arequipa). En Argentina fue descubierta por el suscripto en Lagunita (Coranzulí) en la Puna de Jujuy y publicado en colaboración con el Dr. Cahit Helvaci en Japón en 1994.

El hecho que se lo encontrara en salares modernos llevó a Muessig a proponer de que era el mineral primario a partir del cual y por enterramiento, diagénesis y deshidratación se habrían formado otras especies como meyerhofferita y colemanita presentes en las rocas más antiguas o miocenas.

En la Puna Argentina, un verdadero laboratorio natural para el estudio de los boratos, se ha encontrado inyoíta en sucesivas capas geológicas y ello permite sacar otras conclusiones sobre el origen de los minerales de boro en ambientes continentales.

Inyoíta es un mineral clasificado como un nesotriborato, monoclínico, incoloro y transparente, en cristales de hábitos prismático cortos o tabulares, frágil, con una dureza de 2 y un peso específico de 1,87. Se disuelve lentamente en agua caliente y es soluble en ácidos diluidos. Al ser calentada a la llama adquiere color blanquecino, se torna opaca, se hincha y funde fácilmente formando un glóbulo blanco.

Se presenta en masas granulares, esferulíticas y masivo. Inyoíta fue mencionada en las minas de boratos de Turquía, especialmente Kirka y Bigadic; en la Formación Furnace Creek del Valle de la Muerte, y en Boron, ambas en California; en el depósito de Inder en Kazakstán, y en los lagos boratíferos de Xizang en el Tíbet. En la Puna Argentina, inyoíta se encontró en Salta y en Jujuy.

En mina Tincalayu, el gran yacimiento de bórax, ha sido mencionada como una especie muy minoritaria. En cambio en la cuenca de Pastos Grandes se presenta en cantidades considerables.

Y lo hace dentro de varias formaciones o miembros geológicos. Se presenta en la parte superior de la Formación Pozuelos, capas rojas con sal de roca con una edad entre 8 y 7 millones de años atrás. En la parte cuspidal, se encuentran intercalaciones de inyoíta con ulexita, yeso, cenizas volcánicas grises y materiales térreos rojizos. Es de baja calidad, en cristales esqueléticos muy sucios por la matriz arcillosa o volcánica que los contiene.

Las principales concentraciones se encuentran dentro de la Formación Sijes, una unidad geológica con una edad entre 7 y 5 millones de años, la que ha sido dividida en tres miembros que desde la base al techo son: Monte Amarillo, Monte Verde y Esperanza. En el miembro Monte Amarillo inyoíta se presenta junto a hidroboracita. Precisamente en una de las minas de este miembro, la mina Monte Azul, es la que dio algunos de los cristales considerados entre los más bellos del mundo.

En la propia mina Monte Amarillo, que da origen al nombre del miembro, se presentan gruesas capas rojizas de inyoíta en su base. También en la mina Ona, relacionada lateralmente con la anterior, aparece inyoíta en relación con capas de ulexita.

Sin embargo los mayores depósitos se encuentran en el tercio medio de la Formación Sijes, en el Miembro Monte Verde, donde las capas de inyoíta se intercalan con capas de colemanita en proporciones equivalentes. La matriz es de color verdosa y hay una gran variedad de presentaciones, desde bancos macizos hasta aglomeraciones esferulíticas.

Son comunes las drusas rellenas de cristales limpios y transparentes. En el tercio superior, Miembro Esperanza, inyoíta aparece más restringida acompañando a hidroboracita, colemanita o ulexita. Todo lo anterior pertenece a formaciones viejas, o sea boratos de cerro o fósiles.

Sin embargo en la depresión de Pastos Grandes, aparecen también capas horizontales que representan a un lago que se formó allí unos 300 mil años atrás y dejó sus sedimentos lacustres verdosos que fueron bautizados como Formación Blanca Lila. Dentro de esta formación de edad Pleistoceno medio se presentan capas de inyoíta en nódulos y cristales aglomerados asociadas con ulexita.

Curiosamente se encuentran entre los primeros boratos explotados en la Puna a fines del siglo XIX. Fueron estudiados por el chileno Francisco J. San Román en 1887 y descriptos también por Abraham A. Becerra, enviado por Salta en ese mismo año, aunque ambos mencionan solo la ulexita ya que inyoíta no había sido descubierta ni bautizada todavía.

O sea que podría haberse descubierto primero en Salta para la ciencia mundial. Independiente de cuanta inyoíta pueda haber en la Sierra de Sijes, la mayor concentración puntual de inyoíta se encuentra en la mina Loma Blanca (Coranzulí, Jujuy).

En un viejo lago de 7 millones de años de antigüedad (Mioceno superior), relacionado con la caldera del volcán Coranzulí se depositaron barros volcánicos verdes con capas de boratos, principalmente inyoíta, ulexita y tincal.

Inyoíta fue descubierta allí en 1968 por los doctores Cornelius S. Hurlbut y Lorenzo Aristarain quienes además identificaron un boro arseniato hidratado de calcio y magnesio nuevo para la ciencia: teruggita.

Inyoíta, ulexita y teruggita fueron erróneamente descriptas como minerales formados en una fuente termal joven (Pleistoceno). En 1988 se comprobó que el yacimiento en su núcleo era de tincal, rodeado por ulexita e inyoíta, y que su edad era antigua.

Inyoíta en Loma Blanca aparece en una matriz verdosa, en cristales bien desarrollados de varios centímetros de longitud, tanto en capas originales lacustres como así también en venas verticales formadas con posterioridad. Sucesivas perforaciones comprobaron la distribución del cuerpo boratífero principal.

Loma Blanca contiene más de un millón de toneladas de inyoíta. Dadas las cantidades reducidas de inyoíta en Turquía y Estados Unidos, las mineralizaciones de la Puna, junto con hidroboracita, serían las más importantes de estos boratos a escala mundial.

* Doctor en Ciencias Geológicas


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*La información y las opiniones aquí publicados no reflejan necesariamente la línea editorial de Mining Press y EnerNews