ARTURO GARCÍA RAMS *
Hoy en día, en medio de los profundos cambios sin precedente en el último centenario, la multipolarización mundial y la globalización económica se han convertido en diversas corrientes, con crecientes desafíos globales. Tanto China como Argentina se encuentran en la etapa de construcción de una Asociación Estratégica Integral China-Argentina.
Si bien la civilización china tiene raíces milenarias, a lo largo de su historia no ha buscado construir un polo de poder mundial: no ha sido una civilización que haya buscado imponer sus formas y valores en lugares remotos.
La sociedad china en los últimos 70 años ha logrado una fusión muy interesante entre una civilización milenaria y un Estado moderno y, con ello, un desarrollo socioeconómico sin precedentes en la historia de la humanidad.
En ese sentido, Argentina y China comparten una asociación estratégica integral desde 2014, bajo el cual ambos países avanzan en diversos niveles de cooperación.
En la actualidad, ambas partes están dedicadas a fomentar la coordinación de estrategias de desarrollo y promover la cooperación con miras a profundizar en mayor medida su colaboración a nivel bilateral y regional, para materializar los beneficios recíprocos y las ganancias compartidas.
China es el principal socio comercial de Argentina y aumenta sus inversiones en energía. Empresas chinas poseen proyectos en Vaca Muerta, gasoductos, minería (oro, litio), generación hidroeléctrica, eólica, solar y nuclear. En la agenda financiera bilateral también sobresale el ingreso de la Argentina al Banco Asiático de Inversión. Se trata de una institución financiera internacional liderada por el gobierno de China. También se incluye que Alberto Fernández tiene planeado viajar a China y encontrarse con Xi Jinping con miras de suscribir acuerdos de la nueva etapa de cooperación bilateral. Entre los puntos fuertes figura la construcción de la cuarta central nuclear en Argentina, la ampliación del parque Cauchari de energía solar en Jujuy y otros contratos posibles en obras de infraestructura, ganadería, inversiones y financiamiento. También queda pendiente la suscripción del acuerdo el ingreso de nuestro país a la Iniciativa la Franja y la Ruta.
Es allí donde el país que, ampliando las relaciones multilaterales, con sentido de fraternidad y humanidad, debe transformarse en una fuente confiable y segura de exportaciones agrícolas con valor agregado, suplantando a las que vendía, y también buscar nuevos nichos de exportaciones industriales con inversión productiva y desarrollo industrial sostenible.
Por todo esto, para avanzar en la Asociación Estratégica Integral con China, se debe interpelar conjuntamente con los distintos actores sociales, políticos, académicos, empresariales, sindicales, entre otros, con una coordinación efectiva para que el desafío que esto implica pueda ser aprovechado en beneficio de los intereses nacionales, la creación de empleo y el mejoramiento de la infraestructura nacional, apuntando al fortalecimiento de las economías regionales, la justicia social y un desarrollo efectivo del federalismo.
Tal como invoca un proverbio chino, "la íntima amistad borra la lejanía".
* Abogado en Aseguradora de Cauciones S.A.