Ismael Bermúdez
La economía sigue creciendo, pero mucho menos que en 2010
Clarín
La economía argentina venía sintiendo hace meses los efectos de la crisis internacional, del retroceso de la producción en Brasil y de la fuga de capitales.
Ahora se le sumó la suba de la tasa de interés y las restricciones a la compra de divisas, y algunos sectores empezaron a declinar más.
Así, el crecimiento sigue. Pero lo hace a un ritmo marcadamente menor que en 2010.
Hasta setiembre, la actividad general acumuló una suba del 5,8%, según al último informe de
Orlando Ferreres y Asociados. Es un buen guarismo, pero por debajo del 7,5% del repunte de 2010. Y, agregan, "se espera que, en el último trimestre del año, la desaceleración que ya está manifestándose en la producción industrial y diversos factores externos podrían generar un menor ritmo de crecimiento económico". Un dato adicional: en el caso específico de la inversión, dicen, "la desaceleración de la dinámica ascendente evidenciada durante setiembre estaría vinculada fundamentalmente a la creciente demanda de dólares". Y agrega que, de seguir la salida de capitales, la inversión caería aún mas.
Los últimos datos del
INDEC (setiembre) muestran que la industria seguía creciendo (5,1%).
Pero aquí a la mitad del ritmo del año pasado y con tendencia descendente. Así, de crecer el 9,2% en el primer trimestre de 2011, se pasó a un 8,5% en el segundo y al 5,7% en el tercero.
Un informe de la Federación Industrial de Santa Fe marca que hay "algunas señales de desaceleración en el ritmo de expansión en determinados sectores fabriles", como "las industrias siderúrgica, automotriz y aceitera. El sector frigorífico continúa mostrando importantes recortes en su nivel de producción. También se observa indicios de ralentización en la demanda externa de manufacturas agropecuarias e industriales".
Ya con datos de octubre, la producción automotriz, que continúa siendo el sector más dinámico, mostró una caída del 8,4% respecto de setiembre, que a su vez había caído 5,5% en relación a agosto. Del pico de 84.655 unidades producidas en agosto, en octubre se fabricaron 73.237, un 13,5% menos. En gran parte eso se debió a la menor demanda brasileña, y a la falta de algunos insumos por restricciones a las importaciones.
Esta situación explica que algunas empresas hayan anticipado vacaciones o aplicaron suspensiones a parte del personal.
Más que la depreciación del real, lo que está afectando a la Argentina es la menor actividad brasileña.
En setiembre, la producción industrial allí retrocedió 2%, según el
Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística. La caída fue impulsada por el sector automotor y de bienes de capital. A su vez, en octubre, las ventas de vehículos en Brasil que, en una buena medida son producidos en la Argentina, cayeron un 10 %, de acuerdo a la asociación de concesionarias, Fenabrave.
Así, el escenario de menor crecimiento de la economía argentina se explica por el contexto internacional adverso, pero se agravó por la salida de capitales y el encarecimiento del crédito.
La fuga de divisas y el atesoramiento de dólares fuera del sistema tuvieron un efecto contractivo al restar fondos al consumo y a la inversión. Y restringieron la liquidez de los bancos. Eso se sumó a que, para disuadir el pase al dólar, el Gobierno impulsó una suba de la tasa de interés, que para grandes depósitos superó 20%. Esto, para la consultora Ecolatina, "terminará por encarecer el crédito, elemento que afectará la dinámica del nivel de actividad. El endurecimiento de las condiciones crediticias -abunda- no resultará inocuo para la evolución de la demanda agregada", sobre todo en sectores "sensibles" como autos y electrodomésticos.
En este contexto, el control y las restricciones a la adquisición de dólares afectaron a algunas actividades altamente dolarizadas, como la compra-venta de inmuebles que se hacen en "dólares físicos". Aunque la construcción sigue avanzando, en el sector admiten que muchos compradores desistieron de concretar operaciones por temor a no conseguir los dólares a la hora de la escritura o porque esperan que los precios en dólares se reduzcan, o concretaron la compra en pesos tomados al "cambio paralelo".
En base a estos y otros indicadores, el Centro de Investigación en Finanzas de la Universidad Di Tella sostuvo que de los últimos relevamientos se desprende "una desaceleración en el crecimiento de la actividad económica para los próximos meses." Va más allá, y agrega que "la probabilidad de entrar en recesión se eleva considerablemente con respecto a agosto y se ubica en torno al 70%".
Natalia Muscatelli
El consumo crece menos y eso puso un freno a la inflación
Clarín
La presión inflacionaria que vienen registrando los bienes y servicios está moderando el ritmo del consumo. En el tercer trimestre del año, las ventas de alimentos y el resto de los productos que integran la canasta familiar, por ejemplo, tuvieron una marcada desaceleración respecto del período anterior al bajar -en volumen de ventas- del 3,2% al 2%, según la consultora
CCR.
Esa merma en el nivel de compras puso, a su vez, un freno a la suba de los precios durante octubre, cuando la inflación se desaceleró respecto del mes anterior.
Los economistas que venían calculando una suba de precios cercana al 2% mensual en agosto y en setiembre, detectaron que, el mes pasado la aguja de los precios se habría movido menos: un 1,5%.
"Si bien octubre es un mes estacionalmente tranquilo o estable en materia inflacionaria, estaría influyendo en la dinámica de los precios, en parte, la menor afluencia de consumidores a los comercios, como también las secuelas de la fuga de capitales", señala el economista
Carlos Melconian.
El ánimo de los consumidores es un indicador que suele adelantar hacia dónde va el consumo. En este sentido, el último informe global de la consultora
The Nielsen Company, consignó una caída en la confianza de los consumidores locales, en un índice que pasó de 93 puntos en el segundo trimestre del 2011 a 88 en el tercer período del año.
El menor crecimiento del consumo tiene que ver con "una clara percepción de que el proceso inflacionario tiene un impacto fuerte, especialmente en el segmento más bajo de la población, que destina todos sus ingresos al gasto en consumo", dijo en la última presentación de CCR, Ricardo Fitz Simon, presidente de la consultora.
También, en el caso de los supermercados, que son los canales más perjudicados en la desaceleración de las ventas, influye "una especie de distorsión producida en los procesos de compra a partir de los descuentos y las promociones que ofrecen las distintas cadenas. Hay un proceso de estacionalización del consumo y de incremento de los stocks que en algún momento impacta en las ventas", ahondó.
El economista Jorge Todesca advirtió en su último "panorama postelectoral", que la nueva fase contractiva de la crisis internacional va a traer, entre otras cosas, "una contracción atenuada del consumo privado y una ralentización de la tasa de inflación". En este caso, estimó que se registraría una desaceleración de mas de cinco puntos porcentuales entre finales de este año y el mismo período del 2012.
Para Ricardo Delgado, economista de Analytica, en cambio, "el consumo privado hasta ahora no mostró señales de enfriamiento".
Hasta octubre, la suba de los préstamos a empresas y personales no se había desacelerado. Pero "este escenario probablemente se modifique en los dos últimos meses del año debido al aumento en las tasas de interés y la contracción del crédito", advirtió el analista.