A juzgar por su ingreso per cápita, Chile ganó la medalla de oro en el vecindario, liderando el ranking con US$ 15.227, seguido por Uruguay y superando a la Argentina (US$ 12.160). Hay otros indicadores, como el superávit de sus cuentas públicas y un bajo nivel de endeudamiento, datos que Marina Dal Poggetto, del Estudio Bein, atribuye a un largo período de estabilidad y continuidad de sus políticas económicas. Claro, que se trata de un Chile que decidió no tener industrias.
En un informe recién horneado, el Estudio Bein muestra países cerca de tocar fondo y otros que viven momentos de gloria, de acuerdo a cómo hayan administrado la década de la abundancia, llamada así por el alto precio de los productos que exportamos. Algunos sufren inflación y atraso cambiario como Argentina y Venezuela, con un índice de costo de vida de 24,1% y 21,4%, respectivamente, que contrasta con Colombia, con una inflación anual de 3%. El alivio viene por una deuda pública externa baja en términos del PBI, frente al 85% de 1990, lo que hacia delante “minimiza riesgos de vulnerabilidad”, argumenta el informe.
Sin embargo, el superávit de cuenta corriente de muchas de estas economías pasó de un máximo de 1,6% del PBI en 2006 a un déficit de 1,9% proyectado para 2012, el mayor desde 2001. Chile y Perú preservaron el superávit fiscal y hay otros países que tienen un alto colchón de reservas como Brasil (US$ 382.000 millones) y México (US$ 162.000 millones), que se muestran más holgados que la Argentina (US$ 43.500 millones).
Para Dal Poggetto, lo que se denominó “el modelo” se terminó en 2007 en la Argentina. Desde entonces, se crece a un ritmo promedio de 4,7% superior a la media de Latinoamérica (3,7%), México (1,9%) y Brasil (3,7%), aunque hay países como Perú y Uruguay que lograron un ritmo de 6,8% y 5,7%.
Para nosotros 2013 no será mucho mejor. El Estudio Bein, que había estimado un crecimiento de 5%, corrigió sus proyecciones a un más realista 2,3 a 3%. La buena noticia es que no sube el desempleo.