Más de uno hubo de maldecir de David Castera, ese ex motociclista que se encarga de diseñar los recorridos de la carrera automotriz más exigente del mundo. Pero dicen que el que avisa no traiciona, y el experto francés que supo competir sobre las dos ruedas lo anunció varias veces: las etapas 3, 4 y 5 del Dakar Perú-Argentina-Chile 2013 serían las más bravas de una carrera ya de por sí hecha para valientes de nervios de acero.
Hubo que tenerlos ayer, cuando los 429 arenosos kilómetros del tramo Nazca-Arequipa demandaron de los protagonistas calidades de todo tipo: navegación, velocidad y prudencia. Ni siquiera la experiencia alcanzó en muchos casos para eludir las trampas de un desierto impiadoso. Ahí quedaron encajados tipos que saben de esto, como Robby Gordon y el multicampeón de motoso Cyril Despres, y los mejores pilotos argentinos de autos, los mendocinos Lucio Álvarez y Orlando Terranova.
Fue, en efecto, un segmento durísimo el que trazó Castera. Un filtro tempranero en la prueba, lleno de arena y de piedra, casi como para asustar casi de entrada en la carrera y como para eliminar a los menos avezados. Pero ayer sufrieron casi todos. Sin ir más lejos, un bicampeón mundial de rally y vencedor del Dakar en 2009. Carlos Sainz, se quedó detenido en el kilómetro 147, sufriendo por la presión del combustible en el novel buggy y perdiendo mucho tiempo. Para el español se trató de la continuidad de las malas noticias que aparecieron anteayer. Resulta que al madrileño la organización lo había penalizado con 21 minutos por no haber pasado por un way point; Sainz demostró que sí había estado allí y las autoridades le restituyeron su tiempo, pero cerca de la medianoche volvieron a aplicarle la sanción, tras constatar que el vehículo posee dos aparatos de GPS y que el piloto había utilizado sólo uno para registrar su tránsito por el lugar en cuestión. "Para nosotros ya no hay título en el #Dakar, sólo llegar a la meta", escribió en Twitter anoche, decepcionado y con ganas de marcharse a su país. Ahora marcha 24º en la clasificación general, a 3h18m9s del puntero, el inmutable francés Stéphane Peterhansel.
Al estadounidense Gordon se lo puede encontrar ahí, estacionado en la arena, pues es un imán de problemas en esta versión del Dakar. Empezó mal y ayer, directamente, volcó en las dunas. Está 43º, a 5h51m39s, sin chances de victoria y lejos de otorgar una imagen exitosa a su imponente Hummer.
Para los argentinos de coches, como se dijo, resultó una mala jornada. Orly Terranova pasó una hora y veinte minutos parado, hasta que fue auxiliado por un comprovinciano, Alejandro Yacopini. Así cayó al 15º puesto general, a 1h53m58s. Peor le fue al otro mendocino destacado, Lucio Álvarez, que quedó tres horas detenido al inicio del trayecto, por culpa del tren delantero de su camioneta Toyota. En el 27º lugar, a 3h49m6s de la vanguardia, se ve demasiado lejano un podio, o al menos el logro de repetir la 5ª posición final alcanzada en 2012. En cambio, sonrió Javier Pizzolito, que se ubicó 7º en el tramo y 14º en la clasificación general de motos. "Hoy me salió todo muy bien. Estoy conforme con lo hecho. Fui tranquilo y pude hacer una buena navegación", celebró el piloto de Pinamar, que sobrellevó muy bien la complicación de ser uno de los primeros en recorrer la ruta. Lo hizo bastante mejor que nada menos que Cyril Despres, que abrió el camino y que estuvo lejos de su nivel: 17º ayer, perdió la vanguardia en la general y se rezagó a la 3ª ubicación.
Más problemas: el motociclista Tomás Maffei se quedó sin navegador y debió orientarse sin instrumentos; el automovilista Juan Manuel Silva tardó 9 horas para un trayecto que el ganador cumplió en tres y media...
El mejor entre los albicelestes fue, de nuevo, Marcos Patronelli, que volvió a imponerse en una etapa y tomó más ventaja a la cabeza de los cuatriciclos. El triunfador de 2010, no obstante, afrontó sus dificultades. A su Yamaha le costaba mucho trepar las dunas y el esfuerzo mecánico elevó la temperatura de su quad. Tras ello, debió cubrir los 420 kilómetros de enlace, agotadores tras tanto esfuerzo. Fue, sin dudas, la peor etapa del Dakar 2013, que hoy llegará a Chile. Pero puede haber más....