Gualeguaychú. El presidente de Bolivia, Evo Morales, anunció una ola de nacionalizaciones que alcanzará en el futuro a la minería, los recursos forestales y la tierra.
Durante un discurso pronunciado la noche de este lunes en la histórica plaza Murillo, sede de los poderes Ejecutivo y Legislativo, expresó: "Estamos empezando a nacionalizar con los hidrocarburos, mañana, pasado será la minería, será forestal, serán todos los recursos naturales, los que pelearon nuestros antepasados", recursos que serán transferidos al control del Estado, señaló el gobernante.
"Viva la nacionalización, viva Evo", proclamaron los asistentes, en tanto Morales hablaba desde los balcones del Palacio Quemado, sede del gobierno boliviano.
"El nuevo modelo económico que buscamos, del país que buscamos, deben ser los recursos naturales", propugnó.
"Tenemos un paquete de decretos para recuperar la tierra para los bolivianos, serán pasos importantes que vamos a dar", señaló.
"Las empresas que han invertido tienen derecho a recuperar su inversión, pero antes nos daban 18% (de regalías), ahora es todo lo contrario 82% para los bolivianos y 18% para ellos y si no aceptan eso mejor que se vayan", remató.
"Somos responsables ante el pueblo boliviano y ante la comunidad internacional y por eso hemos decidido con firmeza pero con humildad sobre nuestros recursos naturales", remarcó el presidente.
Las autoridades tendrían que esforzarse en atraer inversiones a la minería mostrando, como ejemplo de lo que puede Bolivia, los casos del complejo minero San Cristóbal y la mina San Bartolomé, que entrarían en operaciones el 2007, pues las perspectivas que tiene son realmente extraordinarias.
La inversión en la minería boliviana resulta extremadamente baja, se calcula que, de persistir la situación actual, en la próxima década será de poco más de 50 millones de dólares anuales, mientras que países de la región, con menor tradición minera que Bolivia, están captando inversiones cuantiosas e importantes para su economía nacional.
Un reciente informe del Organismo Latinoamericano de Minería (Olami) dio cuenta que Argentina recibirá inversiones mineras por más de 11 millones de dólares por año. Chile espera captar unos 5.000 millones y Perú 2.000 millones. Con estas cifras, el caso de Bolivia es deprimente.
Según las conclusiones del Seminario ´Visión empresarial de la industria minera´, efectuado a fines de marzo, las causas para que el país haya dejado de ser interesante para los inversionistas se debe a la falta de competitividad del sector, a la ausencia de políticas de atracción de capitales y a la inseguridad que generan los anuncios de cambios tributarios en la minería.
Llamó a la preocupación de los asistentes al seminario la Encuesta sobre Minería 2005/2006, que realiza anualmente el Instituto Fraser, de Canadá, en la que el país ocupó —algunas veces— los primeros lugares y ahora está entre los 10 últimos —de las 70 naciones evaluadas—, obteniendo sólo 20 puntos de los 100 que es el máximo.
Al presente, la inquietud dominante, entre los industriales mineros, tiene que ver con el anuncio gubernamental de una posible revisión del Código de Minería y la modificación del Impuesto Complementario a la Minería. A la vez, en el Congreso se discute la posible supresión de la devolución de impuestos de exportación del sector minero (Cedeim). Los productores ven peligrosas estas medidas, aunque las autoridades mineras han decidido consensuarlas precisamente con ellos, para no actuar precipitadamente. Desde el punto de vista de interés económico y social, lo apropiado sería que Bolivia, así como lo están haciendo sus vecinos, aproveche al máximo el cuarto de hora favorable que se presenta para la minería, con la industrialización de China e India y el crecimiento sostenido de las economías de Estados Unidos y Europa.
El presidente de la Asociación Boliviana de Industriales Mineros y Comercializadores, Alfredo Rojas, estima que este buen momento puede durar siquiera de cinco a 10 años. Esto significaría que hay que actuar rápidamente, para aprovechar el potencial mineralógico inexplotado que tiene Bolivia. Está bien que se aliente a las pequeñas empresas, pero lo que requiere el país es emprendimiento de mediano y gran alcance, porque sólo así se pueden crear cientos de nuevos puestos de trabajo, dinamizar la demanda interna y generar ingresos mayores para el Estado.
El año pasado, se han recibido ingresos por 600 millones de dólares, 200 más que en el 2004. Este año podrían aún ser mayores, considerando que los minerales y metales que produce el país tienen las cotizaciones más altas de los últimos 20 años.
Las autoridades tendrían que esforzarse en atraer inversiones a la minería mostrando, como ejemplo de lo que puede Bolivia, los casos del complejo minero San Cristóbal y la mina San Bartolomé, que entrarían en operaciones el 2007, pues las perspectivas que tiene son realmente extraordinarias.
