El Esquiú
Escuchaba una radio FM de Andalgalá, de características ultra dogmática, antiminera y me preocuparon que los alcances sociales puedan repercutir estas falacias por demás reiterativas, descalificantes e hirientes a los sentimientos de nuestro pueblo. Se leía como valor de veracidad incontrovertible un artículo publicado por una revista que emite periódicamente diario “Clarín”, de nombre “Vida”. Escrita por una periodista que estuvo con los de la Asamblea El Algarrobo. Escribe tantas falacias, que si pudiera contactarme le alcanzaría muchas verdades reivindicatorias y desagraviantes a la dignidad de Andalgalá. Sólo la verdad libera nos dice El Maestro. Esta periodista está presa de la falsedad, respecto a lo que escribe sobre contaminación, supuestamente producida por Minera Alumbrera. El uso de cianuro, la contaminación de las aguas del río Vis Vis. La migración de los habitantes por la situación de contaminación. Los informes de los médicos: Flores, Luna, Aliziardi, y Passarelli, jamás pudieron ser mostrados, demostrados científicamente, cayendo estos profesionales en delitos de difamación, con violación por falsa imputación que “Alumbrera es causa de muertes y enfermedades raras, en cifras descomunales, y que cuentan con evidencias de esta causa de cáncer y muertes”.
Ni Salud Pública de la provincia, ni el Hospital de Andalgalá, cuentan con tal estudio de investigación. Sólo conocemos una “única” hoja certificada por Escribanía Pública, y las firmas de los cuatro médicos. Evidente que desconocen el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales, Culturales, Civiles y Políticos y su protocolo facultativo aprobado por Ley del Congreso de la Nación Nº 23.313, además de figurar actualmente en el art. 75 inc. 22 según la reforma de 1994, donde se prescribe que: “nadie será objeto de injerencias arbitrarias o ilegales en su vida privada, su familia, su domicilio o correspondencia, ni de ataques ilegales a su honra o reputación”. Se agrega que: “toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra injerencias o esos ataques” (art. 17 de la Convención antes citada). Imputar a alguien que mata, se supone, debe probarlo, demostrarlo y certificarlo judicialmente. Los médicos tienen mayor responsabilidad y carga de obligación al hacer públicas estas imputaciones, o quedar como mentirosos, difamadores e irresponsables como profesionales de la salud. Los datos de cáncer y enfermedades en Aconquija son otras falsedades de mentes fóbicas y paranoicas que se encuadran en la Psiquiatría ecológica, donde los miedos y ansiedades crónicas en determinado grupo, dogmatizados por un chauvinismo ultranacionalista, ven como peligroso todo lo relacionado a la minería. Sus síndromes paranoides los hacen reaccionar con violencia sin límites a lo que “ven como peligroso”, aunque en la realidad no exista tal objeto peligroso.
También sostienen acendrada discriminación contra los que no aceptan sus posturas. Cultivan peligrosamente una exacerbada xenofobia a los de origen norteamericano, canadiense o australiano, por manejar minería a cielo abierto. Demonizan todo lo relacionado a la actividad minera. Como estrategia, buscarán “victimizarse”. Ante la inoperancia de la Justicia en procesar sus actos delictivos, generarán situaciones de extrema tensión social para generar un conflicto de enfrentamiento violento, donde “pueda” caer uno de los antimineros o ambientalistas o defensores de la vida, según el ojo que los valore y revivir otro nefasto 15 de febrero. En su postura y afirmación ideológica de no dejar entrar a Agua Rica, se juramentaron como logia, en producir una víctima social mediáticamente escandalosa, como mediatizaron “represión ilegal” del 15 de febrero. Los medios descalificaron o desconsideraron la problemática de fondo. Una muerte, les vendría bien, para escandalizar mediáticamente al mundo, y evitar que se desarrolle la minería de Agua Rica u otra. Por favor le ruego al Jefe de Redacción se contacte con esta periodista que escribió en la revista VIDA de Clarín, le invite a VENIR a Andalgalá, le presentaré estudios científicos de las causas del cáncer, con demostración biomolecular, con estudios y estadísticas de más de 10 años, y muchos otros estudios medioambientales de Andalgalá, que nada tienen que ver con la actividad minera. O si desea, me lleve a Bs. As. Y le llevo innumerable documentación ecológica, metodología científica, legislaciones en que afirmo mis diagnósticos, y otras probanzas que debería conocer, que los ofreceré con afecto y respeto. Dejo a la Redacción del diario para este posible contacto. Agradecido por los miles de andalgalenses que no se expresan por miedo a los violentos.
Rodolfo Villagra
Med. Clínico y legista.
