El periodista especializado Claudio Gutiérrez nos ha enviado este artículo de opinión acerca de las últimas declaraciones del senador César Gioja, que han convulsionado al sector.



Gioja Vs. Gioja

Por Claudio Gutiérrez

Los hermanos del poder y las flojas convicciones mineras

Cuando la búsqueda del poder se hace despiadada empieza a correrse el velo de la racionalidad y aparecen en escena aristas impensables, que sin duda, dejarán espinas, heridas, certezas y humores con poca curación.

La pelea de fondo por el gobierno de San Juan para los próximos cuatro años, no es un tema menor. Alcanzar el sillón de Domingo F. Sarmiento es una meta que abandonó la legitimidad política y se convirtió en un combate cuerpo a cuerpo entre el actual gobernador, José Luis Gioja y su hermano, el senador nacional César Gioja. Que más allá del lazo de sangre, los une la identidad política, por lo menos hasta ahora.

El primero, en su decisión muy personal de ser re reelecto y su hermano menor por ser mandatario, abrieron la brecha de las diferencia entre ambos. Uno busca la reforma constitucional que le de vía a libre a cuatro u ocho años más de gobernabilidad; el otro, por entender que es merecedor de la sucesión política partidaria y porque no desea que se modifique la constitución provincial, para que su hermano sea reelecto. Esto hasta ahora, en un futuro no se sabe.

Un dato de la realidad es que José Luis es el preferido de los sanjuaninos para seguir. Aún con la re reelección. Pese a existir una baja en la intención de votos por esta maniobra electoral, los sanjuaninos lo acompañan. Mientras César, no cuenta con ese aliciente social. No obstante, quiere impedir la reforma constitucional provincial y por ende la re reelección.

Ambos fueron indiscutidos propulsores del desarrollo minero. Esto ha sido antes y después de ser gobierno en San Juan. Parece que algo cambió para uno de ellos.

José Luis estuvo en cuanto impulso minero se construyó desde los años noventa y hoy, principalmente su provincia, es motorizada económicamente por los vientos inversores y productivos del asentamiento minero. Nadie puede negarle al gobernador que su provincia giró 180 grados pasando de ser una de las más empobrecidas en 2003 a una de las más fructíferas de este primer lustro de siglo. Y con la minería obtuvo gran parte de esta modificación.

Pero en el todo vale por el poder, se olvidaron de los logros y construcciones conjuntas y se empezó, hace más de dos meses, a instalar una batalla mediática donde uno de los hermanos desangra honores y laureles, exponiéndose públicamente como un verdadero arrepentido de lo hecho. Instalando en la agenda política algo hasta hora impensado: la renta minera. Argumentos que sólo lo conformaban el patrimonio discursivo de los autoconvocados-antimineros.

El desarrollo minero, para César, tiene un lado pendiente y no resuelto. Impensadamente, el defensor parlamentario de las inversiones mineras, hoy en su lucha por la gobernación y contra la reelección de su hermano, piensa en voz alta, eligiendo que la minería, eje esencial del gobierno de José Luis, se volviera centro de crítica.

Como ingrediente, exhibió sus apreciaciones más salientes vía Twitter diciendo entre otras afirmaciones que “Barrick tiene ganancias extraordinarias por 1.200 millones de dólares y San Juan recibe 30 millones en concepto de regalías”.

El senador afirma que Barrick no “colaboró con el Centro Cívico, diques, erradicación de villas, Hospital Rawson, estadio, nuevas escuelas”, y que todo ello se hizo con “los fondos son de la Nación". Fue mucho más allá y detalló otras falencias, pero nos detendremos en estas frases más elocuentes. Las que pone en duda la real incidencia de desarrollo minero, más allá de los buenos negocios que sí se hicieron y beneficiaron a miles de sanjuaninos.

César pone en debate un tema ausente. Los mismos pro mineros jamás se animaron a plantear al gobernador estas coincidencias abordadas en un café. Pero, esta batalla mediática y sin red, aparece como una buena oportunidad. Los dichos del senador son necesariamente un tema postergado, San Juan debe profundizar en relación al uso y beneficio de la explotación racional de los recursos naturales no renovables.

Poniendo negro sobre blanco. Esta pelea de los hermanos sitúa en la palestra algo que se debe debatir y profundizar. El cual está relacionado a la excelente coyuntura del oro a nivel mundial y lo que deja a la provincia como parte de esa extraordinaria ganancia que Barrick exhibe en sus informes. Les cuesta 350 dólares la onza, vende en estos días a un poco más de US$ 1.500, aunque haya algunos que quieran explicar que así no es. (Barrick COMUNICADO DE PRENSA - 27 de abril, 2011)

Estas apreciaciones del senador, más allá de su ambición por gobernar San Juan, rompió el silencio de la necesidad de hablar sobre certezas. Y una de esas es cómo se reparte la riqueza que extrae Barrick en San Juan. Una provincia donde no existe una empresa estatal que participe en las ganancias como sí sucede en YMAD, Catamarca o FOMICRUZ, en Santa Cruz.

A César, principal defensor legislativo de la minería metalífera, cuestiona la renta minera. Y no es obstinación rebuscada, es un eje de fondo.

No cabe duda que hubiera sido mejor enfrentar este tema desde otra óptica y con nutridos argumentos, lejos de una sanguínea interna que tiene como prioridad suprema la búsqueda del poder y que o provienen del fruto racional de un estratega.

La renta minera es uno de los enigmas más perturbadores del sector minero. Cuánto genera, cómo y qué deja esta industria. Información que sí existe, pero a la que pocas mineras les gusta revelar.

En este caso, la historia ha querido que los impulsores del desarrollo minero, abran el debate de la renta minera. Preferentemente en otro escenario, pero como distingue y caracteriza a la clase política argentina, la boca pudo más que la razón y los sin razón hoy afirman que la tenían.