Diario de Cuyo
El momentos en que Uruguay consolida su liderazgo exportador agroindustrial, la macroeconomía del vecino país se encamina hacia una transformación sin precedentes gracias al denominado proyecto Aratirí, un enorme yacimiento minero metalífero. El presidente José Mujica ha señalado que ve en este recurso "la más grande transformación del mapa productivo nacional y coincide con todos los controles más exigentes y espera que esto pueda concretarse. El hierro puede ser el petróleo uruguayo''. A su vez, el vicepresidente Astori dijo al Parlamento que el yacimiento de Aratirí promovería un cambio sustancial en la matriz productiva del país y que se puede concretar a corto plazo.
El optimismo de sumar la gran minería a la diversificación económica en un país agrícola-ganadero y con manufacturas que se abren camino sostenidamente en los mercados externos, señala un pensamiento político esclarecido en el contexto de desarrollo, totalmente opuesto al que manifiestan muchos políticos en la otra orilla del Río de la Plata. Contrariamente al fundamentalismo anti minero de los grupos ecologistas ideológicos argentinos, Mujica y la dirigencia uruguaya alientan la puesta en marcha del proyecto ante la necesidad de "transformar esa riqueza en inversión, cambiar el país y cuando se termine el mineral quede un país distinto, mucho más rico y sustentable que vive por sí mismo'', según afirmó el presidente uruguayo. No obstante, si bien desde el punto de vista político el plan minero tiene un aval del mejor nivel, en el aspecto ambiental el gobierno estudia detenidamente los movimientos de la empresa y su evolución para darle la seguridad que requieren estos emprendimientos.