MORENO CONSIGUIÓ SUSPENDER UN NUEVO PARO DE EXPENDEDORES

El secretario de Comercio Interior convocó a un encuentro de todo el sector para discutir la pérdida de rentabilidad de las estaciones de servicio. Ofreció créditos

El secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, demostró ayer que sabe bien cuándo mostrar los dientes y cuándo no. El mismo día que los expendedores de combustibles definían la fecha para un nuevo lock-out de 24 horas en todo el país, el funcionario logró suspenderlo tras reunirse a solas con la flamante presidenta de la entidad que nuclea a los del área metropolitana, Rosario Sica, y ofrecerle una reunión con las petroleras y el sindicato en la que actuará como árbitro.

En ese encuentro, que tendrá lugar a mediados de la semana próxima, los principales actores del negocio debatirán sobre la crisis de las estaciones de servicio y buscarán alternativas a las quiebras que las acechan en muchos casos, según informó anoche Sica a El Cronista.

Los minoristas independientes denuncian que –desde la desregulación del sector– las multinacionales avanzaron sobre el negocio de la comercialización de combustibles, compitiendo en la mayoría de los casos desde una posición de más poder. Incluso protestan por petroleras que instalaron estaciones propias a metros de licenciatarios de su marca para desplazarlos de ciertos puntos claves de la ciudad.

Moreno leyó ayer bien temprano los diarios y se contactó con Sica, dueña desde hace más de 30 años una Esso en la esquina de Chile y Chacabuco y electa el lunes pasado presidenta de la Federación de Empresarios del Combustible (Fecra). Pactó con ella una cita para las 20 en Comercio Interior y la esperó con un ojo puesto en la reunión que preveía encabezar por la tarde en la Confederación de Expendedores de Combustibles e Hidrocarburos y Afines (Cecha).

"Tuvimos un diálogo amabilísimo, excelente. Le expliqué de frente cómo viene la mano y llegamos a la conclusión de que vamos a buscar una solución con el resto de los integrantes de la cadena", relató Sica a El Cronista al término de la entrevista. Según su versión, el funcionario entendió que "el agua ya les llegó al cuello a las estaciones de todo el país".

Por el contenido de la reunión de ayer, Moreno habría aceptado rever la estrategia de reconversión que había planteado como única solución la semana pasada. "No es tan así, no es necesario hablar de reconversión, a las que puedan recuperarse les vamos a buscar una solución", dijo la empresaria. Varios de los presentes en el primer contacto que mantuvo el funcionario con el sector el lunes pasado relataron que había planteado reconvertir unas 1.500 bocas "inviables".

Según las cifras de Fecra, unas 2.500 estaciones cerraron en los últimos 8 años. La cantidad que queda es similar a la de los años ochenta, ya que otras nuevas abrieron aunque sus dueños son otros. De las cerca de 4.500 que trabajan actualmente, unas 800 son totalmente independientes ("blancas") y más de 3.000 tienen contratos a varios años con una marca como proveedora exclusiva. El resto (unas 700, pero las mejor ubicadas y con mayor facturación) son propiedad de las petroleras.
ALEJANDRO BERCOVICH