Editorial
¿CODELCO EN PELIGRO?
Editorial Revista Minería Chilena, enero 07
Codelco es noticia siempre, por la enorme gravitación que tiene la empresa para la industria mundial del cobre y para la economía de Chile en particular.
Lamentablemente, en el último tiempo, Codelco ha estado más en la noticia con connotaciones negativas que positivas.
Al derrumbe de la caverna de transferencia de Chuquicamata y la polémica de las responsabilidades, se han sumado otros hechos preocupantes, como el riesgo de derrumbe en el sector 3 de la misma mina o un importante éxodo de profesionales de los niveles superiores de la empresa (ver artículo en esta edición), que emigran a empresas competidoras en Chile y en el extranjero, a un ritmo de rotación que excede a los normales de la industria.
De alguna manera, la frecuente presencia de ejecutivos de Codelco en el Congreso Nacional, respondiendo a citaciones de comisiones de trabajo del Parlamento como la de ejecutivos y ex ejecutivos, presentan ante la opinión pública una mala imagen de Codelco. Es así como la entidad que comienza a percibirse cada vez más como un organismo público, más que como empresa productiva que debería ser sujeto de orgullo y prestigio para el país y todos los chilenos.
En efecto, la resolución sobre materias como la derogación de la ley reservada de las Fuerzas Armadas o la sanción de las disposiciones sobre Gobierno Corporativo de la empresa siguen entrampadas en la maraña de la política contingente y se han postergado en forma injustificada, con el consiguiente perjuicio para la empresa que no logra acercarse a la estructura organizacional que requiere hoy.
Es probable que no haya otro país en el mundo que dependa tanto para su progreso de una empresa estatal como Chile de Codelco.
Así y todo, pocos quieren enfrentar discusiones sobre temas como la apertura de Codelco a capitales privados, el avance a un estilo de gestión moderno y efectivo o la inclusión de nuevos modelos de organización, entre otros.
En esta materia tanto los partidos de la Concertación como la Alianza tendrán que asumir su responsabilidad si en algún momento Codelco entra en crisis por no disponer de una estructura más empresarial y dinámica para responder a las exigencias del mundo actual.
¿Cómo se puede entender que Codelco haya perdido tanto protagonismo en lo que se refiere a su participación en la producción de cobre de Chile si tiene, por lejos las mayores y mejores reservas de cobre que se conocen en nuestro territorio? ¿Por qué dos proyectos que partieron casi juntos, como Gaby y Spence han corrido suertes tan diferentes? Spence ya está en producción y en tanto que, con seguridad, Gaby ya perdió la posibilidad de aprovechar el ciclo de buenos precios del cobre y no tiene un horizonte cierto todavía.
¿Por qué Codelco no compró las operaciones de Exxon en Disputada que representaban tantas ventajas para el desarrollo de un mega yacimiento con la División Andina? Podríamos seguir enumerando situaciones que reflejan las restricciones de gestión que afectan y perjudican a Codelco.
En algún momento el precio del cobre bajará a niveles de un dólar por libra y los chilenos descubriremos que la empresa ya no aportará recursos a las arcas fiscales sino que por el contrario, podría generar pérdidas. ¿Qué hará el país entonces?
Permitir que Codelco pueda llegar a una situación como ésta es no haber aprendido las lecciones de la historia.
Codelco ha sido a lo largo de su historia una empresa fundamental para el progreso del país. Es responsabilidad de todos los chilenos, y en especial de quienes nos desempeañamos en el sector, concertarnos para sensibilizar a los líderes de opinión y al propio gobierno para encontrar una fórmula de solución a las crecientes dificultades de gestión que enfrenta la empresa y que podrían poner en jaque su futuro.