QUIEREN CONTROLAR CON UN CHIP TODOS LOS VEHÍCULOS A GAS
La Nación, Buenos Aires
El ya convulsionado mercado energético podría sumar un elemento más de fricción entre el Gobierno, las petroleras, las distribuidoras de gas y los usuarios si finalmente avanza un proyecto del
Poder Ejecutivo.
Como una suerte de
Gran Hermano energético, el Ministerio de Planificación Federal quiere avanzar, mediante una licitación pública, en la colocación de un dispositivo inteligente en los vehículos impulsados a
gas natural comprimido (GNC) de todo el país. La medida oficial abarcará el sistema de transporte de carga y de pasajeros, los taxis y remises, los camiones dedicados al transporte de combustible y autos particulares.
¿El motivo? Poner a disposición del Gobierno una formidable base de datos para controlar a petroleras, distribuidoras de gas, dueños de estaciones de servicio y usuarios respecto de los volúmenes de venta, despacho de combustible, precios y todo cuanto la Secretaría de Energía disponga.
La iniciativa –denominada “Implementación del sistema de información y transparencia para los sectores de GNC, gasoil, nafta y gas propano in- diluido en todo el territorio nacional”– ya empezó a transitar los caminos administrativos como para ponerse en marcha cerca de fines de año. Hasta el 16 de agosto, el pliego de licitación se puede consultar en la página web de la Secretaría de Energía ( www.energia.gov.ar ). Luego se confeccionará el definitivo y, según un funcionario del Ministerio de Planificación, "se estará poniendo en marcha cerca de fin de año".
El universo de vehículos obligados a contar con el dispositivo electrónico es de alrededor de dos millones. Los autos impulsados a GNC llevan, por lejos, la delantera con 1,5 millones. Entre los otros 500.000 están los taxis y remises autorizados, el transporte público de pasajeros, el de carga y los camiones afectados a la logística de distribución del combustible en todo el país.
Estos vehículos deberán exhibir el dispositivo cada vez que se acerquen a un surtidor y los datos que estén en él se validarán con los de la estación de servicio. En caso de que surja alguna incompatibilidad, el surtidor no se habilitará y el usuario se verá imposibilitado de cargar combustible en todas las estaciones de servicio del país.
Según el texto de la licitación, el sistema deberá "incorporar un control electrónico inviolable en los vehículos que permita la correcta identificación, la habilitación o prohibición del despacho de combustible en forma automática, sin decisión de parte del playero, y que mantenga una base centralizada de información".
También el Gobierno persigue "detectar intentos de violación del sistema; inspeccionar por muestreo o en forma dirigida ante sospechas de fraude; operar, mantener, protocolizar y almacenar en medios seguros todas las transacciones de precios, volúmenes, lugar de entrega y destino final de los productos bajo control".
Respecto del transporte público, la iniciativa intenta controlar mejor el consumo del combustible subsidiado o verificar los precios diferenciados que regirán, por caso, para los vehículos con patente extranjera en zonas de frontera. "El sistema apunta a obtener la información de volúmenes, precio, lugar de suministro y destino de gasoil, parte de las naftas (sólo taxis y remises que funcionen con este combustible, que casi no hay), GNC y GPLA expendido. Con esta herramienta funcionando, cuando alguna petrolera diga que no tiene gasoil o que no hay gas para entregar nosotros vamos a poder saber si dice la verdad o si está escondiendo algo", dijo a LA NACION un funcionario que participó en la confección del pliego.
El sistema funcionará de esta manera: por un lado, están los vehículos a los que se instalará el dispositivo que identificará cada auto, camión o colectivo. La licitación prevé que se coloquen puestos de instalación y que el cargo de colocación corra por cuenta del concesionario del sistema.
En el otro extremo están todas las bocas de expendio de combustible, ya sean líquidos o gaseosos, del país. "Se deberá colocar un sistema verificador en cada manguera que debe reconocer al vehículo. Las estaciones de servicio validarán las transacciones mediante el uso de una lista negra -así denomina el sistema a los inhabilitados- donde estarán incluidos aquellos vehículos a los cuales no se les podrá vender combustible", dice la licitación.
El funcionario que explicó el sistema a LA NACION dijo que "cada estación de servicio o depósito de combustible deberá tener un sistema de enlace que se actualizará online con un centro administrador y que será el que almacene toda la información".
Reacciones encontradas
"Raro e impracticable", fue la reacción de un especialista en energía al ser consultado sobre el régimen. Otro dijo que el sistema no era malo y que permitía controlar la adulteración de los combustibles y la evasión en el sector. Sin embargo, advirtió que "hay que usarlo con cuidado porque tiene toda la información y permite inmiscuirse en el negocio de las empresas".
En las petroleras a las que LA NACION consultó no hubo voces ni en favor ni en contra. En algunas adujeron que no conocían el tema. En otras, simplemente no contestaron."Es lógico que les moleste a las empresas porque vamos a tener toda la información. Imagínese -contó el funcionario- ahora dicen que no tienen gasoil y no podemos hacer mucho. Después, con el sistema en funcionamiento vamos a saber cuándo venden, dónde, a qué precio y hasta por dónde andan sus camiones, a los que vamos a controlar satelitalmente."
Aún falta para saber cuál será el final del proyecto. Pero crear un lugar donde se concentre toda esta valiosa información seduce a más de un funcionario que, a lo mejor, se imaginará delante de una gran pantalla conociendo al instante donde carga combustible cada uno de los dos millones de usuarios que estarán obligados a instalar el dispositivo. ¿Racionalidad o sueños de espionaje y poder? Está por verse.
Por Diego Cabot
El precio • El proyecto no será gratuito. Resta saber quién se hará cargo del costo de instalación y operación del sistema. "El usuario no va a tener que pagar nada por la instalación, sino la empresa concesionaria [la que gane la licitación]", dijo una fuente oficial. "Se pondrá un pequeño cargo sobre el precio de los combustibles que será menos de un centavo por metro cúbico. De allí saldrá un fondo para la firma concesionaria", agregó.