Es notable la Argentina. Con soberbia y desconocimiento, en iguales dosis, amplios sectores de las clases medias miran con recelo la minería.
Los ha ayudado la picardía, como las de Miguel Bonasso en TN, repitiendo falacias a sabiendas, como las del Parlamento Europeo y una prohibición del cianuro en minería que nunca existió en la UE. Los ha ayudado, también y mucho, el silencio de la minería. Exasperante, por casi una década, que dio lugar a las conjeturas más tenebrosas.
La Argentina está a las puertas de un debate nacional sobre la cuestión minera, porque quienes perdieron las elecciones en octubre han encontrado en esta materia un target para disparar contra el gobierno.
Inevitablemente, el gobierno nacional deberá hacer frente a una discusión ya impostergable: como en Perú, Chile, Brasil, México, Colombia y más recientemente Ecuador, debe manifestar expresamente cuanto le importa la minería.
Todos y cada uno de esos países, y sus gobiernos, de diverso signo político, han decidido apostar a la minería, como fuente potente de bienestar y desarrollo para sus territorios y gentes.
Hay una Argentina naif que cree que su país es un vergel y que el Estado les proveerá todo el bienestar, como cuando vivían Perón y Evita. Por eso muchos se lanzan a comprar este nuevo cuco, el de la megaminería, que predican vivillos como Maristella Svampa y Enrique Viale, que dicen que “Famatina tiene un gran potencial turístico”.
“Vienen por toda la cordillera de los Andes”, dicen al unísono desde la antiminería e insólitamente se le prenden políticos como Ricardo Alfonsín, que soñaba con ser presidente de un país que desconoce.
No menos patético es el rol asumido por el Grupo Clarín, que en su obsesión de ganarle batallas al kirchnerismo, tira por la borda su línea editorial de medio siglo en favor del desarrollo argentino. Sin ir más lejos, su suplemento iEco dedicó en 2011 una docena de informes elogiosos sobre el auge minero en la Argentina. ¿En qué quedamos?
Hay que decirlo, no es Famatina el primer proyecto minero que despierta polémica. Recientemente, el gigantesco proyecto Conga, en Perú, fue parado por una protesta social acerca de las soluciones hídricas propuestas y hoy está a la espera de un dictamen internacional.
Pero aquí lo que avanza es el cuestionamiento a la actividad en su conjunto. Con argumentos que, llevados al estricto rigor, deberían aplicarse a la soja transgénica que nos da de comer, al petróleo y el gas, etc, etc. Preocupante Argentina en la que los manuales, como se vio, cuestionan la esencia de la actividad industrial y productiva.
No usar el agua, no aprovechar la energía, no mover una piedra. Que son la reserva para futuras generaciones.
Increíble, pero cierto. Es hora de que el gobierno, a través de sus múltiples instrumentos, de un poco de luz sobre este tema, y ayude a descalificar tanto infantilismo, de izquierda y de cualquier otro signo.
HAGA CLICK AQUÍ PARA VER EL DEBATE BONASSO-ALGELT (CAEM) ANOCHE EN TN
El debate por la megaminería
TN
Debido a la controversia por la exploración y explotación minera a cielo abierto en la zona de Famatina, en La Rioja, estuvieron en Código político Miguel Bonasso, exdiputado, y Damián Altgelt, Gerente General en Cámara Argentina de Empresarios Mineros, quienes presentaron sus planteos al respecto.
Bonasso manifestó que "quieren convertir a la Cordillera en un queso gruyere", y acusó al gobernador riojano Luis Beder Herrera de "darse vuelta como un panqueque en el aire", debido a su cambio de postura cuando asumió en el Ejecutivo provincial.
Además recordó que en Chile "no quieren que los camiones recorran con cianuro en sus rutas", y que con la megaminería a cielo abierto "el país va a poner el 90% del agua que se va a usar" para la actividad. "Cuando se van, queda un desastre", concluyó.
En contrapartida, Altgelt manifestó que la minería "le hace un aporte real al país", que está gravada "con una carga fiscal del 52% de la renta", y explicó que "el 75% de la facturación del sector queda en la Argentina".
Además, pronosticó que nuestro país "tiene una potencialidad fantástica en la actividad", que "tiene que ser uno de los tres o cuatro motores de la economía nacional", y sostuvo que para el sector, la actividad "es segura y responsable".