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Debate
(Análisis) MENDOZA: PACO PÉREZ, A NO OLVIDARSE DE LA MINERÍA
02/04/2012

A no olvidarse de la minería

Los Andes - Por José Luis Toso

Otra semana muy trascendente desde el punto de vista político que al Gobernador, además de su ya habitual protagonismo, le dejó más deberes para hacer en la provincia.
En esta oportunidad, Francisco Pérez volvió a Mendoza con la premisa de apurar definitivamente la creación de la empresa provincial de energía y también asegurar su total sintonía con la política kirchnerista en materia minera, esto en el marco de la firma del acuerdo federal para ese sector.

Si bien Cristina Kirchner ya expresó públicamente su postura favorable a la minería en gran escala en el país, por el momento la decisión del gobierno mendocino sería la de abrir las puertas sólo a la actividad no metalífera. ¿Esto servirá para explicar aquello de que el titular del Ejecutivo provincial no es “anti ni pro minero”? Difícil de entender por el momento.

Aquella decisión de Francisco Pérez en plena campaña electoral de exigirles a los diputados del PJ rechazar la declaración de impacto ambiental del emprendimiento San Jorge y dejar el proyecto en el “freezer” lo pone inevitablemente en la mira de los críticos de la minería que alguna vez creyeron que el entonces ex ministro y candidato y ahora gobernador realmente estaba convencido del paso que había dado.

“Esperemos que el tema minero no se constituya en la segunda versión del mapa del delito de Jaque”, comentó con cierta preocupación un ex funcionario provincial justicialista alejado de la actividad partidaria pero meduloso observador de la realidad provincial.

Acomodar la empresa a las exigencias de la Nación y de la Provincia. El expediente de la empresa de energía durmió bastante tiempo en el Senado. Ahora tienen que desempolvarlo y actualizarlo. Según legisladores radicales y el vicegobernador Ciurca, en uno o dos meses podría estar finiquitado el trámite, que incluye consensuar cambios con la oposición y que el radicalismo respalda con algunas salvedades.

También habrá una segura revisión en Diputados, que en su momento dio sanción inicial a un texto que ahora tendrá modificaciones.

De algún modo, los senadores de la UCR aceptan que por una cuestión coyuntural Pérez se vea obligado a apurar la creación de la empresa estatal. Pero en el principal partido de la oposición pretenden que, superada la coyuntura política, en el mediano y largo plazo el manejo del nuevo ente se convierta en “una herramienta para el desarrollo de la política energética de Mendoza”.

Lo complejo va a resultar conciliar posiciones, porque la puesta en marcha de una empresa de energía surgió como imperativo por parte del gobierno nacional a raíz de la estrategia por los hidrocarburos y, de paso, por la firma del Acuerdo Minero. Pero en el radicalismo encendieron las luces de alerta al escuchar a De Vido sostener que las empresas provinciales deben participar de las ganancias que deja la minería, cuando en el Senado local se está trabajando en un proyecto de ley que, precisamente, no contempla necesariamente esa actividad como parte del nuevo ente.

Se estaría decidiendo la conformación de una sociedad anónima con participación estatal mayoritaria, en la que también tengan su cuota de decisión los municipios.

Alfredo Cornejo, el presidente del radicalismo, entiende que a la minería no hay que cerrarle la puerta, pero sí distinguir entre un Estado “ciego” que permite que una actividad meramente extractiva se lleve de la provincia la riqueza en forma indiscriminada, y otro que, en cambio, exija de la minería proyectos que generen aquí reinversión.

Una tabla de salvación cuando el dinero no aparece. En la misma reunión convocada por De Vido por el futuro minero en el país, con sus dichos, el súper ministro introducía el dedo en una llaga que duele entre todos los que tienen a su cargo la administración estatal en distintos ámbitos. El titular de Planificación Federal dijo que el acuerdo con los gobernadores debe servir para “ampliar la participación de las provincias en la renta del sector...”.

En un año de escasos recursos financieros y en una provincia con fuerte déficit, qué mejor que escuchar de parte de uno de los influyentes funcionarios del kirchnerismo la incentivación para poner en marcha una actividad económica capaz de aliviar tantas penas por problemas de caja.

A pesar de la negativa a la minería que llega de parte de varios “caciques” departamentales del propio justicialismo (incluso en sintonía con otros de la oposición, como ocurre en el Valle de Uco), los hombres fuertes de los departamentos más populosos del Gran Mendoza han insistido durante meses con la necesidad de encaminar la actividad más allá de aquella fuerte resistencia. Otro motivo para las dudas que el tema le genera al Gobernador...

Replanteo de estrategias para 2013. Previendo un año con golpes por la escasez de recursos, varios de los intendentes, hombres fuertes de la estructura justicialista provincial, no descartan retocar sus estrategias personales de cara al nuevo round electoral del año próximo. Se trata de la elección de mitad de mandato. En el kirchnerismo pretenden repetir los números del año pasado para mantener vivo el sueño de una reforma constitucional que haga viable un tercer mandato presidencial. En Mendoza, con paridad legislativa, el peronismo deberá, por lo menos, mantenerse como primera minoría para poder sostener la gestión.

Se hablaba de algunos jefes departamentales lanzados hacia candidaturas nacionales. Nada de eso por ahora; todos a cumplir con el mandato de 4 años al frente de las respectivas comunas. Y si algún representante mendocino en el Congreso insinúa la posibilidad de reelección, no hay que descartarla si contribuye a mantener la armonía en oficialismo.

Con el mismo criterio, la nueva línea “naranja” quedaría en suspenso por un tiempo y la conducción partidaria sería por ahora más administrativa que de política activa. A cambio, algunos le siguen pidiendo “al Paco” una mesa política que sustente sus decisiones, entre otras ideas. ¿Serán asuntos para tratar en el próximo viaje a Singapur?

Órdenes del Palacio

Los Andes - Por Gabriel Bustos Herrera
Sentado junto a José Luis Gioja y a Julio De Vido, que marcaba la política, en uno de los salones de la Rosada. Enfrente, Jorge Mayoral, el secretario de Minería de la Nación, hombre de la cuna de Gioja. Tenso, ceño fruncido. Era evidente que Paco Pérez estaba incómodo. Era el capítulo minero de los dos encuentros de esta semana agitada para la energía del país. El restante, un día antes, había tenido connotaciones parecidas, pero petroleras.

Era entendible la tensión de PP. El esquivo eslalon de las circunstancias lo amenaza con la tormenta perfecta. Y justo en los tiempos en que él tenía planeada la construcción de poder político propio, del que por ahora carece (le debe la gobernación a CK, a los jóvenes del entorno presidencial y a los popes del territorio peronista local). Pero su destino político le sacudió el piso en este verano caliente, en el que otros antecesores suyos supieron de lunas de miel y faustos en los primeros días del Barrio Cívico.

Los intendentes fuertes del peronismo local le desenterraron inesperadamente las necesidades mineras (recursos, obvio), que justo él había procurado desterrar en sus primeros tiempos a la espera de construir bases más sólidas de su todavía difuso liderazgo. De nada valió su dialéctica confusa sobre el tema ("Ni pro ni contra"); tuvo que levantar la voz para pedirles tiempo a los caciques. Y evitar que la oposición se le prendiera de la yugular.

En esas moderaciones andaba cuando explotó la angustia de la muerte en las calles y la inexplicable demora generacional en no hacer efectiva y práctica la Política de Estado sobre Seguridad, que viene entre amagues y caídas desde fines de los '90. Tuvo que admitir -ante el vecindario desencantado con sus dirigencias políticas, policiales y judiciales- que no se había hecho lo que se debió. A su lado Carlos Aranda ?ministro de Seguridad, coautor de uno de los tantos planes estratégicos para la Seguridad, el que le entregaron a Cobos en 2006? pedía perdón ante lo imperdonable.

Y una tarde de hace poco, lo llamaron desde la Rosada, para transmitirles las órdenes del Palacio: había que sumarse a una agresiva ofensiva contra YPF-Repsol, a quien se había elegido como la cabeza visible del nuevo villano, culpable del desabastecimiento de combustibles del país. Imagino su sorpresa: él, Paco Pérez, como ministro de Obras y Energía de Celso Jaque, había sido ?poco más de un año atrás? el renegociador de las áreas petroleras que la Provincia, dueña del recurso (aunque obviamente no de la política en la materia) tiene en concesión con YPF.

Y sin objeciones lo hizo, consiguiendo incluso mejoras económicas (a lo que contribuyeron los radicales locales, que supusieron que le podían ganar las elecciones y pensaron en los recursos del futuro). Por aquellos días, YPF estaba entre los amigos de la "nueva burguesía nacional" que inspiró Néstor Kirchner para que, entre otras cosas, los Eskenazi (grupo Petersen, Banco San Juan, Banco Entre Ríos) se fueran quedando con la petrolera nacional.

Y de pronto, PP se vio apretando ?como las otras provincias petroleras que asumieron la conducta del gobierno nacional? a los mismos petroleros con los que él había arreglado el año pasado en buenos términos y sin casi ninguna de las objeciones que esta vez tuvo que esgrimir para seguir los dictados del palacio rosado de Balcarce 55. Y firmó las actas de la Ofephi. Y luego las de la minería, su karma.

Viejas deudas. De todas maneras, la razón de que la provincia no tenga en realidad definida su política de energía (petrolera, hidráulica, minera, solar, nuclear o no convencional) viene de viejo cuño político. E implica irresponsabilidad) de las conducciones de política pública de la Provincia, desde ?por lo menos? 7 gobiernos, otras tantas legislaturas y las consecuentes dirigencias académicas, técnicas y empresarias.

Es que, desde que se hizo inminente la vieja pretensión federal de que las provincias fueran reconocidas como las dueñas de los recursos de su subsuelo ?concretada en la Reforma Constitucional de 1994? veníamos de los antiguos disimulos de la concepción política del puerto y Caseros-Pavón de que ese era un tema que debía tener manejo centralizado y políticas uniformes propias del unitarismo.

Y en estas últimas generaciones políticas, en realidad, en la provincia, peronistas y radicales de la calle San Martín han jugado dialécticamente entre los modestos criterios localistas y sus concepciones doctrinarias de concepción unitaria y portuaria. Desde Frondizi hasta los días de Menem, diletando el federalismo provinciano y manejando el país desde las fundaciones de operadores o economistas endiosados por la cátedra.

En 1994, la Provincia ?gobernaba Rolo Gabrielli?, con el acuerdo de las fuerzas políticas y los técnicos, creó el Instituto de la Energía Provincial. No era un ente del gobierno. Estaba integrado por destacadísimos estudiosos del derecho en esa materia, con el aporte de prestigiosos técnicos en energía mundial de varias partes del mundo.

Debía debatir, investigar y conformar masa crítica para que la provincia ?que iba a recibir la propiedad de sus recursos? tuviera su perseverante política de energía en todos los órdenes, conscientes de que el mundo dependía de la energía. Y Mendoza, la región, tenía lo necesario para asegurar el futuro de la nueva Mendoza que vendría.

Pero duró poco el propósito. Al final en los primeros cambios de gobierno todo fue a parar al rincón de las buenas intenciones. Por ahí andan algunos archivos amarillentos.

Cuando promediaba 2006, Julio Cobos consiguió apoyo jurídico y técnico para convocar a la discusión de una política energética, incluyendo la posibilidad de constituir una Empresa Provincial de Energía, Combustibles y Minería, como ya por entonces armaban las provincias con los recursos, para desarrollar ese generador y asociarse, incluso, a los futuros concesionarios que produjeran la explosión energética. Creo que hasta alcanzó a sacar un decreto convocando.

Eran los tiempos en que Cobos se topó con el ambientalismo, en el preciso momento en que había enviado a una delegación oficial a Montreal, donde estaba reunido el mundo minero. "Mendoza tiene los recursos y quiere inversión minera", fueron a decirles a los inversores. Que vinieron. Y lo intentaron.

Pero, tanto Cobos como los canadienses, toparon con la pared del ambientalismo anti-minero y el terror político a las urnas: arreglaron lo petrolero ?dentro de una equívoca política nacional que priorizó el subsidio por criterios demagógicos de subsidio, incluso a costa de las provincias petroleras?pero sacaron a Mendoza de la inversión minera moderna sustentable ambientalmente. Cobos, en esos días ?que vio gestarse aquí la ley 7.722, la prohibitiva, incluyendo a demócratas, radicales puros y peronistas? puso violín en bolsa y terminó de negociar su vicepresidencia con Néstor, para acompañar con huestes UCR-K a La Señora.

Historia conocida. PP, ministro de Jaque, suponiendo que arreglaba con la burguesía nacional kirchnerista amigos del poder patagónico, renegoció el año pasado las áreas de Repsol-YPF sin mayores objeciones. La UCR le exigió ley provincial y varias correcciones, pero finalmente (tenían la esperanza de ganarle la pulseada a PP en octubre y pensaron en los recursos del futuro) bancaron el acuerdo.

Y apurada por Cristina-De Vido, Mendoza desentierra viejas pretensiones de una Empresa Provincial de Energía y no acierta ?por temores políticos, obvio? a definir si incluye o no a la minería entre sus pretensiones de asociarse a los futuros concesionarios. "Habrá que estudiar cada proyecto concreto", dice, difuso, PP.

La UCR ?era previsible? le exige rendición de cuentas y renegociación total de nuevo en la Legislatura. Y ?observando su dependencia política y financiera de la Rosada? hasta le pide replantear ante Cristina viejos Pactos Fiscales con los que la provincia ayudó en los tiempos de sequía a la Anses. Cómo no entender el momento de ese rostro de ceño fruncido, molesto: justo en los tiempos en que podría estar consolidando poder propio, frente a una ciudadanía que tiene muy claras las enormes deudas que sus dirigencias políticas han dejado en el camino para edificar la Mendoza futura.

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