El agujero de SOMICA DEM
El Ancasti
Con la denuncia penal contra quienes fueron responsables de la empresa de mayoría estatal SOMICA DEM hasta su intervención, el Gobierno cierra el círculo para determinar qué es lo que realmente ocurrió con la firma. De acuerdo con lo que dijo el interventor designado en enero pasado, David de la Barrera, SOMICA nunca arrojó utilidades a favor del erario provincial a pesar de la comercialización pública y notoria de rodocrosita, circunstancia a todas luces anómala por la que alguien tendrá que dar explicaciones y responder. La presentación ante la Unidad de Delitos Especiales, a cargo de los fiscales Miguel Maubecín y Marcelo Sago, se hizo en base a una denuncia del empresario Juan Carlos Berberian, que trabajaba con rodocrosita que le compraba a Fabricaciones Militares, hasta que abandonó la actividad debido al incremento del precio del mineral. Según Berberian, cuando se privatizó la extracción de rodocrosita en favor de la empresa Minera Andina "se hizo casi imposible el suministro al mercado interno de la piedra rodocrosita y su variedad de ortiz fina. Los nuevos representantes (de Minera Andina) fueron Ricardo López y José López, antiguos clientes de dicha empresa, los cuales tienen en su contra actuaciones penales por robo y contrabando". El empresario asegura que los contratos de la licitación no se respetaban durante la gestión del director Raúl Doering, ya que la firma no proveía al mercado interno, pero sí exportaba. José López, dice Berberian, "firmaba contratos con distintos clientes, pero sólo vendía la producción a uno solo de ellos; y contaba con un stock de 120 toneladas de rodocrosita en un depósito de Hong Kong (China), situación de la que tenía conocimiento Doering".
Hay al menos dos situaciones que contemplar. Por un lado, las responsabilidades de quienes tenían a cargo la firma, que jamás proporcionaron información alguna sobre su desempeño a pesar de que la mayoría de las acciones pertenecen al Estado catamarqueño. Por el otro, las de quienes decidieron reflotar la firma en 2004 a pesar de que una sentencia de la propia Corte de Justicia había determinado su disolución y el retorno al patrimonio de la provincia del aporte de capital, que era el área minera Cerro Atajo. Esta decisión política del ex gobernador Eduardo Brizuela del Moral se produjo en el marco de una fuerte polémica, que incluyó la salida del Gobierno de Stella Maris Buenader, quien se desempeñaba como asesora General y se opuso. La experiencia de SOMICA, finalmente, fue un fracaso y la Provincia nunca vio un peso de la rodocrosita. Las derivaciones de la investigación judicial podrían involucrar a las altas esferas del anterior Gobierno, que no sólo reflotó la firma sino que asistió impasible a su derrumbe.
Como el Gobierno no convocó a sesiones extraordinarias, los diputados seguirán de vacaciones hasta el 1º de mayo. Sin embargo, se aburren y se reúnen cada tanto para templar el espíritu de camaradería, circunstancia que sin duda aprovecharán para abordar temas urgentes de la agenda política. El miércoles, por ejemplo, varios oficialistas con el presidente de la Cámara, Néstor Tomassi, a la cabeza se juntaron en la finca donde cría caballos peruanos el titular del bloque, Roberto Perrota. Y allí, entre chorizos, mollejas y costillas, bien regados, intercambiaron impresiones sobre su circunstancia. Lamentablemente, no pudieron interrumpir la inercia de inactividad parlamentaria ni alumbrar alguna propuesta o conclusión concreta. Esta frustración, de todas maneras, no fue suficiente para hacer decaer el espíritu festivo que engalana a los legisladores, que a falta de logros presentes se dedicaron a brindar por eventuales logros futuros y, sensibilizados por el ambiente, estrecharon lazos fraternales y depusieron viejos enconos como los rerproches a Perrota por sus presuntas deficiencias en la conducción de la bancada. Algunos creen recordar promesas de Tomassi vinculadas a recursos para hacer más eficiente el trabajo legislativo, pero no están seguros porque entre tanta alegría nadie tomó nota.