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Debate
(Opinión) ANDRADA: LA VELOCIDAD DE LOS POLÍTICOS Y LOS MINEROS
27/04/2012

¿Ellos van rápido o nosotros lento?

La Unión - Por Juan Carlos Andrada

Dicen que el tiempo puede ser un aliado o el peor enemigo. Sin embargo, en esto no hay ningún misterio. Si se planifica bien y las acciones, en materia de política minera, son consecuentes, sin duda que va a parecer que el tiempo está de nuestro lado.

Por el contrario, si nada de lo que tiene que cambiar se modifica, o hay pocas respuestas de las muchas que se esperan, no es porque el tiempo y la fortuna no nos acompañen, sino porque somos políticamente erráticos o no logramos hacer coincidir la teoría con la práctica.

Muchas veces el mover los pies no significa ir a algún lugar. De hecho, uno puede estar sentado y mover las piernas sin haberse traslado un solo centímetro. Es una buena imagen para graficar el movimiento figurado al que somos propensos y del que frecuentemente son víctimas los gobiernos.

¿Y entonces?. Pueden pasar meses, e incluso años, que, a pesar de contar con una abultada agenda oficial, las cosas sigan igual porque en concreto la dinámica gubernamental no alcanza a modificar nada.

Con la palabra de la Presidenta

Las provincias y localidades mineras del mundo que desde acá las vemos que van adelantadas y en consonancia con el tema minero, no es porque necesariamente viajan más rápido que los demás, sino que en todo caso es porque nosotros vamos a paso lento, sin aparente apuro, y por tanto, más atrasados que ellos. ¿Qué tanto?. Ya se los comento.

En este sentido, puede decirse que hay funcionarios que todavía no dimensionan la decisión de la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández, de hacer de la actividad minera una verdadera política de Estado. ¿Qué otra cosa puede necesitar un funcionario para reaccionar políticamente a tiempo y en forma? .

El delicado contraste se nota en la falta de dinámica apropiada, o sintonía fina de los responsables locales que permanecen ambiguos e imprecisos a la hora de ejecutar o definir temas cruciales para el futuro de los comprovincianos y de la actividad minera.
¿Cuántas cosas hemos dejado a medio hacer, con causas judiciales ultra demoradas y cortes de rutas ilegales que se mantiene hace años, a la par de que concretamos presentaciones y disertaciones gubernamentales que nada tienen que ver con el fondo de la cuestión?.

Cuando el problema son los funcionarios

Si la continuidad de los proyectos son amenazados permanentemente por los cortes antimineros, ¿qué se puede decir de las garantías estatales para el normal desarrollo de la actividad y su relación con las sociedades inmediatas?.

Mientras, en el Estado de California, Estados Unidos, tienen más de 600 minas (metalíferas y no metalíferas) y en Canadá operan más de 800 iniciativas mineras; en Latinoamérica, Chile, Brasil y Perú llevan la delantera. Salvando las distancias, pregunto: ¿en Catamarca?.

Aquí, seguimos solo con Bajo La Alumbrera, recostados sobre la creencia de que nos vamos a salvar con un solo proyecto minero, en el marco de una situación de duda por las continuas interrupciones que sufre el Paso Internacional San Francisco.

Sin duda la adrenalina del momento de los funcionarios al poco tiempo se vuelve vértigo, ¡lógico, la altura!. El caso es que ahora el mareo no pueden endilgárselo a nadie, sin quedar por supuesto en ridículo. Repito a Séneca, para decir lo mismo, pero con otra imagen: “A los que corren en un laberinto, su misma velocidad los confunde”.

Nosotros los ¿mineros?

Lo otro es que los actores mineros no logran articular una sola acción conjunta. A lo más, cada uno hace la suya (muy formales y correctos) con esporádicos encuentros entre ellos que no lograron consolidarse nunca. Lo raro es que si les consultamos por separado aseguran que les importa por igual.

Gobierno, empresas, proveedores, cámaras mineras, empresarios, gremios, administrativos, sindicatos, empleados, comerciantes, aunque quieren lo mismo, curiosamente no logran modular el mismo mensaje y mucho menos acciones conjuntas.

Con decirle que, al margen de que no corresponde porque la Justicia no debería permitirlo, pensar en que todos los interesados firmen un simple documento pidiendo que se levanten los cortes de ruta, parece mucho pedirles. Ni siquiera eso.

Y otra vez, no es la fortaleza de los que están en contra de la actividad sino la falta de compromiso de los actores pro mineros lo que termina siendo gravitante. Prefieren mantener un (equivocado) perfil bajo para los apremiantes tiempos que corren.

Si bien siempre es recomendable involucrarse, no me extrañaría la incoherencia de pretender mayor participación en momentos donde no se la necesita tanto como ahora y en circunstancias de menor cuantía en comparación con las actuales.

Dejar lo importante sin definición

Peor aún, si consideramos que los mencionados han sido y son beneficiarios directos de la minería, conscientes de la importancia de la actividad para no solo la supervivencia, sino también el desarrollo de las pequeñas comunas aledañas a los proyectos mineros, la provincia y el país.

El aporte de cada uno de los que forman parte y creen en la actividad es importante. Sin embargo, hacen falta señales contundentes mancomunadas para que la política minera en Catamarca cambie de verdad y sea de la gente, definitivamente de los catamarqueños.

Con una solicitud lánguida, y atrasados en relación con otras experiencias mineras, no faltará quien niegue esta realidad. Recuerdo solo la frase anónima pero certera: “Si todo parece estar yendo muy bien, obviamente estás pasado cosas por alto”.

A veces parece que el problema no es otro que nosotros mismos. El solo dato de que la actividad sirve de puntal a la par de comunidades que se desarrollan en otros sitios del mundo, alcanza para confirmar que no hicimos lo suficiente, y evidentemente hasta aquí, ni siquiera lo necesario.


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